domingo, 14 de diciembre de 2008

DESDE SOBRE MONTE A ROGGERO, UNA HISTORIA DE CORRUPCIÓN

Por Susana Dillon

“Al primer cañonazo de los valientes,
Huyó Sobre Monte con sus parientes”
Estribillo que cantó Buenos Aires para las Invasiones Inglesas.

“El retorno de este representante de la corrupción política, carente de solvencia moral, no amerita que participe de las actividades de esta casa de altos estudios (U.N.R.C.)”.
Nota enviada a raíz de la sonada conferencia de 2007 en la U.N.R.C., por los Ciudadanos Autoconvocados de Rio Cuarto.

A ver si no somos tan olvidadizos: desde que el Virrey Sobre Monte huyó de Buenos Aires para Córdoba, con el tesoro del Virreinato, en varios carruajes cargados también con su numerosa familia y su tremendo julepe, nadie la había hecho tan gorda como nuestro coterráneo Humberto Jesús Roggero, aquél de la larga fama, en su pensada y frenética salida del país.
Hay que reconocer que nuestro nunca bien ponderado legislador-diplomático, además ha sido un consecuente y ahorrativo defensor de sus muchos bienes no totalmente demostrables, pero si mayormente mal habidos.
¿Cómo hizo este impoluto hombre público que se vino en marzo de 2007 a dar en la U.N.R.C., nuestra alta y prestigiosa casa de estudios, una conferencia o cadena de ellas sobre cómo hacer andar la economía mundial, justo él que en menos de una década se pudo armar en lo particular de 80 millones de dólares sólo con 100 has. declaradas?. ¡Bravo!. ¡Hay que ser generoso y compartir la receta!.
La teta que ofrece la política es la que mejor da leche. Bien lo debe saber su despierta esposa y el ínclito parlamentario-diplomático.
Pero lo que resulta inadmisible es el estómago que deben haber tenido las autoridades y sobre todo el invitante de nuestra universidad para traer a dar tamaños ejemplos de ética a los alumnos que tuvieron que asistir a tal erudito en manejos de prestidigitador bajo la mesa. Eso sí que resulta peligroso. Después salimos a llorar por la juventud perdida.
Hemos asistido con paciencia y apretando los dientes a la fanfarronada de comprarse varias estancias por la región sin el menor escrúpulo, se diría para refregárnoslas por las narices, para que tengamos la certeza de que somos unos imbéciles, unos lelos a los que se puede insultar desde la impunidad y el desprecio. Nos ha sobrado hasta el hartazgo el chacarero de 100 has. convertido en magnate de estancias, el repartidor de dádivas de la era menemista donde todos los de aquella corte se sentían imitadores del sultán, con harem y testa rossa. Hemos tenido que mantener su corte de sanguijuelas capitaneadas por Quitito, ahora periodista adulón de un jet set doméstico.
El destape producido por Aime, su secretario de finanzas en quien se confió, pero que estuvo porcamiseria a la hora de pagarle sus honorarios, no nos cae de sorpresa, los latrocinios al erario público, ya fueron evidentes cuando estuvo a cargo del chorro de dinero que le deparaba su cargo en el Congreso, permitiéndole meter su zarpa impunemente en la repartija que él se soñaba sería eterna.
También tenemos listas de sus beneficiados a quienes compró con puestos ñoquis para que lo votaran en las carnavalescas elecciones del menemismo considerando que muchos quedaron colgados, pero otros muchos siguen disfrutando desde los estrados del Congreso que más se parece a una agencia inmobiliaria donde la mayoría concreta sus negocios.
A Roggero ahora se le ha destapado la olla podrida, como antes le ocurrió al bien conocido por estos lados Don Rafael de Sobre Monte, “que huyó con sus parientes, al primer cañonazo de los valientes”, nuestro ex diplomático no tendrá que cargar con mujer ambiciosa, niños exigentes, y tesoro del estado en las galeras coloniales, no, ahora se toma un vuelo VIP con sus parientes (también grandes propietarios) rumbo a la bella Italia. ¿Se hospedará en Capri como Tiberio en su retiro voluptuoso y decadente o emprenderá negocios en Turín?

A centurias del Marqués irresponsable y codicioso (tanto como Humberto J.) el representante de la corrupción política más calificado, sube al superjet con su valija llena de euros recién cambiados. No lo corre nadie, pero él y los suyos huyen con sus flamantes pasaportes italianos (traición otra vez?). Algún día lo tendrán que traer con la Interpol. Que no se le olvide la valija, la va a necesitar.
SUSANA DILLON.

lunes, 8 de diciembre de 2008

¿ADONDE VAS HUMBERTO JESUS? (segunda parte)

Por Susana Dillon


Si algo nos faltaba a los riocuartenses para pasar a la historia como gente tolerante, desprejuiciada y a veces abriboca, es el nuevo escándalo ocasionado por el llamado “riñón del ex diputado Roggero”, al patear violentamente el tablero (léase descubrir lo tanto tiempo escondido, pero archisabido incremento patrimonial a costas del tesoro público).
El inefable hombre público volvió a saltar al terreno de la vindicta pública, cuando su hombre de confianza, no pudo por las buenas cobrarse los honorarios devengados de sus múltiples negocios ilícitos.
Hasta los representantes del vulgo más ignorante no pueden tragarse el sapo de esta nueva gracia del fogoso tribuno de otros tiempos, en que era el festín cotidiano la pizza y el champagne, ladero poderoso del Califa, en tiempo de llenar arcas privadas y de $1.- igual u$s1.-.
Debemos remarcar que el donjuanesco patrón de varias estancias, soberbios planteles de vacunos, sabrosos corderos y demás pilchas camperas, autor de negocios millonarios, suntuosas residencias y mantención de gatos a domicilio, al negarse a satisfacer el pago de comisiones por tan jugosas adquisiciones, y rompiendo las reglas de la mafia, le hizo pito catalán a su propio riñón y hombre de confianza.
Y eso no solo quedó feo y desprolijo. Hasta entre delincuentes existen reglas, pero este aventajado hombre del campo, que venía de las 100 Has. de la máma, mostró la hilacha. Sí, quedó feísimo, mejor dicho: chancho.
Ningún tribunal de malvivientes lo aprobaría. Quiso zafar de la regla: no morder la mano del que te sirve, porque crea rencores. La fidelidad también tiene sus códigos y no se los puede pasar por el trasero. No sirven los roñosos que les pagan a los peones bajo el rubro de ordenanzas del Congreso. Dejan huellas. A veces los chupamedias y los fiolos se ponen rencorosos.
Este destape que no se previno, tiene su origen en la soberbia de creerse impune… entonces la piola se corta por las más delgado.
Lo que debemos meditar: nigún ciudadano honesto pudo llevarlo a los tribunales al ínclito hombre público. No, tenía que ser el que se ensució las manos para juntarle buena parte de los 80 millones de u$s que aceleradamente su respetable esposa anduvo rejuntando para sacarlos bonitamente del país.
Ahora habría que ver adonde van a lucrar los miembros de su corte, recalcitrantes chupamedias, fiolos y cuanto advenedizo pinta negocios turbios, favorecidos con aquellos chorros de dinero que se repartían en los enjuagues políticos, mientras el sultán bailaba la danza del vientre y Humberto Jesús hacía caja.
Ya deben estar volando rumbo a la bella Italia a vivir como duques en vuelos VIP, con la plata que obló el pueblo, quedándonos sin educación, sin salud y sin seguridad.
¿Estamos en crisis? No le echemos la culpa a la mishiadura que viene como siempre del norte. La cosa viene de aquí cerquita. Con semejantes políticos no hay presupuesto que aguante.
¿Podría el largo brazo de la Justicia darles su merecido a estos verdaderos rufianes de la cossa nostra y perpetuando a los jefes y jefas para que se siga votando a los más sinvergüenzas que siguen viviendo de esta nueva forma de fraude?
Algún día tendrán que venir a dar cuentas y largar el dorado exilio. Los vamos a esperar y por más que se escondan, los vamos a encontrar.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Ha vuelto Humberto Jesús (primera parte)


Este artículo fue publicado en mayo de 2005, cuando Humberto Jesús Roggero reapareció en un programa en el canal riocuartense.

Por Susana Dillon

El Diputado Roggero en el espejo.

Humberto Jesús Roggero apareció en la televisión local luego de algunos años de retiro forzoso. El fogoso tribuno de la era menemista, con el énfasis histriónico que lo caracteriza, pontificó sobre su honradez instando a agradecerle las brillantes iniciativas puestas en práctica durante el reinado de la pizza con champagne. Pretendió dejar sentada la injusticia en que sus detractores lo sumieron, ya que ninguna de las acusaciones pueden comprobarse de lo ocurrido en tiempos en que era escena común la repartija de cargos, ñoquis, dinero, influencias, créditos blandos y favores especiales con el auxilio de los fondos secretos, sobresueldos y demás franquicias que hoy sabemos lo que son y de los que nadie pedirá cuentas, sería inútil.
El diputado Roggero, al mirarse al espejo, debe estar convencido que él es el único inteligente y que el pueblo de Río Cuarto es sólo un rebaño de lelos mansos capaces de condecorarlo a cada parrafada porque sigue con su didáctica de las horas de esplendor pero que sus coterráneos han dejado de creer. -“Los políticos no son creíbles sino en el 1%”- dijo el intrépido orador. ¿Tal vez con su oratoria logre batir ese récord?
Pero ya va siendo hora de llevarse la respuesta, al menos de los que repudiamos su presencia, a la aclaración de su conducta la noche del 15 de Mayo por Canal 13, que lo único que provocó fue indignar aún más a los pocos interesados en sus argumentos.
El Lic. Roggero repartió cargos, subsidios (a amigos con casa, automóvil y negocio), jubilaciones a quien no aportó, créditos, arregló pleitos a telefonazos, en fin, fue cuando se implantó el gran festival de favores pagados con votos.
Parientes, amigos, laderos, guardaespaldas, chupamedias, damas seductoras, operadores, asesores y cuanto vivillo medra en la política, fueron beneficiados con sus dádivas, sacadas de las arcas que sumisamente oblan los contribuyentes mientras el pueblo se sigue sumiendo en el atraso y la pobreza a la enorme mayoría de los argentinos.
Cuanto rufián y desocupado vitalicio se recostó a su sombra, a cambio de engrosarle al padrón en su favor fue catapultado a cargos relevantes. Sirve de ejemplo la conocida figura de Juan Carlos Díaz, alias Quitito, un tenebroso que gozó de su confianza, que inhibido de ejercer cargos públicos, a pesar de su condena en el juicio que se le sustanció cuando ocupó el Instituto Educativo de Crédito, se quedó con un cheque destinado a una escuela de Las Higueras, pero nuestro hombre público hizo caso omiso teniéndolo como hombre de confianza, que hasta se lo llevó a Roma para lucirlo en su staff de diplomático.
Las listas de los beneficiados conseguidas en la misma Cámara de Diputados que todavía circulan y que nadie ha desmentido (salvo dos casos) sigue derramando la generosidad de las arcas públicas manejadas por quien fue uno de los asiduos concurrentes a la gran fiesta menemista.
Las estancias, propiedades, automóviles, residencias, las ha cambiado de testaferros, para eso tiene un equipo de arreglapleitos trabajando sin descanso para poner a salvo lo que se sabe ha pasado a su poder y que saldrá a relucir bien pronto.
Las leyes que los hacen inmunes a estos funcionarios son su mayor preocupación y no las penurias del pueblo que ignora que las leyes las hacen a la medida de su impunidad.
El Congreso Nacional tiene que estar permanentemente vallado, tal es la repulsa de la gente, siendo las paredes adyacentes del imponente edificio, una denuncia permanente de los que sangran a la Nación, entregándola.
La gran mayoría de los legisladores al estilo del nuestro es abucheada y repudiada no bien salen de sus augustas butacas. Ese 1% de popularidad que se asigna el diputado, es sólo una rosada ilusión, otro cálculo optimista de los que legislan en una burbuja. Están en las antípodas de lo que el pueblo reclama y necesita. El diputado en cuestión es un exponente paradigmático de la corrupción más desvergonzada. Y si antes el país les reclamó “QUE SE VAYAN TODOS” ahora podemos decirle: ya ha abusado demasiado de nuestra paciencia y tolerancia, ya va siendo tiempo de desprenderse de lo mal habido, los niños que se mueren de hambre se lo exigen, dese cuenta que la miseria de un país rico se instaló por todos los que son como el Diputado-Diplomático. La historia de sus excesos ya se ha empezado a escribir porque queremos finalizar la era “de los que dictan trampas a las leyes”.
¡Con este Jesús no ganaremos el cielo!

SUSANA DILLON.
Mayo 2005

martes, 18 de noviembre de 2008

OLMOS Y ROCA

Río Cuarto, 12 de noviembre de 2008
Carta al Director de
Diario Puntal de Río Cuarto.
_________________________

Señor Director:
La presente está dirigida en respuesta al Dr. Armando Oscar Carbonetti, en su nota del día 2 del actual.
Según datos del historiador Don Carlos Mayol Laférre, Ambrosio Olmos nació en Dolores, Punilla, Traslasierras, Córdoba en 1839, en la capilla del lugar existe el acta de nacimiento, dato que también figura en una placa existente donde nació, puesta por su viuda.

En cuanto a aquella amistad Roca-Olmos, de los datos recogidos en más de ocho años sobre esa época, hay que anotar: Olmos nunca se sintió atraído por la política, de joven supo de persecuciones, por eso viene a Achiras y luego a Río Cuarto.
Tanto le insiste el general Roca que a regañadientes Olmos acepta la Gobernación de Córdoba, donde el gran favorito es Marcos Juárez, hermano del sucesor de Roca en la Presidencia Dr. Miguel Juárez Celman. Desde el comienzo de la gestión de Olmos, los juaristas traman defenestrarlo.

Olmos no tiene como sus rivales, ni la versatilidad, ni la cintura política, ni la astucia, ni los conocimientos en leyes, ni llamémoslo de una vez: cancha. Es un hombre de campo, correcto y emprendedor, por lo tanto lleva las de perder con estos tiburones en playas de bañistas.
A los dos años de ejercer el cargo, durante los cuales es prolífico en obras, tiene que responder ante la Legislatura por las acusaciones de sus declarados enemigos. Se le adjudican actos de corrupción y mal manejo de fondos. El juicio político lo separa del cargo. Estalla el mayúsculo escándalo. Olmos huye antes de que lo encarcelen. Pasa a Villa María, desde donde en tren llega a Buenos Aires para preparar su viaje a París.
Es el momento en que pasa por su hora más amarga, su amigo Roca pone el mar de por medio. Se va a descansar en un periplo a Europa ( con amigos como éste casi no se necesitan enemigos). Al final, Marcos Juárez se queda muy orondo en el sillón que deja Don Ambrosio y Juárez Celman se queda con la República.

Don Ambrosio pone en sus campos y empresas a gente de su confianza y viaja a París. Allí encuentra a la mujer que hace más de diez años lo ha cautivado, Adelia María Harilaos, una dama aristocrática pero sin bienes, con quien se casa luego de una grave enfermedad.

A Juárez Celman lo saca a empujones de la presidencia la Revolución del Parque (1890). Durante su gobierno ocurre el primer corralito, corrida de bancos, plata al exterior, quiebras, crisis económica, quebrantos financieros, desocupación, hambre y corrupción desenfrenada. El pueblo paga, como lo hará siempre, los platos rotos del banquete.
Adelia María permanece dos años en París. Al regreso a Buenos Aires la nueva señora sufre malestares psíquicos. Pasa una temporada de descanso en una hermosa quinta, para luego trasladarse a la mansión de la Av. Alvear donde en forma imprevista muere Don Ambrosio ( 1906). La pareja sólo ha compartido 4 años de vida en común.

Cuando los juaristas derrocan a Olmos, Roca de inmediato, para alejarse del problema, ya señalamos, viaja a Europa, le suelta la mano al amigo. La que siempre estuvo alerta contra los manejos de “El Zorro” fue quien supo mejor el desenlace: ella fue la que trató a los Roca con los calificativos que se merecieron (Adelia María Harilaos).

Es cuestión de esperar la aparición del libro “La Marquesa del Papa” en el 2009, ya está el original en Editorial Vergara (Bs. As.). Allí, mi estimado lector tendrá oportunidad de discutir y aportar sobre tan interesante tema, a veces controvertido, lo que obliga a investigar seriamente y en forma imparcial para acercarnos a la verdad. Para mí resulta muy cierta la afirmación de Juan Gelman: “Es curioso que la historia oficial sea tan aburrida, siendo que en gran medida es inventada”.

Desde ya pongo a disposición del Dr. Carbonetti la documentación obtenida en varios años con los correspondientes testimonios, entre los que queda claro que “El Zorro” nombraba a dedo y mediante el más vergonzoso fraude a sucesores, parientes y cómplices, no sólo a los Juárez Celman, instalando en el país y bajo diversas máscaras a esta lacra muy poco democrática.

Susana Dillon
DNI 5.847.926


jueves, 6 de noviembre de 2008

EL ULTIMO CIELO

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Por Susana Dillon

Siempre una sociedad sale a agredir a otra, primero inventa una mística que va a justificar a rajatablas la invasión y el sometimiento de la otra. Es más, se va a crear un mandato divino, una total omnipotencia en su accionar. Los crímenes que traerán aparejados la agresión y la invasión con sometimiento son ordenadas por Dios o por imperativo de la raza inspirada por Dios ¿que Dios?, es lo de menos, el primero que tenga a mano. Los romanos tuvieron los suyos, que fueron unos cuantos, los mahometanos a Alá, los judíos a Jehová y los cristianos a Jesús. En nombre de ellos se mataron de a millones.

La llegada a América de los hombres blancos se realizó desplegando pendones y estandartes de sus Majestades los Reyes Católicos. Se toma posesión de las tierras que de allí en más serían patrimonio de los reyes, en nombre de Dios, nuestro señor. Todo lo que se opusiese a este nuevo orden, sería destruido. Así rezaban los “requerimientos” que leían los españoles ante los invadidos (que por supuesto no sabían de que se trataba), no hablaban ni entendían el español. Así lo ejecutaban a sangre y fuego. Sin rastros de piedad cristiana.

“Los españoles se dedicaron con fruición, casi con alegría, a la extinsión masiva de los indios americanos, ya mediante la destrucción física, y borrando temáticamente los sostenes de sus diferencias culturales”.

Dice Graciela Peyrou en “Descubrimiento, muerte y violencia”: desde que el mundo es mundo y en lugares poblados por la agresiva raza blanca, se dictan leyes para contener esta proclividad racial, este impulso de matar que pareciera primordial y que incluye una placentera descarga sobre todo si previamente se concientiza al agresor estar cometiendo un acto de justicia, si es divina, mejor y después viene algo más fuerte, la ganancia económica. Tal el resultado que disminuye la posibilidad de la autocrítica. El atacado debe ser considerado como el aborrecido enemigo al que hay que eliminar, por ser de raza inferior, o de otra religión o por no tenerla.

Dadas estas condiciones se puede asesinar sin que les recrimine la conciencia, Dios lo quiere así. Se dijeron los conquistadores, los colonizadores, los imperialistas, los comunistas y los capitalistas. Se instaló en América, en Africa, en Asia poniendo por delante el servir a Dios, y a sus Majestades, a quienes no sirvieron sinceramente sino que se sirvieron de ellos.

Hubo quienes avizoraron el desastre y levantaron sus voces: Fray Bartolomé de las Casas, Fray Antonio de Córdoba, Domingo Soto, el padre Victoria, denunciaron abusos y se opusieron a las matanzas y a la esclavitud. Fueron voces valientes que predicaron en el desierto.

En el potente país del norte, los blancos y rubios acabaron con los sioux Pieles Rojas Cheyenes, Alconguinos y muchos más. Cuando ya no quedaron indios, esclavizaron africanos, entonces surgió el Ku-Klus-Klan para hacer limpieza étnica. Por estos lados no nos fue mejor, Roca imitó la teoría y las prácticas del Gral. Grant exterminando los Pampas, los Mapuches, Tobas, Matacos, Guaraníes, bajo el remington de Paunero.

En la campaña del desierto se exterminaron 60.000 aborígenes. Los negros desaparecieron, fueron carne de cañón en cuanta guerra instestina decretaron los civilizados blancos.

Ya en pleno siglo XX aparece y desaparece el fantasma rojo que se encarga de todas la lacras del planeta. Sepultado y desmembrado ese período hubo que buscar el demonio vietnamita y ya se vinieron insinuando otros enemigos raciales: los que tenían los arenales con lagos de petróleo y aquí el dueño del planeta buscó otra guerra santa, esta vez era la lucha del bien contra el mal, que por supuesto tenía olor a petróleo.

¿Con qué cielo se podrá gratificar a los sometidos luego de esta perra vida de servilismo y marginación?. ¿Qué templos habrá que levantar, a qué dioses habrá que adorar y sacrificar esclavos en esta aspiración al último cielo, ahora que ya ni se habla del tercer mundo porque somos una sola y planetaria bola conducida por un tipo que anda como cualquier chacarero que perdió la cosecha de soja, pidiendo crédito para la próxima siembra?. ¿Por qué cielo habrá que hacer promesas de abundantes dividendos ahora que la gran caja está en algunas blancas y cuidadas manos?

Susana Dillon

lunes, 27 de octubre de 2008

Día de la MADRE

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Por Susana Dillon

El dinero que producen las mujeres
Estamos hasta el moño de repetir que la historia oficial no le dio cabida en sus páginas a la mujer y los libros sagrados de las distintas religiones monoteístas la condenaron a cargar culpas desde que se escribió el Génesis. Allí, los escribas se dieron el gusto de desearnos y mandarnos todas las maldiciones que se echaron a rodar por el mundo. Hasta hubo santos misóginos que repicaron:” mujer, puerta del infierno”. Esta frase es de San Ambrosio, pero hay toda una falange que le siguieron en la prédica capitaneados por San Agustín, Santo Tomás y San Paulo.
El hombre aprovechó la volada adjudicándose el lugar más destacado y seguro: ser el amo del mundo y legislar para que así fuera.
Nosotras, debíamos ser fieles esposas, hijas obedientes, madres sumisas y ancianas sabias y condescendientes. Si llegaban a viejas duras de arrear las declaraban brujas… y, a la hoguera!!
Con el correr de los tiempos, la emancipación femenina, luego de casi cinco milenios y ya a principios del siglo XX, pareció que iría a cambiar el orden de las cosas. La humanidad ha llegado al fin, en su camino hacia el progreso a darnos otros lugares visto que no somos sólo un útero reproductor, sino una fuerza de trabajo. Las guerras hicieron que ocuparamos los lugares que los hombres dejaban para ir a matar a sus congéneres que pensaban y obraban diferente.
Entre todos los regalos de la modernidad, la industrialización, el capitalismo, el neo-liberalismo y la globalización, a la mujer le dieron algún espacio en la política, siempre y cuando no le hiciera sombra al hombre. También la dejaron meterse en las artes, en los deportes, en las ciencias, en la educación, pero donde le dieron un gran espacio fue en la publicidad. Y ya se sabe: para vendedora, la mujer.
La mujer y la publicidad parecen haber contraído felices nupcias desde que se presta a hacerles promoción a lo que producen los hombres.
La mujer aporta, para los cortos publicitarios su papel de buena madre de familia preocupándose por llevar a sus hogares lo que exhiben los carteles, se pavonea como profesional recomendando tal o cual marca, se luce como científica promocionando tal o cual método, régimen, gimnasia o píldora para estar delgada y divina. Pero donde la mujer ocupa todo el primer plano es cuando sus encantos incitan a comprar tal o cual producto que seduzca al varón. Se necesitan para tal efecto o películas de féminas casi desnudas que incentiven la venta tanto de gaseosas como de rugientes ilusiones súper-sport. El eterno reclamo erótico representado en una imagen voluptuosa y sensual suscita arrebatos pasionales en un público básicamente masculino. La modelo elegida para promocionar aquel automóvil super fantástico que “tiene una golondrina en el motor” tendrá que sortear curvas tan infartantes como la pechuga o las caderas de la chica que además deberá, para el ¡clic!, poner cara de orgasmo o de tonta. De ese modo la atención no derivará a alguna expresión inteligente.
Los altos ejecutivos de la promoción han abulonado la idea de que no hay nada que induzca más a la compra que la boca sensual, húmeda y oferente de la modelo top (muy vaginales para algunos estudiosos de la percepción subliminal), deja entrever la promesa producida por unas largas y bien torneadas piernas, pero, lo que es capaz de hacer perder el control del estado de la tarjeta o la anemia de la billetera es lo que en mis tiempos de joven llamábamos la pista de aterrizaje o sea la promoción del pecho femenino, cuanto más descarado tanto o más productivo. Veamos: ¿acaso hay parte de la anatomía femenina que sirva más al reclamo erótico?. La publicidad se sirve de los múltiples referentes eróticos del cuerpo de las mujeres para lanzar una promesa de satisfacción sexual. De ese modo, desde la publicidad, además de acceder al producto, se accede a la mujer. Es importante resaltar que esta asociación tan reiterativa entre la mujer y el sexo-erótico está centrada en su valor sexual y erótico para la satisfacción del varón.
Las empresas que se mueven como tiburones en playa de bañistas son las que obtienen las mejores ganancias con este juego infame donde millares de jovencitas son inducidas a vender sus cuerpos, parte por parte, como productos de carnicería.
La publicidad no sólo tiene función dinamizadora del consumo, tiene también nuevos valores, sin un ápice de ética, pautas de relaciones entre varones y mujeres, estilos de vida, costumbres y tics. La mujer, de este modo es ofrecida y utilizada como objeto de descarga sexual, donde el hombre pasa a ser un obsesionado y monotemático portador del deseo sexual, permanentemente insatisfecho.

Susana Dillon


Marilyn Monroe, fue, tal vez, la mujer más cruda y deshonestamente explotada por la empresa cinematográfica, XX Century Fox, que la contrató metiéndonos por todos los sentidos la imagen de su cuerpo, resistiéndose a hacernos vislumbrar siquiera una parte de aquel ser sensible e inteligente. Su final doloroso e injusto debiera hacerles abrir los ojos a tanta jovencita encandilada por el brillo de las pasarelas y las marquesinas de los cines.
He aquí un cuadro explicativo de las ganancias que reportó a la compañía que la explotó sin asco ni medida a esta mujer que fue llamada “El Cuerpo” sin hacer nada por mostrar algo de su talento.
Fuente: Marilyn Monroe – Ediciones Crisis – 1974.
de Ernesto Cardenal

UTILIDAD DEL EJERCICIO CARATULADO MARILYN MONROE
CAPITAL:
SU CUERPO

90 CENTIMETROS DE BUSTO.
90 DE CADERAS.
60 DE CINTURA.
DISTRIBUCION UNIVERSAL DE SU FOTO
DESNUDA EN UN CALENDARIO

700,000,00 DOLARES
RENDIMIENTO DE LAS 24 PELICULAS
QUE FILMO

200,000,000,00 DOLARES
RENDIMIENTO DE LOS MISMOS
FILMES DESPUES DE MUERTA
34,000,000,00 DOLARES
DESGLOSE DEL EJERCICIO:
UTILIDAD LIQUIDA POR CADA SENO
A 50,000,000,00 DOLARES C/U
100,000,000,00 DOLARES
UTILIDAD LIQUIDA POR MUSLO
A 10,000,000,00 DOLARES C/U
20,000,000,00 DOLARES
UTILIDAD LIQUIDA POR SUS OJOS
15,000,000,00 DOLARES
UTILIDAD LIQUIDA CONSIDERANDO
GLUTEOS, CADERAS, PANTORRILLAS

50,000,000,00 DOLARES
OTRAS PARTES DE SU CUERPO
64,700,000,00 DOLARES
Utilidad líquida producida por su alma
00,000,000,00 DOLARES
Utilidad líquida producida por su ALMA
00,000,000,00 DOLARES
UTILIDAD LIQUIDA PRODUCIDA POR
SU ALMA
00,000,000,00 DOLARES
-
TOTALES
234,700,000,00 DOLARES


Bibliografía - ¿Qué costaba Marilyn?
Ernesto Cardenal – el sacerdote salvadoreño que luchó por su pueblo.

domingo, 12 de octubre de 2008

12 de octubre de 1492. – Cartas para España

Por Susana Dillon

“Las cartas de Colón, primera obra de realismo mágico escritas en América”

Gabriel Garcia Marquez

No bien llegados a lo que creyeron ser “Las Indias”, Colón y los pocos letrados que venían en la tripulación se inspiraron para escribir crónicas y cartas a la península para demostrar la maravilla del descubrimiento, como eran aquellas islas paradisíacas, sus habitantes, su flora, su fauna y sobre todo las penurias que iban pasando en la afanosa búsqueda de oro; principio y fin de la desesperada ambición de ser ricos y famosos en un solo golpe de suerte.

A medida que se desarrollaban los descubrimientos, iban creciendo alocadamente las descripciones de los visto y aprovechado. Colón, en sus cartas a la reina Isabel así describió lo visto: -“Van todos desnudos, como su madre los parió, cubren su natura las mujeres con una tela de algodón que se las cubre nada más y tal se mece al capricho del viento…” y luego venía el pormenor de colores de piel y belleza de aquellas féminas que no tenían pizca de vergüenza en exhibir sus dones.
De entre líneas se advierte que los fogosos hispanos tras muchos días de abstinencia y navegación, al ver a las nativas, desearon fuertes vientos para admirar y poquito más de aquello que los alborotaba.


Entre tantos relatos bélicos se asoma alguna croniquilla que salpimienta la vida social y putañera de aquellos brutos venidos a caballeros a traer, según lo dicho por el Almirante, las buenas costumbres de la civilización, emprenderla con los catecismos y a sacar de la idolatría a estos descarriados pobladores de lo que llamó “su llegada al Paraíso terrenal”
Porque no todo fue luchar contra la naturaleza y los fieros caribes, escapar a los flechazos, soportar hambrunas, sobrevivir a las pestes del trópico y aguantarse penurias sin cuento, sino que también hubo harto tiempo para solazarse, lo más tupido posible con las naturales, que eran naturalmente seductoras.
Los hispanos venían de siglos de represión sexual, allá en su tierra, con mujeres a las que habían aterrado con tanta bruja quemada en las hogueras de la Inquisición, nada más que por bañarse en los ríos deleitosamente, acusadas de adorar al agua o de estar en pactos con el demonio por no gustarles tener “el olor a santidad” que era el provocado por falta de baños. Las mujeres españolas de esos tiempos, beatas y rezadoras, tocados por castos mantos o púdicas mantillas que solo dejaban ver sus rostros ascéticos con rosarios entre las manos y cubiertas hasta los pies, no eran precisamente una tentación para la carne. Los moros las habían tenido sometidas durante siete siglos en serrallos y castillos para que fueran fieles a Mahoma y a sus señores. De hecho estaban atrapadas por las leyes de Dios y de los hombres; de los genitales, nada que mostrar y nada que gozar. El matrimonio era para concebir hijos pero ¡guay! Nada de orgasmos.
Era de esperar pues que los hombres, con semejante compañía femenina no quisieran hacer otra cosa que armar barcos y lanzarse a conquistar fuera lo que fuere.
Michele Cúneo, que vino con la gente de Colón en su segundo viaje, escribió una carta fechada el 28 de octubre de 1495 en que entre otras cosas contaba “…y había otros caníbales que fueron enviados a España como esclavos y como quedé sólo en el ratel, apresé a una caníbal bellísima y el Sr. Almirante me la regaló. Yo la tenía en mi camarote y como era su costumbre estaba desnuda, me vinieron deseos de solazarme con ella, cuando quise poner en ejecución mi deseo, ella se opuso y me atacó en tal forma con las uñas que no hubiera querido haber empezado, pero así las cosas para contaros todo de una vez, tomé una soga y la azoté tan bien que lanzó gritos tan inauditos que no podía creerlo, finalmente nos pusimos en tal forma de acuerdo que baste con deciros que realmente parecía amaestrada en una escuela de rameras”.
Como puede verse los caníbales fueron muertos y esclavizados y sus mujeres seducidas por métodos poco románticos, lo cual echa por tierra lo del romance tan mentado del conquistador con la nativa.
La lectura de miles de cartas de estas épocas nos dan un panorama poco alentador sobre los tiempos del descubrimiento y de los muy violentos de la conquista, pero pocos se han enterado de las misivas. El haberlas leído a tiempo nos hubiera puesto en la pista de la verdad histórica para no seguir en la necedad de cambiarles el oro por las cuentas de colores.
Susana Dillon

lunes, 6 de octubre de 2008

POCO PAN… PERO MUCHO CIRCO Y SEXO




Por Susana Dillon

Cuando los italianos nos mandaron sus películas monumentales, con tanta gringa opulenta que encendían los corazones masculinos, nosotras nos sentíamos despechadas porque estaban provistas de pechugas generosas; para desquitarnos, los gladiadores se convertían en nuestros ídolos. Además nos dieron la lección en tecnicolor de cómo era aquello del imperio, en el que los mandones de turno, para que les durara el mandato, a las rugientes multitudes, les tenían que dar pan y circo, porque de no hacerlo, les interrumpían la siesta y hasta les ponían algún veneno en los licores de las orgías imperiales, o les clavaban la espada detrás de los cortinados y aquello no era solo biógrafo. Y lo contó también la historia.
Entre tanto, los gladiadores luchaban contra las fieras, contra, sí mismos y contra el destino pero la cosa se atenuaba cuando las emperadoras se tiraban con los héroes alguna cana al aire. La Roma imperial no mezquinó escándalos ni asesinatos. Cuando estaban aburridos disfrutaban viendo carreras de cuadrigas, pero también con accidentes. Las multitudes con semejantes costumbres tenían que ser satisfechas de algún modo y para eso entre matanza y jolgorio, a los que concurrían a los espectáculos del Coliseo o circo mayor, les daban una vuelta de choripanes con tetra.
Roma imperó milenios con ese sistema que muy disimuladamente han adoptado algunos gobiernos de siglos sucesivos, con algunas variantes, pero con el mismo fin.
Lo principal era llegar a sentarse en el augusto trono o sillón de mando y allí abulonarse con el poder de la espada refulgente, y no como ahora que los sufridos sufragantes metemos los papelitos en el cajoncito con el voto para los menos peores o cuando nos creemos que algún día gobernarán para todos.
Ya han pasado milenios, pero los incautos subordinados seguimos en la misma. Modernos emperadores o capos imperialistas, opulentos togados, parlamentarios elocuentes, reyezuelos domésticos y empresarios exitosos la siguen pasando entre saraos, banquetes, bacanales de pizza con champagne como los tiempos pretéritos y cada vez que se alborotan las multitudes vuelven a arreciar con choripanes y tretra... y ¡viva el circo!
Ya como no quedan más leones, ni fieras exóticas, ni cristianos revoltosos, el circo viene distinto pero premiado con el rating. Allí se puede apreciar que los empresarios recogen sumas fabulosas, los jurados son implacables entre viejas rameras y jueces babosos, pero los leones, han sido reemplazados por gatos que se pelean entre sí ferozmente, pero sin que llegue la sangre al río. El gancho del espectáculo consiste en mostrar lo que en siglos se tapó por vergüenza, y en lugar de sentarse a lamerse la piel como felinos respetables, en posición ginecológica muestran lo nunca visto ni imaginado, como se decía en mi inocente infancia, cuando los artistas de circo hacían un salto mortal o en que hasta los perros en sus andanzas festivas se atrevían a copular a la vista de los transeúntes.
Así están las cosas en el decadente imperio capitalino, pero aquí tenemos exponentes que merecen echárselos a los leones, si los hubiera.
Son los que ahora argumenten la defensa de las slots, pues temen quedarse sin la gallina de los huevos de oro. Esas que siempre tientan virtudes dando papelitos por debajo de las mesas. - ¿eh?
En cuanto a las apreciaciones del Sr. Natali, que luego de la lectura de opiniones del sufrido paciente pueblo el día 23 de setiembre, en el Concejo Deliberante, denostó a los que tuvimos el tupé de criticar la instalación de las slots y las virtudes del tribuno de la larga fama recordándonos airado que no se podía hacer política en contra sobre el tema, ni hacer nombres. Tal temperamento hace que debamos preguntarnos: -Y si no se puede hablar de política ni de los políticos en el Honorable Concejo, cuna de la democracia, - ¿donde cuernos vamos?-. Si no los criticamos en el sagrado recinto no hay otra salida que escracharlos ya que ni la policía estuvo para evitar lo ya sabido y festejado.
Que se expida pues, el honorable defensor del controvertido parlamento, el escrache, es la única arma con que cuentan los que sufren en las arenas del circo municipal. Así estamos como en los tiempos de Nerón, antes de sufrir el zarpazo mortal que exclamaban.- ¡Salve, Oh, César, los que van a morir te saludan! - Pero hay una diferencia, pensamos seguirla contra las slots, así los eruditos defensores de vicios y enfermedades rujan como leones, se trata de una razón de mayor peso: aquí hay gente que se está suicidando y hay otra que se arruinó de por vida. Acá estamos defendiendo vidas y formas de vivir.
Los que amenazan con juicios millonarios, resuellan por la herida, tenemos el derecho de sospechar que hay quienes se benefician en este juego macabro, en este imperio donde prosperan sonrientes los vicios, la droga, la prostitución, las violaciones de niños y la violencia de todo género, sin que en años se haya hecho absolutamente nada por combatirlas ni desarraigarlos. Ahora con el invento salvador del “juego responsable”… Má sí…
Susana Dillon

viernes, 26 de septiembre de 2008

¿PARA QUE SIRVEN LAS TETAS?

Por Susana Dillon




La sabiduría popular nos da una cátedra rotunda:


“Quien diría,
dijo un viejo con tristeza,
yo me rompo la cabeza,
para tener la alegría,
de descubrir algún día
por qué misteriosas leyes,
la sota mata a los reyes
y en cualquiera ocasión,
mucho más tira un pezón
que veinte yuntas de bueyes”


O más concreta, aquí va otra:

“Tiran más una par de tetas
que una yunta de carretas”


El creador estuvo muy inspirado, cuando sobre las costillas nos creó las tetas.
Las tetas son un misterio de seducción y señuelo para vender cualquier cosa. Nada se compra ni se vende sin ellas y unas abundantes nalgas.
Cuando de niña, te las veías en el baño, antes de la ducha, ahí te dabas un pellizquito en el botón a ver qué pasaba y el botoncito se ponía colorado y duro, como respuesta a la agresión. A eso se le llamó pudor.
El pudor te venía por querer destapar la olla del conocimiento, si la seguías, sentías algo así como agujitas que te pinchaban la imaginación, que sé yo, empezabas a experimentar cosas contradictorias. Pero no, paraba ahí nomás, te acordabas lo que decía el cura de la doctrina que amonestaba sobre aquello de que no había que tocarse el cuerpo, porque como el diablo anda suelto y es tentador, te puede incitar a pecar contra la carne. Después venía lo de repetir hasta el cansancio los diez mandamientos en que había dos que se relacionaban directamente con el más asqueroso de los pecados y dale otra vez con la carne. El diablo era siempre el que tentaba, yo no entendía por qué la carne era tan complicada si mi papá era un fanático de los asados y de la carne a la cacerola. De modo que no le encontraba razones a estas prohibiciones.
De no fornicar ni desear la mujer de tu prójimo ya no me hice más complicaciones, porque eso les correspondía a los varones. El cura ahora nos advertía que no había que hacer porquerías con el otro sexo, lo cual me indignaba, porque a mí, que no tenía hermanos me gustaba jugar con los varones a las bolitas y a las figuritas, además todos decían que los chicos a esa edad eran brutos y zafados. Tal afirmación no entraba en mi cabeza ya que yo los tenía por seres felices que podían jugar, revolcarse y putearse tanto en el partido de pelota como a las bolitas, pero seguían jugando y buscándose, con la ropa a la miseria, sudados y contentos. Los pibes, según mis apreciaciones eran más amigueros y sinceros que las chicas trenceras y chismosas.
Nosotras teníamos que cuidarnos las pilchas, sujetar el vocabulario y ser obedientes a las órdenes que se nos daban de todas partes y sin chistar.
La vida escolar no me deparó muchas satisfacciones ni tampoco mayores informaciones sobre la diferencia de los sexos y sus complicaciones.
Maestros y padres jamás mentaron este asunto, eran cosas procaces de las que supuestamente no había que hablar. Te la cortaban con aquel: ya lo sabrás a su tiempo.
Yo seguía interesada en los juegos de los chicos de mi edad y me las arreglaba para desafiarlos a las bolitas, incentivándoles el vandalismo al mostrarles mis colecciones, herencia de un primo que murió de difteria. Mis bolitas de vidrios de colores rutilantes y mis bolones de rulemanes eran motivo de gran seducción para los rapaces. Hice unas amistades insólitas y duraderas con estos juegos clandestinos. De saberlos mi tía y mi vieja hubiera sido una calamidad.
Ya en el colegio de monjas adonde me mandaron para el secundario, se me acabaron esos inocentes deslices. Me siguieron creciendo los pechitos y como a todo el mundo también me aparecieron matorrales de vellos. Las que tenían hermanos me pusieron al tanto que a los chicos se les llenó el cuerpo de peores y rebeldes pelos y para peor se les cambió la voz, además seguían cada vez más pendencieros, zafados y brutos.
De educación sexual nadie se atrevió a hablarnos, ni siquiera de los malestares menstruales.
En anatomía nos hicieron estudiar el cuerpo humano sin el menor asomo de sexo. Los atlas donde se ubicaron nuestros órganos, músculos y huesos no tenían los dichosos órganos de la reproducción; los habían capado nomás.
En mi familia que eran eruditos en historia, geografía y ciencias sociales, nadie abrió boca y salí con el diploma bajo el brazo solamente con el susurrado y escatológico repertorio de cuentos verdes del rubro de sexo.
Mis tetitas siguieron creciendo, seguía flaca y lacia, mucha melena y tetas desproporcionadas. En una de ésas mis tías jóvenes me llevaron a conocer Buenos Aires y a comprarme ropa interior. Cuando salí, mi silueta había mejorado notablemente. Me llevaron a confiterías, cine, ver vidrieras y teatro. En una de esas en plena Santa Fe, de una esquina saltó un negrazón llevando el paso como si lo corriera la policía; se me plantó adelante, me cazó una teta y apretando enloquecido me murmuró al oído: ¡tetona mía!, y salió disparado como un poseído, mis dos tías, en edad de merecer, primero se quedaron heladas y después estallaron en risa incontenible. Ante mi enojo me tuvieron que dar las explicaciones que ni padres ni maestras me habían dado.
Mucha agua ha corrido bajo los puentes de mi azarosa vida, ahora me encuentro en una etapa del acontecer donde solo se habla y se practica sexo, no en la intimidad que se supone debía consumarse un acto que no se considera decente hacerlo en una platea. No se vende una pilcha, ni una ilusión súper sport, ni una asquerosa bebida cola sin que haya un trasero formidable de aquí para allá y su correspondiente pechuga con una turra baboseándose en un orgasmo. Todo debe ser sexo. Hay sexo en la tevé mañana, tarde y noche. La protección del menor no existe. La provocación y la exhibición son fenómenos concomitantes con la violación y la violencia. Ya no bastan las drogas, la prostitución femenina, ahora también la de los niños. Tota esta descarada introducción de sexo en la vida doméstica a cualquier hora se corresponde con la violencia desatada como nunca nos está diciendo a gritos que esta decadencia moral sumada a la mafia nos está advirtiendo que podemos caer en lo más terrible que es la indiferencia y la tácita aceptación de este desmadre.
Está haciendo falta más educación sexual en serio, sin tapujos, decentemente, está haciendo falta responsabilidad en nuestros conductores, más entretenidos en cuidar su quintita, aprovechar este descalabro y seguirse enriqueciendo mientras el país parece estar volando con piloto automático, sin saber donde aterrizar.
Estamos entretenidos en comentarios para estúpidos con chismes de alcoba y bailes desvergonzados, exhibicionistas del sexo rebajado al morbo.
El pecho femenino, explotado por el consumismo como artículo de promoción, que se cambia por siliconas con riesgo de la salud y a veces de la existencia, es la pieza del organismo femenino, sagrado para muchas culturas, el símbolo de lo que la mujer tiene más precioso; la fuente de vida, el amor más generoso y duradero y de eso no se habla.
Susana Dillon

martes, 23 de septiembre de 2008

EL MALEFICO TRAGAMONEDAS

Texto leído en audiencia pública

Por Susana Dillon

En tiempos de mi infancia, al juego por dinero se le llamó vicio. Quien se hacía adicto entraba en un círculo vicioso del que no podía salir, trayendo a su vida y a la de sus allegados un sinfín de calamidades y lágrimas. Quien lo adquiría muy pocas veces podía vencer su influencia devastadora.

Luego, con el paso del tiempo, los psicólogos argumentaron que era menos agresivo llamarle enfermedad adictiva, muchas veces contagiosa, pero el maleficio se multiplicó, se convirtió en lacra social, como está ocurriendo en nuestra ciudad. Hasta hay suicidios al no poder vencerla.
Hoy, hasta nuestros gobernantes, que debieran proteger a la población de esa nefasta enfermedad, son los primeros en instalarlas, contra viento y marea, porque con lo producido, argumentaban, mejorarían los presupuestos fiscales, siempre agotados por las malas administraciones de las que no se pueden hacer cargo amenazando con la salida de los no menos nefastos bonos.
Nuestro ViceGobernador es el más entusiasta de querer mejorar el estado de las arcas públicas, enfermando a la población con la instalación de las tragamonedas, cuyo beneficio no queda en Río Cuarto, sino que las sumas astronómicas se esfuman y aquí quedan los dolientes.
Tragamonedas es una palabra que indica “advertencia”, por eso, para ocultar su definición se ha buscado un rebusque o anglicismo con el sibilino propósito de hacernos tragar el sapo. En una de esas, los incautos caen en la trampa. Pero no es cosa de cambiar de término sino de conductas,
tanto de los jugadores como de los políticos con iniciativas tan obtusas.
El juego, entretenimiento turístico o como le llamen sigue siendo un vicio maldito.
Ahora, habría que reclamar y obrar ante los políticos que instalaron el flagelo en nuestra ciudad, como el Ing. Cantero, diputado de la Nación que no ha tenido al respecto una idea muy brillante, pero sí un ego monumental, que le impide enmendar sus errores… y van cuantos?.
SUSANA DILLON

sábado, 20 de septiembre de 2008

La fortuna con la pobreza del brazo





 Por Susana Dillon

¡AHORA SI QUE PODEMOS DECIR QUE ESTAMOS EN LATINOAMÉRICA! Ahora si que no saldremos del infernal neoliberalismo y cada vez más inmersos en el realismo mágico, que no quiere decir prosperidad precisamente.

Si Ud. no salió de este Macondo ventoso e imperialista y quiere por un rato experimentar lo que es en verdad el Tercer Mundo, dése una vuelta por la Plaza Roca. Ahora tenemos el mercado de las ilusiones ante la misma puerta de la Catedral. Ahí donde nos machacan los diez mandamientos, nos cristianizan, nos hablan tremebundamente del pecado, nos casan y nos dan el vale para el otro mundo, pero donde justifican que el hombre es un animal lúdico y se acuerdan tarde de repudiar el vicio.

Venga y vea esta nueva corte de los milagros, con luces de colores y una estridente escenografía con todo el mal gusto de Las Vegas, y la mala leche de los tahúres, con gente que parece salida del Caño 14.

Venga y vea, sufrido oblador de impuestos adonde va a parar el sudado dinero del IVA, la DGR y cuanto papelito acredita que Ud. es un sujeto que aporta obedientemente a la gloria de nuestros conductores para que hagan lo que se les da la gana y no lo que el pueblo clama y exige.

El Casino ya es otra realidad nefasta, junto con el alcoholismo juvenil, la droga y la prostitución que nadie combate y con la que varios lucran.

Con lo que costarán estas instalaciones proyectadas a esos fines más los misteriosos azudes, se podrían instalar algunas fábricas que dieran trabajo y no fomentaran vicios, pero claro, una empresa de trabajo honesto no coimea, ni presiona para que se vote al caballo del comisario.

Los Planes Trabajar, los de Jefas y Jefes de Hogar, las míseras jubilaciones, la plata destinada a la educación, vendrá junto a los jóvenes aburridos a para al Casino, que no dejará aquí sus ganancias, por que ya conocemos de sobra como se hacen estos negocios aprobados por apretones de nuestro gobernador y sus favorecidos, que no pudo instalar en Córdoba, pero que nos los encajan a nosotros gracias a la obsecuencia de nuestros concejales que se llenan la boca de democracia, pero que obedecen ciegamente las ordenes que indica la disciplina partidaria que nada tiene que ver con los intereses del pueblo, ni con la moral ni la ética que alguna vez hemos enseñado a los jóvenes.

Esos jóvenes que se juntan en la plaza central y sus adyacencias a estar entre ellos, por que no quieren o no pueden acceder a otros entretenimientos, hoy se los está tentando con otra lacra. Hay quienes los acusan de fumarse porros y beberse cervezas, pero no advierten este otro peligro, que no sólo hará más ricos a los hoy beneficiados, sino que por obra y gracia de nuestros conductores se les brinda lo que les faltaba: la oportunidad y la adrenalina que desata el juego. Allí lo tienen, frente a su alcance, con sus rutilantes luces, aunque sea un local donde el apiñamiento, el zumbar de las máquinas y la compulsión del juego forman un cóctel explosivo para tentarlos con otra adicción.

¡Y nuestro intendente que una vez tuvo el digno cargo de Rector de la UNRC, hoy, sin pudor alguno les pone a su disposición el vicio del juego, en lugar de garantizarles trabajo! ¡Qué nos venga con su sermón sabatino a contarnos sus logros! ¿Alguna vez se le habrá cruzado por la cabeza que su proceder está en abierta contradicción con los valores que hacen a la vida digna, junto a la moral y la ética? Está visto que no. Todavía queda gente que queremos a los jóvenes sanos, honestos, con el venturoso futuro del trabajo y la capacitación, abjurando de ser ñoquis, punteros, asesores, colgados del presupuesto o convertidos en la comparsa que rodea a los conductores de la corrupción. Siempre habrá quien se ufane de este lamentable carnaval de la decadencia, pero que se sepa que somos muchos los que exigimos la instalación de fábricas, frigoríficos, talleres, empresas donde se recuperen los valore y la dignidad ciudadana. Basta de desocupados, planes levantamuertos y usina de vagos, basta de proliferación de tahúres y alimañas, que medran al conjuro de luces de colores y ¡Hagan juego señores!

Por que este parece ser el único camino que nuestros conductores han encontrado para reactivar el país, un país en bancarrota, en default, gracias a ellos y en el que persisten con sus métodos.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Magia y embrujo de las palabras (2da. Parte)

Por Susana Dillon

EL OFICIO DE ESCRIBA, MUY PELIGROSO


“tenemos la sangre llena de palabras”
Eduardo Galeano

Con ese material, las palabras, estamos prodigando eso: sangre y fantasía, una forma de vida, una parte ineludible de nuestra existencia. En ellas depositamos todo el cavilar de nuestras experiencias, de la sabiduría que hayamos podido almacenar a través de derrotas y de éxitos, de reposados estudios y de amargas desilusiones. Esto es lo que nos hace esencialmente humanos y capaces de conectarnos con los otros, meternos en sus mundos, ser testigos de lo que pasa a nuestro alrededor.
Desde los tiempos faraónicos el escriba dejó en la piedra y en los papiros la historia de los monarcas y su pueblo. Si el escriba contaba la verdad le podía costar la cabeza…pero. ¿Y ahora?
Desde Homero hasta Rodolfo Wallsh, desde Dante a Haroldo Conti, se persiguió al que se dispuso ser, por cuenta propia, un fiel testigo de su tiempo. El primer síntoma de autoritarismo de los gobernantes que van para dictadores es silenciar, perseguir a los que no se ajustan a sus códigos de censura.
“Los libros no son objetos inanimados”, supo decir Milton, el inglés autor de “El paraíso perdido” ya que libro que se lee es lo más viviente que pueda concebirse, siendo tan fuerte su vitalidad que vence todos los obstáculos y prohibiciones, sobrevive siempre a su autor, reproduce su pensamiento, expande sus ideas, ésas que le causaron la muerte. Los verdaderos libros se elevan muy alto sobre odios, pasiones y venganzas mezquinas. Sobrevuelan la estupidez humana, tan propia de los déspotas.
Imponente, riquísima sería la biblioteca formada por las obras literarias perseguidas, incineradas y prohibidas por la férula de los mandamases que creyeron que se salvarían del juicio de la posteridad al quemar los libros que los denunciaron; asesinando a sus autores. No ha habido tirano que no se sintiera enviado de Dios ni salvador de la patria, no ha habido invasor ni conquistador que no haya justificado sus crímenes argumentando que venía a salvar al pueblo invadido. Pero allí estaban los que registraron sus infamias con esa arma tan sutil e incisiva que es la pluma para dar testimonio de sus crímenes.
Retratistas implacables, los escritores, se empeñaron a lo largo de los tiempos en reflejar el drama de los pueblos sometidos junto al perfil de esos presuntos salvadores de patrias y de mundos. A través de las descarnadas descripciones han hecho gala de una hiriente ironía, una sutil agudeza, una valentía extraordinaria que les trajo persecuciones y muertes, pero triunfaron sobre ellos: los definieron para la historia, la historia que cuentan los pueblos, esa que no se arregla con dinero ni favores.
La literatura nació junto a la persecución, se gestó en épocas inquisitoriales, Homero fue censurado 600 años después de conocerse su obra en Grecia y fue justamente Platón, el inmortal autor de “El banquete” el que más despotricara sobre algunos pasajes de “La Ilíada” y “La Odisea” argumentando que eran escandalosos y atentaban contra la moral.
La persecución literaria se origina por tres motivos: la religión, la política y la moral. Por temas religiosos hubo hogueras, los libros sagrados hasta produjeron feroces guerras. Quien difundía esas ideas lo pagaba con su vida. Se demonizaron obras significativas y valiosas. Al fuego con ellas. Luego la persecución fue política, sin duda la más duradera. La última dictadura se ensañó con libros de ciencia, literatura e ideología. Represiones brutales se cometieron en nombre de la patria, las buenas costumbres y la defensa de la religión. Desaparecieron escritores y periodistas.
La moral ha sacrificado obras geniales y valiosas tales como el “Decamerón” de Boccacio y “Ars Amandi” de Ovidio.
En Rusia, Italia y Alemania predominó la persecución política en épocas de Stalin, Hitler y Mussolini. Para estos dictadores todo tufillo libertario era perseguido a muerte desencadenando purgas literarias y exilio a sus autores.
Cien veces fue sentenciada “La Divina Comedia” mandándosela al fuego, pero sobrevive a sus verdugos. El “De Camerón” desencadenó todos los rayos papales sobre el encanto y la gracia de las regocijantes aventuras eróticas de frailes y monjas libertinas. El libro, pese a su persecución, se leía a hutadillas, en el mayor secreto para luego comentarse en atrios y tabernas. Hasta Isabel, La Católica, la tenía como lectura de cabecera. Pero el premio más codiciado para cualquier autor es cuando sus trozos y estrofas andan de boca en boca, las dice todo el mundo, festejadas y aplaudidas. Cuando pueblos enteros leen, comentan y discuten una obra, es cuando el escriba toca con sus dedos la inmortalidad. A veces ocurre lo que dijo Antonio Machado “Ya nadie recuerda al autor”, lo ha transferido para siempre a la memoria colectiva. Ese es el momento en que la obra trasciende, vive y crece con el pueblo que la festeja.
Shakespeare fue también perseguido y proscripto por su “Rey Lear”. Los espectadores de la obra la encontraron igual a la historia de aquel rey loco, Jorge III. Vino la orden: ¡A cerrar el teatro y silenciar al poeta!
América Latina tiene una verdadera legión de escritores perseguidos, silenciados, exiliados y asesinados. El Martín Fierro no les cuadró a los jueces de la época. José Mármol se atrevió a pintar la época de Rosas. Miguel de Asturias, el gran guatemalteco, se tuvo que exiliar luego de lanzar “El señor Presidente” donde retrató a los dictadores de balcón. El peruano Cesar Vallejo, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda… tantos que lucharon a sola pluma contra las dictaduras que asolaron este hemisferio.
Todos hicieron gala de una imaginación portentosa, una fantasía genial y loca para mostrarnos las mas crudas realidades, dichas en forma exquisita y delirante. Porque enseña más que las historias oficiales una novela, concientiza más una poesía que una arenga y siempre se seguirá marchando a la guerra con una canción.
Susana Dillon

miércoles, 10 de septiembre de 2008

LA INDEFENDIBLE PERMANENCIA DE LAS SLOTS

Por Susana Dillon

Desde que se instalaron las máquinas de multiplicar pobres, desde todos los ángulos de la ciudad se alzaron voces de protesta y de advertencias, pero los entusiastas gestores de la obra, nuestros nunca bien ponderados hombres públicos que llegaron al gobierno en elecciones muy poco edificantes, jamás escucharon. La panacea que describían con la instalación de las slots, no cayeron al gusto de la gente sensata que todavía cree en el trabajo decente en que hay que sudarse el lomo. Tampoco fue bien recibida por los que habíamos, en nuestras mocedades recibido, las lecciones dadas por la historia y las correctas costumbres. Los que ya somos veteranos, tuvimos padres y maestros que insistieron en que “lo que el agua trae, el agua se lo lleva” y la otra: “plata de juego, agua entre los dedos”. Desde la remota antigüedad el juego fue señalado como una lacra. Una especie de peligrosa enfermedad creadora de miseria y repudio social, de penas y llantos, no solo para el enviciado sino para toda su familia que al final también se pierde, como la confianza, la estima y el crédito.
No bien se anunció la instalación del Casino, hubo muchos que levantaron la voz previniendo mayores males y muchos luego se agarraron la cabeza leyendo los resultados. Han salido estadísticas y cifras que se esfumaron pero nuestros poco enterados conductores echaron al canasto y siguieron adelante. El señor Vice gobernador a la cabeza de tamaña cruzada parece realmente el propietario de la gallina de los huevos de oro en trance de perderla ante la iniciativa de nuestro intendente que está poniendo el oído en lo que dice su pueblo: que más son los desastres que provoca el juego que sus beneficios. Tal vez el señor vice no se haya dado cuenta que en épocas en que se nos amenaza con volver a los bonos en lugar de sueldos y jubilaciones, medida que por supuesto no alcanzaría a sus robustas dietas. Los sufridos jubilados, los empleados provinciales y todo lo que dependa del erario público se piensa subsanar con papelucho de los que hace tiempo tenemos experiencia: el dinero que viene del vicio es una migaja comparado a lo que se lleva de Río Cuarto sin que sepamos adonde. Recordamos los tiempos en que la señora Riutort manejaba con alegría el tema bonos que se imprimían de a camionadas en Chile.
La postura del señor Vice Gobernador Campana es la del fullero que no quiere perderse el negocio fácil hecho sobre los incautos que entregan sus míseros haberes, como los Jefes y Jefas de hogar, las pobres jubiladas de educación y tanto ingenuo que cree que en una noche de suerte puede pasar a rico cuando está ciego por la voracidad del vicio.
Los resultados son nefastos, pero el señor Campana cuida el garito, está a años luz de los que produce el trabajo honrado. Ya tenemos encima la droga, la trata de mujeres y de niños, la violencia, la mafia y no tenemos noticia que se la está combatiendo. No, este señor insiste en salvar por propia y evidente iniciativa. ¿No habrá encontrado en su cargo algún proyecto digno de mejor causa?
Susana Dillon

jueves, 4 de septiembre de 2008

Magia y embrujo de las palabras (1ra. Parte)

Por Susana Dillon

“Pueden describir lo mas sublime, pero llegar a lo mas abyecto”
Esopo.

Las palabras, eso que hacen al hombre distanciarse de las bestias, son el envase de las ideas.
A ellas les confiamos nuestra necesidad de acercarnos a los que nos rodean, cumpliendo con el instinto de ser seres sociables, aún con códigos y costumbre diferentes.
Las palabras, que primero fueron rústicos sonidos, guturales expresiones gritos de rabia o de euforia, luego se aprisionaron en signos y siluetas, grabadas en las piedras, para dejar las huellas de sus necesidades o sus creencias, pero a los siglos empezaron a viajar no bien se descubrieron los valores de mensajes dejados en cueros grabados, para volar en hojas de un país a otro, de una mano a otra que las esperaba.
Ya lo dijo el viejo Esopo, aquel esclavo griego que inventó las fábulas: “pueden describir lo más sublime y llegar a lo más abyecto”. Pueden entonces obrar como veneno y como antídoto, llevar la vida o la muerte.
Dice Galeano: “tengo la sangre llena de palabras”, porque las usa para mostrarnos las venas que se abrieron en nuestra América cuando se cercenaron las libertades y se esclavizó a los hombres.
Hay palabras toscas, rudas, rebeldes a la pluma, de texturas ríspidas y también las hay aterciopeladas, deliciosas, sutiles, enamoradas, que da encanto decirlas y obran como bálsamo. Son las que desparraman los poetas cuando las lanzan a correr el mundo, para deleite de los que las encuentran, para mitigar los sufrimientos y entender sus dramas.
Con las palabras se juega y también se tortura. Son seres vivos que nacen, crecen, se aparean, se multiplican y desaparecen en el más profundo de los olvidos. Las hay a la moda, que duran como una minifalda, las que enferman, tienen patologías, se parasitan, se corrompen, y luego degeneran, vaciándose de contenido y de efecto a fuerza de vulgarizarlas. ¿Has visto lo que pasa con la palabra “ESPECTACULAR” que se pronuncia para calificar desde un plato de sopa a una dama despampanante o a un gol inolvidable?
Ahí tienen un ejemplo de vulgaridad insoportable. La gente sigue usando ese burdo tinelismo. Un término que dio la vuelta al mundo en la boca del conductor de programas donde se divertían a costa de los viejos, las tontas y los desprevenidos.
A muchas palabras las inventan en los laboratorios, otra nacen con defectos porque pertenecen a otros idiomas y se prestan como si fueran un pañuelo o una taza de yerba, hasta las hay tuertas, cojas o mancas. También están las que nunca queremos pronunciar y sin embargo se nos meten por cualquier hendija como si fueran un chiflete y somos capaces de sacarlas a patadas por las puertas. Son las que no queremos oír, se nos presentan en el espanto de las pesadillas o pertenecen a los reproches de la conciencia, esa voz que no nos deja en paz cuando por comodidad no nos hacemos cargo de nuestras debilidades o nuestras culpas. Son las secretas voces que no nos atrevemos a decir al confesor o al psiquiatra porque representan nuestros demonios agazapados en el sótano del inconciente.
Pero las hay resplandecientes y mágicas que usamos muy pocas veces porque pertenecen a nuestros jardines interiores, allí donde albergamos al amor de mil formas, a nuestros ideales y a las más extravagantes utopías.
Cómo serán de atrapantes y seductoras que hay un proverbio hindú que nos recuerda: “con redes se cazan los tigres, y con palabras de adulación a los hombres”.
Con un puñado de palabras, te las puedes arreglar para cambiar el curso de una política, voltear un dirigente, demoler una honra, pero también remediar injusticias, levantar a un caído, hacer florecer una idea, honrar a un humillado, en fin, cambiar una situación, redimir al mundo, crear nuevas ilusiones. ¡Viejo Esopo, cuanta razón sigues teniendo!. ¿Acaso Cleto no dijo una sola palabra a tiempo y quedó para la historia?

Susana Dillon

lunes, 25 de agosto de 2008

LA COCINA DE LOS HOMBRES

Por Susana Dillon

“Con los pantalones puestos, la única manera de gozar es comiendo”

Karlos Arguiñano

Desde que el hombre se paró sobre sus dos pies y pasó a ser el rey de la creación, le tomó el olor al ambiente y a ponerse pesado con la ecología. Primero comenzó a zamarrear a los árboles buscando lo maduro para echárselo al buche, porque en los primeros tiempos le dio por ser vegetariano. Si se hace un esfuerzo de memoria, por ahí se acuerdan del cuento de la manzana, la víbora y la tentación a que lo sometió Eva, su mujer que lo impulsó a comerse la fruta prohibida. Sobre el pucho se pudrió todo con el arcángel que los echó del paraíso por desobedientes. Una vez que hicieron la macana, a los dos réprobos no les quedó mas remedio que cubrirse las vergüenzas y salir a buscar su sustento ya que ni hablar de seguirse aprovechando del restaurant del paraíso, así que se vieron forzados a ganarse el pan con el sudor de sus frentes, pero el mundo aquel se les puso de punta.
Si las manzanas no podemos comer y yerba no hay, ¿Qué hacemos?, dijo el desterrado Adán a Eva, la insensata. La susodicha, se hizo la distraída, se acomodó coquetamente la hoja de parra último modelo de la era Cuaternaria, le revoleó los ojos y le susurró entre el cuello y la oreja a su peluda pareja, diciéndole mimosa: lo que te guste, Negro. Casi en un ronrroneo.
Entonces aquel Adán que no había hecho otra cosa en su breve vida que comer raíces, hojas, tallos, flores y frutas desde el día en que lo sacaron del barro, tuvo una idea que no se le había ocurrido antes (claro se le prendió la lamparita cuando comió del árbol de la ciencia). La idea consistió en manducar todo lo que caminaba por el universo, ya que del paraíso ni que hablar.
Siguió haciendo descubrimientos: se asombró de los bellos ojos de Eva, siguió para abajo, encontró la boca golosa de la mina exclamando, ¡que minón!, absorto fue con los ojos más abajo hasta descubrir la hoja de parra que no sabía qué encubría, pero la vio tan marchita que se la arrancó de un manotón. Y aquí le vino al potro un vahído de hambre a causa de la falta de alimentos proteínicos. Eva quedó defraudada ante semejante desenlace, así que, práctica como era, le sugirió la llevara a cenar afuera, a la luz de las luciérnagas, en un lugar tranquilo y con alguna bebida espirituosa que lo pusiera en órbita.
A nuestro primer padre se le desató una furia inenarrable por aquella caída de su propia estima y de todo lo que se cae en casos como ése.
Adán recapacitó antes de poner el grito en el cielo, que por otra parte le sería inútil dadas las malas relaciones con el altísimo, poniéndose a fabricar vino de coco para el evento que se avecinaba. Tal tarea le demandó tiempo y esfuerzo con lo que su hambre se le hizo atroz, por lo cual se convirtió en carnívoro y todo bicho caminante fue a parar al asador.
Ese fue el instante glorioso en que nuestro padre, cazador, ascendió a cocinero. Eva, sin inmutarse siguió limpiando la cueva, buscando leña y encendiendo el fuego. También se le despertó la vocación que heredaríamos sus insensatas hijas: cambiar de modelos. Sí, se cambiaba las hojas que cubrían sus partes pudendas. Se probaba, las de parra, las de banano, las de higuera, las de acuáticas, pero no encontraba hoja que le viniera bien.
Y cada vez las eligió más atrevidas y breves, como las chicas de hoy a sus tanguitas. Como vemos, nuestra madre siempre nos dio ejemplos de economía.
Adán, para ésto seguía dando largos al asunto que había dejado pendiente Eva, visto la proximidad del invierno, comenzó a hilar y a tejer para no desesperar en el intento, todas las mujeres, desde allí, cuando tenemos un entripado, nos ponemos a tejer.
Una noche apacible, a la luz de la fogata, Adán descubrió a Eva con una mini hoja transparente y con lentejuelas, la sangre se le agolpó en alguna parte del cuerpo reclamándole acción. Se puso delantal de hojas de plátanos, despostó el ciervo cazado ayer, lo adobó y lo asó. Se sentaron en un lugar discreto a la luz de los candelabros de luciérnagas, brindaron con vino de cocos, comiéndose gustosos la pierna del siervo. Al poco rato ya estaban mirándose aterciopeladamente y diciéndose mentiritas lindas. Eva, seductora, se sentó sobre las rodillas de Adán, pero primero le sacó el delantal de hojas chamuscadas.
Luego del último jadeo y posterior relax, consintieron en que la cena había sido un éxito y que la maldición del arcángel cuando los echó del paraíso no había sido para tanto.
Los habían condenado a trabajar y a sufrir enfermedades, a morirse, a parir con dolores y a jorobarse la vida mutuamente, pero les habían dejado un atajo por donde se podía gozar de la vida: que un buen cocinero te prepare la cena y después inventar el amor.
De allí a las mujeres nos ha quedado el atavismo: soñar con tener el cocinero en casa.

Susana Dillon

miércoles, 13 de agosto de 2008

HEROES Y ANTIHEROES

Por Susana Dillon

Los historiadores clásicos de nuestro país, han fabricado héroes y villanos según fuesen los intereses políticos en que se escribieron las crónicas.

Nadie quiso ni pudo, en mis tiempos de joven decir otra versión sobre los personajes intocables e imercesibles de nuestro pasado.
Estudiantes, maestros, sabios y legos debían repetir como loritos los que se dijo cuando se fundó la historia oficial, con Mitre a la cabeza, si se quería publicar otra cosa distinta a esa corriente. El que se atrevía pasaba a madito.
José María Rosa fue uno de los primeros historiadores ”revisionistas” que patearon el tablero, liderando la historia contada de otra manera y desde otra mirada. Fue el gran enemigo de los fanáticos del NO INNOVAR. Nos dio la oportunidad de descubrir nuevos héroes bajando del mármol a otros de cuyos prestigios hoy dudamos.
Revisar la historia por aquellos años era pecado mortal.
Se comenzó con la época de los descubrimientos, la conquista, la colonia; para luego meternos en las invasiones Inglesas, la revolución que no fue para tanto y se vinieron los momentos de ver los caudillos como germen del federalismo, que según los que vemos aún sigue en el quiero y no puedo.
Otros personajes vistos de otro modo, fueron los componentes de los ahora llamados pueblos originados, luego de haberlos denostado como INDIOS.
Primero fue execrado y ocultado, luego se los idealizó y ahora los vemos de cerca con parte de la culpa que hay que achacársela a los blancos primero a Colón y más tarde al Gral. Roca.
El indio era una figura folklórica al que había que reducir y luego suprimir según los conquistadores. Para ellos el indio bueno, era el indio muerto. Sus culturas fueron ignoradas, sus riquezas saqueadas, su lengua y dioses prohibidos, las mujeres prostituídas y los hijos esclavizados.
El blanco, ya fuese el español y luego el americano, justificó el genocidio porque defendió su tierra y sus tradiciones instalando la religión bajo pena de hogueras e implantó la civilización a fuerza de rémington. Como el indio era un ser libre y amante de la naturaleza, se lo declaró hereje y se le dio muerte en campañas masivas, tanto por las pestes, el hambre y la exclusión. El Gral. Roca y los estancieros, le quitaron sus tierras, sus familias y su pasado.
Esa es la historia que estamos tardando en asimilar, estudiar y corregir si de verdad queremos civilizarnos y cristianizarnos.
Sobre Monte fue un virrey, que cuando invadieron los ingleses en 1806 huyó a Córdoba con su familia y el tesoro que se había explotado a nuestras expensas. Buenos Aires se tuvo que defender con su pueblo. Ahí fue cuando aprendimos a conseguir la libertad, pero al cobarde se le levantan monumentos y hay quienes lo sienten héroe, pues Sobre Monte es una de las últimas imágenes del colonialismo que aún tiene simpatizantes entre nosotros.
Entonces, por lógica habrá que preguntarles: -así que San Martín, Belgrano o Moreno y quienes nos dieron patria - ¿estaban equivocados y sus luchas fueron estériles y estábamos mejor gobernados por los que vinieron a sangrarnos?
¿Bajo el imperio estuvimos mejor?-
Tenemos tantos monumentos que nos sobran, que hasta hemos dedicado en su honor, aquí justo donde comenzó a gestar la campaña del desierto, nuestra plaza principal y arteria importantísima con el nombre del genocida Roca, que no solamente mandó al muere a los mapuches, especialmente a los ranqueles, sino a cualquier etnia que habitaba tierras que fueran a parar a nombre de sus ocho hermanos, parientes, amigos y cómplices. Pero no paró aquí: sus soldados fueron abandonados a su suerte, sin armas, sin ropa, sin medicamentos, acosados por las crueles enfermedades que sólo se dan dentro de la miseria y los malos tratos.
Los terratenientes de esa época la llamaron “los años dorados” porque se convirtieron en potentados que viajaban a París a derrochar esas fortunas obtenidas con la sangre y el sudor de gauchos e inmigrantes, para ser los animadores de “los años locos y la belle époque”, muy lejos de sus estancias explotadas para venderles los mejores biftecs a los ingleses durante “la década infame” en que el hijo de Roca declaró ante el mundo “que Argentina era la granja del Imperio Británico”!!!
Cuanto más tendremos que investigar y aprender la verdadera historia, esa que tanto les molesta a los recalcitrantes porque no quieren que se conozca el origen de las tierras que no quieren perder lo que les cayó gracia a la rapiña y desaparición de uno de los pueblos primitivos que se aguantaron por mas de 300 años la lucha contra el blanco. Nuestros ranqueles fueron de esa estirpe, prefirieron morir a ser esclavos, noble raza que soportó, más que ninguna otra en el continente la arremetida de la codicia y la lujuria de los invasores. A ver si algún día vemos erguirse su silueta austera y aguerrida, en alguna plaza que les haga justicia.
Susana Dillon

jueves, 31 de julio de 2008

La imprenta, el internet y los grafitis.

Por Susana Dillon


“En muchos casos la censura permitió la supervivencias de obras que de haber circulado libremente, habrían sido olvidadas”
  Ana Laura Pérez.
“Libro prohibido, libro deseado”
  Viva Nro 1489


Gütemberg ni se soñó, cuando inventó la imprenta que las ideas se iban a propalar y reproducir como si las parieran las conejas. No sólo a la gente se le produjo el frenesí colectivo de leer, justo en tiempos de tremenda ignorancia, al ingenioso alemán se le ocurrió, con tipos de letras en las formas más económicas y rápidas, mucho más práctica que aquellos pesados y enormes incunables(1), que guardaban la fe o la sabiduría para la clase privilegiada que era la depositaria del saber: los monjes eruditos o los escribas de los reyes, ya que los soberanos medioevales, dedicados a las guerras, eran brutos de padre y madre. Pocos fueron letrados y sólo unos pocos fueron mentados como “sabios”. Recordémonos de Alfonso X. 
Junto a la propagación de las ideas políticas, y sobre todo las religiones, se inventó la censura. Fue el primer acto reaccionario contra la propagación de la lectura a nivel masivo. Fue el querer contener y aún destruir los bienes de la información. (Cuanto más asnos, más fácil de dominar).
La Santa Inquisición no sólo desató las furias contra los que pensaran por su cuenta, también mandó a las hogueras a los libros considerados heréticos o prohibidos por la censura. Cayeron de a miles en llamas, no sólo los de Galileo Galilei, sino los que no estaban de acuerdo con lo que el Papa mandaba en la Iglesia Católica, o los de aquellos que fueron la gloria de la literatura universal: El Quijote de la Mancha, la Divina Comedia y centenares de otros. La imprenta fue vista entonces como invención del diablo, hubo quienes no se bancaron que el conocimiento llegara a las clases bajas, abriéndoles los ojos en todas direcciones.
La reducción del costo de los libros y la facilidad de reproducirlos de a miles en copias del mismo, cambiaban las relaciones de la sociedad europea. Las prédicas de Lutero, el gran rebelde, se vio favorecida por el invento. El Quijote, libro de mayor circulación, fue perseguido en España, no se dejó llegar a América oficialmente, pero lo traían oculto en sus alforjas los que venían a leerlos a escondidas aquí. ¡Pobre del que le encontraban el libro en sus baúles!
En España, para parar esta proliferación, se nombraron “revisores”, que no fueron otra cosa que protocensores, con la excusa de exigir mayor calidad en la escritura. Esto ocurría en pleno “Siglo de Oro” en que fue más florido el idioma, pero muy perseguidas las ideas de libertad.
Desde el siglo XVII tal fenómeno se viene repitiendo, agravándose durante el régimen instalado en la URSS a comienzo del siglo XX y también en Sudamérica durante los años de las negras dictaduras. Recordemos los libros que se quemaron en nuestra Universidad con el sambenito que eran subversivos, entre ellos, el de Don Juan Filloy, acordarse de “Vil y Vil” y “La sangre en armas” del poeta Osvaldo Guevara, hasta la tuvieron mal a “Caperucita Roja”, una chica descarada que usaba el color sospechoso.
Cada tanto, el enano fascista se les brota a los intolerantes y a los autoritarios. Libro, película y obra de teatro perseguida y bajada de cartel por la censura, despierta en el público una reacción contraria a lo buscado. Será por curiosidad, por espíritu de contradicción o por instintiva rebeldía que el ser humano se interesa más por lo que se le prohíbe que por lo que se le quiere meter por las narices, que el efecto resulta contraproducente.
Volviendo a Gütemberg y su invento que revolucionó el final de la Edad Media, desparramando la sabiduría y el placer de leer en épocas oscuras y de sangrientas persecuciones:
¿No está pasando algo parecido con las comunicaciones cibernéticas?
¿No está pasando algo parecido a lo que nos contaron los griegos cuando abrieron la caja de Pandora? Se destaparon tantos enigmas que ya no quedó el mundo como antes estaba.
Internet y las comunicaciones satelitales parecen impunes a lanzar lo tan oculto y sincerado como la noticia que Bush y Bin Laden son socios de meganegocios, dentro y fuera de EEUU.
Estas nuevas y aceleradas emisoras de noticias y conocimientos han hecho posible la casi desaparición del Correo Postal, otrora protagonizado por la imagen del cartero con su bolsa de correspondencia repartiendo las esperadas cartas de casa en casa, románticamente para novias, amantes, madres lejanas y entrañables amistades, con extraños sellos y perfumadas de amor.
Para los que sorteamos las persecutas de la censura, estamos en la gloria. Gracias al cyber se envían noticias y se difunden cosas horrorosas, siniestras, puercas, plagiadas, divertidas, interesantes, además de surtidas y desestimadas noticias que no salieron en los grandes y poderosos periódicos oficiales que publican o no, según sus negocios o influencias políticas. Este reino del todo vale pareciera retrotraernos a la lejana Torre de Babel.
Pero todavía nos quedan las paredes en que hasta podemos declarar el amor con pasacalles, sentencias divertidas o denuestos para nuestros representantes ante el Congreso, que mas velan por sus propios intereses y el partido que pueden sacar en sus enjuagues políticos. Allí, en las paredes de París se ejercitaron los estudiantes cuando en el Mayo Francés mostraron sus rebeldías, dando su cátedra de expresar lo que se piensa o lo que se sufre… y a cuanta más represión, más ingenio y humoradas. Cuando los mandones censuran no nos dejan otro camino que los graffitis que son el antecedente de los escarches en casos en que a la justicia la mandan al freezer. Decimos “que las paredes gritan cuando la prensa se calla y la justicia está dormida”.

(1)- Incunables: libros enormes cuyas hojas eran confeccionadas con cueros de animales a los que se los curtía, escribía y dibujaban los frailes en los conventos y monasterios. Allí quedaba almacenada la cultura y la religión durante la Edad Media.

SUANA DILLON.

 

sábado, 19 de julio de 2008

¡EUREKA!, ¡TENEMOS CONGRESO!

Por Susana Dillon


De las instituciones que las sucesivas crisis y gobiernos autoritarios hemos padecido, con el rótulo de presidencialistas, sin duda la que quedó más maltrecha ha sido el Congreso, vale decir los que representan al pueblo, cerrado y con los congresistas dormidos pero cobrando sus suculentas dietas. La cosa era “no hacer olas”, de este modo los decretos fueron administrados por el Poder Ejecutivo a su antojo.
Para éstas, la ciudadanía, salvo contadas excepciones guardó silencio complaciente.
Así quedó despojada de uno de sus derechos fundamentales.
A lo largo de los años de Ejecutivos “fuertes” hemos tenido “diputruchos”, chequeras voladoras, tarjeteos y coimas bajo la mesa, para arrimar voluntades. Recordar: la flexibilidad laboral, ley discutida y nefasta, se sacó con estos métodos aún en vigencia. Podríamos hacer una larga lista de libertades conculcadas y de leyes de la dictadura aún en vigencia. Ningún congresista parece haberlo advertido, pero éste no es momento para la historia pasada, ahora tenemos un incendio que hay que apagar. El tema del agro, la resolución 125, el si vendemos las lecheras o sembramos más yuyos. Tampoco sacando gente a la calle, en tractor o al sonido de los 200 pesos por participante. Ya basta de este circo. Ya estamos conscientes que no eran para todos las cuatro por cuatro y los chacareros no ataban perros con chorizos en sus residencias palaciegas. Han ido apareciendo los bien disimulados pools de siembra, los que evadieron impuestos y amasaron fortunas mientras recibían del gobierno los subsidios que no les dieron a los chicos y medianos. Así quedó fundada una nueva y angurrienta oligarquía, mucho más esplendorosa que la que Roca obtuvo luego de la Campaña del Desierto, cuando liquidó a los ranqueles y de paso también exterminó por desidia y falta de médicos a los milicos de frontera.
Tuvieron que pasar más de 100 días para que se despertaran los que dormían placidamente en sus butacas, los elegidos por el pueblo para hacer oír su voz en defensa de nuestros intereses. Sabemos que no les resultó fácil recuperar el habla luego de tantos silencios… en medio del fragor de las discusiones tuvimos que oír las voces de los que encima le echaban nafta al fuego, tanto en las carpas festivas como en los sagrados recintos.
Observamos con mucha bronca cómo se la tomaron, a semejanza de un partido Boca-River, a ver quién metía más goles, en carpas de jeques petroleros cuando en el norte hay un cura que pide que le ayuden a dar de comer y vestir a los desnutridos. ¡Vamos, hay tantos chicos con pronóstico reservado, muertos por el paco, solos en su casa viendo el televisor con Tinelli baboso tras los culitos de las descerebradas, mientras el carnaval carpero muestra la otra cara del drama!
Con este resultado favorable a los chacareros, que dio el Senado, la pareja que manda tendrá otro argumento para prolongar esta aventura disparatada con escarches inventados para seguirnos mintiendo sin que les tiemble la pera? ¿Qué pasará con algunos senadores estrellas, esos que tienen estancias, empresas, ferrocarriles, subsidios regalados y exentos de impuestos? Y… ¿Con qué será premiado el ínclito Diputado Cantero después de su exitosa actuación? ¿Le darán un Ministerio?
Estamos avizorando que los de siempre, que somos los que pagamos los platos rotos de esta festichola tendremos que afrontar el temporal de las acusaciones de la pareja presidencial que son más bien provocaciones a quebrar la poca paz que conservamos gracias a nuestra tolerancia de ciudadanos que estamos en el medio de la contienda sin comerla ni beberla.
Para eso debemos estar alertas, seguir demandando lo que nos corresponde ya que ni Dios ni la Patria se ocupan de las sinrazones que nuestros representantes nos obligan a tolerar al son de que nosotros les delegamos el mando, para que luego ellos sean manoseados y presionados por el poder central.
¿Qué se ganó con la apertura del Congreso?
El que se pudiera discutir, el que el pueblo pueda al menos patalear y oponer ideas, reclamar derechos.
¿Qué se perdió?
La oportunidad de sacarse de encima resolución 125, principio y carozo de la crisis agraria de que hemos tenido.
El que quedarán al desnudo los flojos, los traidores al pueblo, los grandes obsecuentes; no hay más que mirar en los noticieros los que aparecen rodeando a la pareja presidencial festejando sus chistes y aplaudiendo frenéticos. (Aquí sí que por la plata baila el mono!!)
Algo para recordar: no los dejemos solos a la madrugada. La ciudadanía tiene que participar vigilando que no se conculquen sus derechos y cuando firmen algún papel, OJO con la letra chica.
                     SUSANA DILLON.

sábado, 12 de julio de 2008

LAS VIUDAS, LA MALDICION BIBLICA Y UN FLOR DE GERIATRICO.

Por Susana Dillon

A aquellos que inventaron el matrimonio con todas sus trampas y demás triquiñuelas, hace miles y miles de años, primero se entrenaron en matemátIcas y más tarde, sin siquiera intuirlas, se abocaron a las ciencia sociales, para ver de qué modo nos jorobaban la vida: inventaron las legislaciones que imponían los grandes ángeles cuando andaban de mal genio. No bien los que conducían la horda agarraron el garrote para imponer sus oscuras intenciones, sacaron las cuentas de cuánto se podía ofrecer por una mujer joven, saludable y gozable. Los pobres se creyeron que todo venía en un sólo paquete. Lo demás era cosa del garrote. Un buen garrotazo en el momento oportuno, era más eficaz que el veredicto del Consejo de Ancianos que eran todos achacosos y gruñones.Lo importante era tener la horda en orden y bien disciplinada para salir a cazar, encontrar buen refugio, y conseguir por las buenas o a los garrotazos alguna fémina apetecible, cama adentro. El mercado matrimonial del sexo fuerte, estaba desabastecido como en épocas de piquetes. Tenían que salir a guerrear si querían tener quien al regresar a la cueva y tuviera el guiso a punto, el piso barrido, la hoguera encendida y un lecho de musgo para revolcarse con la mujer que le había robado al vecino. En aquellos tiempos, el hombre no había probado ningun método de seducción ni de soborno por el chamuyo, las caricias o esas zalamerías que convencen a las más reacias a perder sus virtudes. Los tipos eran una bestialidad de brutos porque consideraban que tratar a las mujeres bien era signo de debilidad y tal cosa, en su curriculum era una mancha tan terrible, como sobrellevar la más cruel de las deshonras.En tiempos tan oscuros, adversos, el hombre vivía cuanto mucho hasta los cuarenta pirulos, debido al estrés que le producían las múltiples dificultades de su diario vivir y eso que no había shoppings donde ir a tarjetear lo que se le podría antojar a su insensata compañera. Aquellos tiempos podrían muy bien haber sido felices porque no había morlacos para tirar a la marchanta como los otarios del tango, porque de esa especie bien que los hubo, pero la arqueología no ha podido individualizarlos ni con el Carbono 14.El caso es que la vida bruta que llevaban no era lo más apropiada para hacerla duradera. Es por eso que ahora, al viejo que persiste en prolongarla a fuerza de píldoras y tratamientos, los dirigentes de las mutuales... les cortan los servicios hasta volvernos al año 0 de la humanidad.La super-civilización, los adelantos científicos, el alto nivel de vida no tienen nada que hacer con funcionarios de estas precarias instituciones que se dicen de los servicios sociales que provocan más muertos que si nos arrojaran bombas nucleares.Para colmo de tantos males, la eutanasia que inventaron junto con la globalización, no sirve con las viejitas. Se mueren primero los viejitos porque Dios los hizo de barro según el Génesis, cuando manda creer que lo hizo a Adán, para que disfrutara de las cosas buenas de la Creación, pero se vino la comilona de manzanas y todo se echó a perder.A la pareja de los antojados, se les presentó el ángel con la espada de fuego y echándolos del Praíso les mandó lo peor que se le ocurrió: que se enfermaran, que se murieran, que tuvieran chicos a los gritos, todo sin mutual, y con largos y dolorosos años de vejez. Pero todo eso no sirve con las viejitas, se mueren primero los hombres, las estadísticas están conmigo. Las viejas de todas las edades y jerarquías, nos las hemos arreglado para sobrevivir y vencer a las maldiciones bíblicas, desde que el ángel que pilló a Eva comiéndose la manzana y que lo hizo caer a Adán, que era bastante lerdo.A las viudas nos han hecho malas famas desde el vamos, sobre todo cuando se metieron a querernos administrar lo dejado por el finado. Desde allí para adelante la prensa siempre estuvo en contra nuestra, cuando aprendimos a no dejarnos pasar las cuentas. Viuda que se arreglara sola la cuenta bancaria, que sola se cobrara la jubilación y que sola andara por el mundo se ponía la parentela en contra.Pero todavía se ciernen negras nubes sobre los años venideros. Llegaron desde La Docta una delegación de legisladores con un proyecto sensacional y preocupante: el proyecto de una nueva cárcel y el posible remate de las ruinas de la existente que cumplirá su primer siglo. No se aclaró de dónde sale la guita, a no ser que sea con las retenciones que se andan meneando. Luego de horas de sesudas reflexiones, se llegó a una solución delirante. Una voz que no había oído antes, enunció su asombroso proyecto: convertir la "capacha o la cuadrada" como gustan llamarla sus pupilos, en algo jamás imaginado, ni en nuestros cerebros decadentes, dijo la voz tonante -"la vieja cárcel sería buen lugar para un geriátrico".Miré a mi alrededor y constaté que la única de ochenta pirulos existente en la coqueta sala de nuestra gobernación era yo. Me ví a mi misma reclutando veteranos para armarles el piquete que trajera más dolores de cabeza que el de los chacareros desvalijados con las retenciones. Así que guardé mis iras para cortar rutas y aquí estoy queriendo armar otro frente de tormenta.Viejo/a que lea este relato de terror, ponga sus barbas en remojo y vaya pensando en su futuro. Cuando los legisladores salen por el sur, abandonando su pachorra serrana y llegan a hacer política se ponen peligrosos, hay que neutralizarlos con un buen nutrido y ruidoso piquete, algo más movido que los gestados por el agro. Las viejas reclamamos la vanguardia y los megáfonos entre los redoblantes... y nada de quedarse en casa para verlo por TV. ¡Gerontes del Imperio, uníos!

SUSANA DILLON.

viernes, 11 de julio de 2008

PALABRAS QUE MARCARON ÉPOCAS II



Por Susana Dillon


El UniKato K.
Fueron tiempos de riqueza concentrada y miseria repartida.
Sería muy interesante que nuestros analistas políticos se dieran una vueltita por las bibliotecas públicas donde se apilan en un rincón las antiguas revistas de humor, caricaturas y chistes a expensas de los protagonistas del fraude, los negociados, las entregas sin disimulos de nuestras riquezas y las tramoyas perpetradas por nuestros prohombres, como les gustó que los llamaran los chupamedias de turno.
No sólo lograron descorrer telones de lo que pasaba en la escena política, también nos enseñaron a leer entrelíneas, poniendo al desnudo a los que siempre ganaron con trampas, pero hacían bonitos discursos a los valores del pueblo. Entre aquellas publicaciones, las favoritas fueron “El Mosquito” y más tarde “Caras y Caretas” de agudísimo aguijón para que aún en regímenes duros pudieran realizar su oficio con creatividad y humor.
A Roca lo pusieron en la picota llamándolo “El Zorro” por su afamada astucia para salir ileso de cuanto exceso se le ocurrió en la escena política y en la privada. No hay más que enterarse de lo que le hizo a Ambrosio Olmos cuando lo destituyeron del cargo de gobernador de nuestra provincia Juárez Celman y su gavilla, mandándose a cambiar aires a Europa mientras su hombre de confianza (Olmos) era defenestrado indignamente. Se le dijo Zorro por lo mañoso, vueltero y sin escrúpulos. Bajo su empaque de general victorioso luego del genocidio de la Campaña del Desierto, pudo trepar a la presidencia de la Nación, un país acosado por guerras innecesarias e injustas, de las que sus nueve hermanos, por ser abastecedores de los ejércitos se hicieron millonarios en tierras y bienes raíces. Sus directos beneficiarios le llamaron “salvador de la Patria” y le levantaron monumentos que hoy todavía se discuten. Roca tuvo sus aciertos, como la implantación de las escuelas laicas, (ley 1420) o ley Sarmiento, el registro civil, la libertad religiosa, la separación de la Iglesia del Estado, que fueron bien recibidos por la ciudadanía, pero durante su gobierno se robusteció el fraude, el nepotismo, la corrupción, los nombramientos a dedo y el reparto de las tierras arrebatadas a los indios para sus amigos, parientes y socios, dejándole a su cuñado Juárez Celman esta herencia a quién por su corrupción se lo destituyó obligándolo a renunciar porque no dejó desastre sin hacer.
Juárez Celman y su hermano Marcos Juárez tiraron parejo para llevar al país a la quiebra cuando en 1889 se estrenó el primer corralito en que el país sufrió su más vergonzosa bancarrota, fruto de la vida dispendiosa de unos pocos y de la miseria del resto. Ellos inventaron los billetes sin respaldo como los cercanos bonos, se cerraron los bancos y muchos quebraron, el dinero se llevó al exterior, hubo corridas y pisadas de cajas de ahorro y cuentas corrientes, inflación y corrupción como en el 2001, pero tales demasías no figuran entre la historia que debemos aprender para no repetirla.
Pero Miguel Juárez Celman no paró hasta ser nombrado Jefe del Partido Autonomista, así concentró en sus manos todo el poder, de este modo sus detractores llamaron a esa época “EL UNICATO”, que bien mirado hoy podría ser “EL UNIKATO”: todo el poder en una sola persona. Nadie le pediría cuentas ni le haría sombra. En su codiciosa ceguera no se dio cuenta que los pueblos pierden la paciencia y estallan. Tuvo que renunciar, pero ya había hecho caja. Quedó en su lugar el Vice-Presidente Dr. Carlos Pellegrini, que tuvo que recoger los platos rotos del gran banquete.
Pero como siempre ocurre, el pueblo se tuvo que hacer cargo de saldar las cuentas con sangre, sudor y lágrimas, ajustarse el cinto y perder el empleo.
Los porteños, que son bravos para reírse de penas ajenas, llamaron a Juárez Celman “El Burrito Cordobés” y así lo dibujaron en “El Mosquito”.
El Unicazo de Juárez Celman se estableció como régimen político y les vino bien a sus sucesores, fue de allí en adelante conducta de los liberales que Mitre había puesto también en práctica, así lo expresa en su testamento político.
Aquellos fueron tiempos en que se burlaba impunemente la voluntad popular, las provincias se subordinaban al Congreso y los congresales atendían sus estancias y empresas, sin ocuparse de lo que necesitaban sus representados, sino que debían obediencia al Poder Ejecutivo que tenía la llave de la caja del presupuesto.
José María Gutiérrez en 1887 aseguró: “la elección libre es una burla sangrienta” y más tarde, Eduardo Wilde, ministro de Roca, lo declaró en la prensa: “El sufragio universal es el triunfo de la ignorancia universal”. Pero siguieron discurseando sobre los alcances de la democracia.
Pellegrini, perteneciente a la crema de la oligarquía, siguió en la lista de los nombrados a dedo, se ocupó de algo muy importante: fundó el Jockey Club.
A.J. Amuchátegui en el libro “Crónica Argentina”, comentando estos acontecimientos, registró esta metáfora sobre el accionar de la oligarquía porteña: se debía a que siempre se quedaba con el rancho, la china, el caballo y la guitarra, mientras el paisano se pudría en el fortín.
Con respecto al UNIKATO, me parece que sigue en vigencia.
¿Ud. qué opina?

SUSANA DILLON.