jueves, 30 de abril de 2009

MIRADA MISTERIOSA

Por Susana Dillon


En Egipto antiguo los adoraron como a los dioses. Hasta los embalsamaban para la eternidad.
Se dice que los gatos son tipos misteriosos. Cuando te clavan los ojos te interrogan, te hipnotizan. Las pintas de sus iris emiten sigilosas y enigmáticas señales. Vos no las tenés muy claras a tus relaciones con el bicho: no sabes si te quieren o si solamente te toleran. En un momento te ronrronean frotandose contra tus piernas para que los mimes y en otro ¡Zas! Te aplican un derechazo a mano abierta para dejarte el surco de sus garras. ¡Gato loco!
Con gatos no fiarse. Ellos hacen lo que les conviene: andan por la casa como su propios dueños, se comen la mejor presa y ocupan el mejor almohadón para sus siestas, pero se mandan a mudar no bien vos necesitás de que alguien te preste la oreja para alguna confidencia o sentirte acompañado. No podés contar con su inconstante amistad.
No podés pedirles que se queden ni que te cuiden. Te mirarán de soslayo, se lavarán la cara y levantando la cola desaparecerán por cualquier agujero en busca de aventuras. Está siendo claro que él no te pertenece, más bien, vos le perteneces al gato. Como el felino es un tipo libre y débil, no se calienta por ningún problema social, ni económico ni político.
En cambio, el perro, es otra cosa. Ya lo podés patear en alguna de tus rabietas, le das tus sobras, lo podés dejar que se muera de frío en el balcón, como hacen muchos en Buenos Aires, la cosa es tener perro, y el tipo te hará fiestas y lamerá tus manos echándose a tus pies para demostrar su dependencia, su acrisolada fidelidad, su mentada entrega. Puede aturdirte con sus ladridos y hasta comerse tus calcetines en un acto heroico de supremo chupamedias. Es un auténtico liberal-conservador, un defensor del "statu-quo". Podrá estar mal, pero sigue firme en la huella. Nada de cambiar de vida ni de amo. Lo que sí, el perro puede armar, con sus congéneres un lío de San Dios, ya sea por disputarse la caniche coqueta y fatal o embroncarse con el Collie que llegó al barrio con su pinta bacana y le meó la propiedad. Lieros son. No hay con qué darles. Si hay manifestación, van. Si hay que cortar las rutas están ahí, dale que va, hasta que empiezan las bombas de estruendo.

Estábamos, con un amigo dilecto en estos tratados de filosofía casera cuando un suntuoso gato de su casa encontró que todas las puertas y ventanas exteriores estaban cerradas y daba muestras de querer salir a atorrantear. Nadie le dio bola. ¿Qué hizo? Mi amigo tiene en la casa cuatro perros imponentes como guardianes de su quinta. Los alojan en un reducto abrigado y exclusivo. El gato se dirigió al aposento de los canes y desde un pilar le clavó su mirada de taladro. Los miró, los miró y los remiró. Al rato, los perros estaban locos del todo parecían atacados por una monumental hidrofobia, listos para demoler verjas, jaulas, portones y paredes.
Mi amigo interrumpió nuestra animada charla sobre sus mascotas y salió a poner orden en la jauría. El gato aprovecho la puerta abierta y se lanzó a la noche como una exhalación.
¡Gato marxista! Rugió mi amigo, este hace igual que los que azuzan a los manifestantes embroncados por causas justas. Como no tienen suficiente fuerza ellos solos para armar semejante despelote, los vienen a jorobar a estos otros calentones para salirse con la suya. ¿Viste cómo los miraba hasta que los volvió locos? Me extrañó el razonamiento porque siempre lo juzgué un personaje progresista.
A vos también te debe haber revuelto el seso la mirada del gato porque que te adheriste a la teoría de que todo lo que no te bancás es por culpa de los zurdos. Ya caíste en esa también vos. Y le planté el jerez que me estaba saboreando, pero no emprendí la retirada en espera de las próximas teorías de mi amigo para rescatar al gato vagabundo.
No había terminado mis meditaciones al respecto cuando un infernal griterío de mininos sacudía la noche. Su gato era el que tenía los reclamos más apremiantes y la voz más fervorosa. Ahora mi amigo tenía otro tema sobre los gatos. ¿Oíste? En cuestión de amores los gatos son más pudorosos. Sentís el escándalo pero no lo ves. En el misterio de la noche andan clandestinamente por la terrazas, chimeneas, tapiales y jardines, no te dan espectáculo. En cambio los perros son exhibicionistas, como los humanos. Si andan escandalizando todos los demás se tienen que enterar y ver. En la calle los perros y los humanos en la T.V. y en el cine, ahora también por Internet. Ni a los chicos les caben dudas de los escarceos amorosos de la especie humana. Todo está a la vista y para ser imitado. Mi airado interlocutor seguía perorando sobre la indecencia de la especie humana. Y yo tenía la sangre en el ojo por lo que le había adjudicado ideológicamente a los felinos. Mira muchacha, yo creo que la que se viene en reclamo a lo largo y a lo ancho del país desbastado y a la deriva no necesita de agitadores ni de zurdos para encrespar las olas y quemar cubiertas, recurso harto ingenuo para demostrar lo que se reclama, ya le tendrá que seguir temblando la pera a esos ministros que tienen que dar explicaciones que no convencen ni a su tía. Así que dejate de adjudicarles marxismo a los gatos. Y ahí nomás me bajé el último chato de jerez.
En lo profundo de la noche seguía la batahola de gatos y perros, los unos en amores y los otros por envidiosos.
La mirada gatuna seguía haciendo efecto.

lunes, 27 de abril de 2009

El globo de ensayo del profesor Cambría

Por Susana Dillon

Hace ya días, vimos aparecer unos negros nubarrones hacia el lugar que ocupan las famosas manzanas legadas en sus tiempos por la señora Adelia María Harilaos de Olmos, aclarando más tarde en su testamento la tenencia. El objeto era construir sobre ellas, escuelas o instituciones benéficas.

Así lo dispuso esta aristócrata en tiempos en que se había propuesto legar su fortuna para la educación popular y la atención de niños, jóvenes y ancianos necesitados.

Una de las obras que se proyectaron y construyeron desde la órbita nacional fue precisamente el Centro 11, que luego pasó a la provincia y de allí a nuestro municipio que lo sigue sosteniendo con el beneplácito de la población que disfruta de sus instalaciones… y cosa insólita: siendo la educación, en estos tiempos, materia abandonada, el Centro 11 es el amparo y el goce de los niños, jóvenes y ancianos que concurren a realizar actividades deportivas y terapéuticas que se concretan eficazmente, pues las instalaciones se atienden con esmero no sólo en lo que al edificio se refiere, sino en lo concerniente a la labor profesional. En una palabra, que la ciudad y su gente, en esta época crítica, adhieren a la aprobación de sus funciones para que sigan sin que haya ni modificaciones ni cambio de personal idóneo.

Pero, como cosa que funcione, es casi un milagro, hubo quien se empeñó en trastornar lo bien hecho con fines personales, a lo que era y sigue siendo afecto hasta el presente.

Sin que pocos avizoraran la tormenta, el profesor y rector del Nacional hizo funcionar su globo de ensayo, urdiendo esta intriga, con argumentos traídos de los pelos y presuntos mandatos de la donante, con fines que quedan muy claros: su propio beneficio.

Ha sido rápida la reacción de quienes han trabajado o recibido los bienes del Centro 11, se pusieron en guardia haciendo uso de la memoria.

La noche del 23 de abril, mediante un comunicado, el Gobierno Provincial puso las cosas en su sitio. No habrá tal traspaso al Colegio Nacional por más malabares ni argumentos interesados. El tema es no innovar.

El sólo constatar en el estado que se encuentra el edificio del colegio hizo erizar la piel de la ciudad entera. Las intenciones del provocador han quedado en evidencia y como dicen los jóvenes que asisten al ruinoso edificio, que hasta tiene instalaciones clausuradas por inhabitables, “el profe ha quedado al salto por un bizcocho”.

Este globo de ensayo del profesor-rector lo retrata de cuerpo entero, es probar a ver cómo le sale esta nueva estratagema para quedarse con los vueltos, como es su habilidad.


lunes, 20 de abril de 2009

Globalización para disconformes

Por Susana Dillon

Para nuestros colegas, especialmente a...


Lo paradójico de nuestro tiempo es que tenemos los edificios más altos, pero las miradas más cortas, los puntos de vista más estrechos. Por las rutas más largas empleamos menos tiempo, a no ser el gran toque ir luego de la acelerada, al hospital. Compramos más, tenemos menos para disfrutar. Podemos construir casas enormes, pero las familias son cada vez más chicas. Tenemos gobiernos académicos, pero menos sensatez y sensibilidad. Tenemos mayores conocimientos, pero menos poder para juzgar. Más medicina y menos salud.
Bebemos de más, fumamos  de más, gastamos a manos rotas, reímos menos, nos irritamos fácilmente, nos acostamos tarde, nos levantamos cansados. Raramente nos sosegamos al leer un libro, estamos demasiado tiempo ante la TV. Reducimos nuestros valores, aumentamos nuestras deudas. Hablamos de más, odiamos con frecuencia, estamos ansiosos por ganarnos la vida y nos olvidamos de vivirla. Le aumentamos años a nuestras vidas, pero no vida a los años.
Ya fuimos y volvimos de la luna, pero tenemos dificultades al cruzar la calle y no sabemos quién es el nuevo vecino.
Conquistamos el espacio exterior, pero nos desconocemos a nosotros mismos, sabemos con quien se encuentra una vedette conocida por su descaro, pero no sabemos que el adolescente de la familia se droga. Queremos limpiar el aire, pero la polución del alma, la ignoramos. Planeamos todo y no realizamos nada. Tenemos más computación para navegar por Internet y no nos comunicamos con la familia.
Tenemos muchos avances en cantidad, pero poco en calidad. Mayores angustias y menor paciencia.
Tenemos reacciones rápidas, pero direcciones lentas. Mayor cantidad de tipos de comida, pero menor nutrición. Nunca hubo tantos cocineros en TV cocinando primores gastronómicos, y nunca hubo tanta hambre en el país.
Estos días son de viaje rápido, pañuelos descartables, amigos descartables, maridos descartables.
Pero para qué afligirse: hay píldoras para todo: te alegran, te duermen, te ponen erótico, te matan.
Son tiempos de lucir todo en la vitrina, aunque ya no quede nada en la trastienda.

Son tiempos de anhelar la paz mundial, pero te peleas con el vecino. Un tiempo en que la tecnología puede llevarte estas palabras, y vos podés elegir entre incorporar alguna de las verdades a tu repertorio y tal vez la sumes a tu pensamiento o apretar una tecla... y dejar de pensar.

sábado, 18 de abril de 2009

LA MUJER EN LOS MEDIOS

Por Susana Dillon

..........................................."Ver y no tocar, cosa de reventar"


.......................................... ......Refrán antiguo.

La mujer, primer ser humano caído en la esclavitud, según lo demostraron los libros sagrados y la conducta masculina de todo los tiempos y de la mayoría de los pueblos que se prendieron de la presunta condena de los dioses que adjudicaron el pecado y la culpa. Después de 2000 años de batallar por liberarnos, de sufrir hogueras y persecusiones, las señoras hemos sido vilipendiadas, encerradas en lóbregos castillos, apretadas con cinturones de castidad mientras los terribles maridos marchaban a las guerras santas y las del lecho, mal decididas por santos misóginos que tronaron con aquello de "MUJER, PUERTA DEL INFIERNO" y rugieron indignados San Pablo, la siguieron San Ambrosio, San Agustín, y Santo Tomás y cuando los tonsurados predicaban desde el púlpito, el desierto o el Vaticano donde las relega al servicio doméstico.
Luego del período de la inquisición donde fueron a parar a las hogueras 8 millones de mujeres con el cargo de brujas y endemoniadas, nos ordenaron imperativamente los lugares que debíamos ocupar: "la mujer debe estar en la Iglesia, con los niños y en la cocina" toda transgresión fue llamada pecado. En España fueron todavía más lejos: "la mujer debe salir de su casa sólo tres veces en su vida: cuando la llevan a cristianar, cuando la llevan a casar y cuando la lleven a enterrar". Debía dar tantos hijos como para abastecer de sacerdotes a la Iglesia, de soldados a los ejércitos y brazos a los esclavos. Eso rigió desde la edad media hasta la caída del nazismo.
En nuestro país, la mujer recién pudo administrar sus bienes, entrando principios del siglo XX y más tarde le dieron patria potestad compartida con su cónyuge, porque quien paría los hijos, hasta allí no tuvo ese derecho. En los medios de comunicación podía salir su obituario o si era reina. Las demás, a estarse calladas.
Hasta muy entrado el siglo XIX, las artistas, las actrices, las escritoras eran consideradas las ovejas negras del rebaño. Las cantantes, bailarinas y comediantes, en muchos países, cuando morían no las enterraban en lugares benditos. Como los suicidas, judíos y de otros credos: en otra parte.
Ahora, las féminas, estamos como Dios, en todas partes. Suplimos al hombre. En los medios periodísticos, aparecimos dando recetas de cocina, hablando de los problemas de los chicos y en la beneficencia.
Un buen día, otra réproba del rebaño, Eva Perón, nos dio el voto.
Los medios, de allí para adelante descubrieron a las feministas que apuraron la ideología a fuerza de recibir palos y malos tratos.
En estos años de crisis, la mujer ahora luce su pechuga y sus esféricos glúteos, si no los tiene, se los fabrican exhibiéndolos mañana, tarde y noche para excitar a los varones remisos a tales encantos.
Es tal el frenesí de exhibir tales protuberancias que no quedamos allí.
Vienen, por añadidura las escenas eróticas y más recientemente las escenas pornográficas. La mujer ha vuelto a ser esclava sexual. La violencia que desata hace cometer al hombre toda clase de delitos. Los niños y niñas son las primeras víctimas y esta vez, las descerebradas de la pasarela serán las responsables. ¿Pero acaso tienen cerebro tales irresponsables de lo que causan con sus inclinaciones gatunas? No, como en la droga y los demás estupefacientes hay una convivencia entre el comercio infame y la política: hay que entretener a las ardientes muchedumbres, mientras se les mete la mano en el bolsillo.
Palabras de sexólogos, sociólogos y demás profesionales de la salud dan respuestas a esta verdadera orgía de exhibiciones porno-eróticas aderezadas con el escatológico comentario del chismerío, que en eso no escatiman gastar horas de energía. Allí las actitudes de estos gatos metidos a vedettes les desatan las hormonas a la población masculina, que de no tener una salida normal, se arrojan sobre los niños y niñas.
Es evidente que al menor ya no se lo protege, más bien se lo induce a probar tempranamente el sexo. En los medios, el cuerpo de la mujer es mostrado como para venderlo parte por parte, como pasa en la carnicería.
Ellos, los que saben de las miserias de los instintos humanos, admiten que tanto crimen, desenfreno y violaciones son provocados por las imágenes que constantemente y a toda hora son transmitidas por la televisión.
Mujeres: ¿y nosotras seguimos en silencio?
Una periodista cordobesa, al quejarse públicamente de este estado de cosas, me respondió: es que el culo y las lolas venden y la consigna actual es de fierro.
Padres y madres: ¿seguimos en silencio o nos declaramos insumisas?

jueves, 16 de abril de 2009

VIOLENCIA, VIOLACIONES, ABUSOS, ASESINATOS

¿Cuál es la causa?

Por Susana Dillon


El periodismo oral, escrito y televisivo no se da tregua contando los casos cada vez más violentos donde mujeres, niños, jóvenes y ancianos son las víctimas más frecuentes de la delincuencia desatada por todo el país y no pensemos que es casual, sino causal. Obedece a la lógica macabra de que se eligen los más débiles, los más indefensos, porque resulta más fácil.
Las autoridades civiles y  los uniformados parece que se hubieran puesto de acuerdo para ser menos eficaces para contener la avalancha de asesinatos. Más bien se instaló comodamente la mafia sin que advirtiéramos siquiera un gesto por contenerla y menos combatirla. Los que debieron hacerlo, están haciéndonos votar, siempre a los mismos. La corporación política demostró abiertamente que "quien calla otorga".
La sensación de estar indefenso es tan evidente, que ya se toma la perspectiva de que a cualquiera le toca en este preciso día ser asesinado en cualquier calle o en su propia casa.
Pareciera que cada uno de nosotros ya se ha concientizado de que nuestras vidas no tienen valor. 
Vamos a los ancianos: no hay nada más fácil y productivo. Se lo mata de un solo golpe, como a los conejos, sobre todo si se hacen sospechosos de poseer algún pequeño bien, renta o jubilación.
A las mujeres las matan sus maridos, compañeros o amantes, aquellos que alguna vez dijeron amarlas o los que con un arma pueden saciar sus instintos.
A los niños les cae como un rayo la lascivia o algún morbo sexual de los que encuentran más placer cuanto más destruyen. Hasta ha proliferado la violación y el sometimiento de sus propios hijos e hijas.
El asesinato luego de la violación, es drama cotidiano y los que imparten justicia dan la sensación de proteger más al delincuente que a las víctimas. Al violador, se le coloca la pulserita y le dan puerta enseguida para que repita aceleradamente el mismo delito.
Los delitos sexuales son los de mayor difusión, porque existe una verdadera promoción de escenas donde el sexo se exhibe sin pudores. La pornografía se explaya a sus anchas en avisos de ventas que promueven desde una gaseosa a la roncadora ilusión súper-sport. Todo se publicita en exhibiciones en que las descerebradas modelos muestran sus atributos con poses y expresiones prostibularias emparentadas con la droga.
Existe una relación directa entre la proliferación de la pornografía y la excitación que se produce entre personas que no controlan sus instintos.
No existe horario de protección al menor, es evidente que se quiere corromper al menor. A todas horas la oferta de sexo, encubierta o sistemática. A todo esto, se acepta mansamente lo que ofrece en sus espectáculos en que se pretende ayudar al prójimo, el maestro de ceremonias de la corrupción Marcelo Tinelli, sin disimulos y con presencia de niños, las escenas de baile, que tuvieron mucha aceptación. Allí madres y padres impulsan a sus hijas a lanzarse a la prostitución VIP (clase alta).
Y ya están listas, las adorables descerebradas para posar como modelos en avisos comerciales donde super-abundan traseros y pechugas, así se impulsa la venta que provoca gastos compulsivos, pero que apunta al deseo sexual.
Ahí tienen, por ejemplo los avisos de distintas marcas de celulares al alcance de los niños, que dejan de jugar a lo que siempre fue un cultivo de su inteligencia, para convertirse en un consumidor de escenas e imágenes de las relaciones sexuales.
Luego nos extrañamos de que los chicos, en lugar de jugar, estudiar y practicar deportes se masturben ante escenas impropias para su edad.
En la escuelas, es frecuente el agredir a las maestras que pretenden enseñar dentro de la más elemental disciplina y esta agresión es aprobada por padres y madres que tampoco fiscalizan lo que sus vástagos ven en la T.V. y en los celulares.
En un país que no valoriza los bienes culturales, ni la educación pública dejándose llevar por el alud de la decadencia de valores, la entrada pasiva de la droga, al futuro no se lo puede pretender color de rosa.
Si nada puede venderse por su propia calidad, si hay que seguir aceptando que en las tapas de revistas y publicaciones haya más culos que caras (fijarse en la exhibición de los quioscos) ¿no será que ya estamos todos pensando con el culo?.
Hace pocos días, una angustiada maestra de grados inferiores, luego de una clase informativa sobre los órganos sexuales, al levantarse un chico de nueve años a hacerle esta pregunta, se quedó sin respuesta. Seño: ¿cuántas veces seguidas se puede tener un orgasmo?
¡Cuánto ha cambiado la pedagogía desde que enseñábamos "la regla de tres simple"!. Lamentablemente, los docentes no están capacitados para situaciones imprevisibles, que nos exige el presente, donde el que no sabe manda.

domingo, 5 de abril de 2009

LOS VIEJOS TIEMPOS DE POLITICOS POBRES

...........................................................Thomas Jefferson

Por Susana Dillon

Thomás Jefferson, fue el tercer presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Había nacido en 1743. Su vida fue fecunda en obras en aquellas épocas de pioneros donde el mundo era ancho y todavía ajeno, todo estaba por hacerse, la gente ambiciosa encontraba su destino a fuerza de sudores, coraje y espíritu de empresa. También tenían sólidas normas de conducta, eran creyentes y austeros, forjaron códigos y se ciñeron a las leyes recién impuestas.
Sucedió a Benjamín Franklin, embajador en Francia, por entonces era ese país el que exportaba ideas y normas a las naciones recién nacidas. Además, necesitaban su apoyo como nación joven en busca de modelos.
Redactó la declaración de la independencia y el estatuto de la libertad religiosa para el estado de Virginia, siendo así mismo el fundador de la Universidad de ese estado. Antes de ser presidente (1789-1794), fue secretario de Estado y Vicepresidente.
Cuando dejó el poder, se encontró pobre de solemnidad, no tuvo más remedio que vender su valiosa biblioteca al Congreso de la Nación, como para subsistir.
En los EEUU, se conmemora "el 13 de abril, como día de Jefferson" por ser el de su nacimiento, prueba que le tienen una especial admiración a esta rara avis a quien no le importó ir haciendo caja como los de estos tiempos.
En Washington tiene un monumento a su memoria, que semeja a un templo griego donde las multitudes reviven su pasado.
Debió ser un iluminado, pues previno a la posteridad, sobre lo que pasaría en el futuro, llegando hasta nuestros tiempos, con respecto a los bancos y los sistemas económicos-financieros. Lugar sagrado para aquella nación en marcha, que sería en nuestras épocas, el gendarme del mundo.
Tal vez su pobreza lo inspiró a escribir lo que su experiencia le dictó; "pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades, que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron"

Firmado: Thomás Jefferson.-1802

Gracias Horacio López das Eiras

miércoles, 1 de abril de 2009

PARA LOS FLOJOS DE MEMORIA

2 de abril de 1982


Por Susana Dillon


La dictadura instalada en nuestro país en 1976, se había derrotado a sí misma. No pudo el baño de sangre, ni el terror desatado, acallar el estado calamitoso en que el país se debatía. Los militares argentinos que perpetraron el desastre no encontraron otra alternativa para seguirse quedando, que inventar una aventura fantástica que les restituyera el prestigio perdido, ante un pueblo que comenzaba a despertar de la pesadilla de los años de plomo: desapariciones, fusilamientos en masa, cacería de civiles, por sospechar que fueran subversivos y una quiebra económica organizada por José Martínez Hoz que nos colocó sobre nuestras espaldas una deuda externa que todavía no terminamos de pagar. ¿Qué hacer para reconquistar el prestigio derrumbado? Lanzarse a la aventura de una guerra contra el Imperio Británico sin siquiera tener idea del poderío del enemigo, sin hacer previo diagnóstico de situación, sin revisar las armas que teníamos, sin soldados adiestrados y fogueados, sin haber leído siquiera dos páginas de la historia guerrera de los que se iba a invadir para recuperar Malvinas.

En las escuelas a que asistimos en nuestra infancia, las cándidas maestras nos hicieron escribir en nuestros cuadernos "las Malvinas son argentinas" y lo creímos ingenuamente. Se nos grabó como una consigna, como un derecho indiscutible y patriótico.

La gran mayoría de nosotros, nos brotamos de ese patriotismo sembrado en generaciones, y ciegos, los argentinos se fueron a la Plaza de Mayo a aplaudir a Galtieri, el general de alto grado etílico que fue aplaudido en aquella ocasión en que con voz de mando fanfarroneó la declaración de guerra. A aquella plaza se la llamó "la de los taquitos altos" porque la mayoría eran señoras paquetas del barrio Norte porteño.

La guerra absurda a la que fuimos llevados, su posterior derrota, en que el resultado ignominioso hizo que los ingleses nos tuvieran que traer de vuelta a los soldados que quedaron de la masacre en uno de sus barcos, para dar una lección de ética. Pensemos en los centenares de muertos que quedaron en las islas, los enfermos de la post- guerra, los muchos que se suicidaron, llevó a sus responsables al mayor de descrédito.

No tanto vencieron los ingleses, más bien nuestros militares se derrotaron a sí mismos, por incapaces, soberbios e ignorantes.

No fue lo mismo atar al enemigo de pies y manos con alambres de púas para luego fusilarlos, violarlos y torturarlos, como hicieron con los desaparecidos y presos, que vérselas con la marina de mayor experiencia bélica mundial. Los que anduvieron en los operativos de secuestros como el capitán Astiz, en 15 minutos de combate, levantó la bandera blanca, allá en las Georgias.

Levantemos nosotros ahora la bandera del recuerdo sobre los que cayeron, oremos por los inmolados, muertos de frío, a los que ni siquiera les dieron un abrigo, ni víveres, ni pertrechos en buen uso, mandándolos al muere mientras el general Menéndez, al lado de la estufa, tomaba el té en la porcelana que le birló al gobernador de las islas. Mr. Hunt.

Recordemos a los muchachos que dieron sus vidas, ellos, lucharon como leones, pero estuvieron conducidos por asnos.

Para que lo recuerden muy especialmente aquellos que aún dicen: que vuelvan los militares.