domingo, 30 de noviembre de 2008

Ha vuelto Humberto Jesús (primera parte)


Este artículo fue publicado en mayo de 2005, cuando Humberto Jesús Roggero reapareció en un programa en el canal riocuartense.

Por Susana Dillon

El Diputado Roggero en el espejo.

Humberto Jesús Roggero apareció en la televisión local luego de algunos años de retiro forzoso. El fogoso tribuno de la era menemista, con el énfasis histriónico que lo caracteriza, pontificó sobre su honradez instando a agradecerle las brillantes iniciativas puestas en práctica durante el reinado de la pizza con champagne. Pretendió dejar sentada la injusticia en que sus detractores lo sumieron, ya que ninguna de las acusaciones pueden comprobarse de lo ocurrido en tiempos en que era escena común la repartija de cargos, ñoquis, dinero, influencias, créditos blandos y favores especiales con el auxilio de los fondos secretos, sobresueldos y demás franquicias que hoy sabemos lo que son y de los que nadie pedirá cuentas, sería inútil.
El diputado Roggero, al mirarse al espejo, debe estar convencido que él es el único inteligente y que el pueblo de Río Cuarto es sólo un rebaño de lelos mansos capaces de condecorarlo a cada parrafada porque sigue con su didáctica de las horas de esplendor pero que sus coterráneos han dejado de creer. -“Los políticos no son creíbles sino en el 1%”- dijo el intrépido orador. ¿Tal vez con su oratoria logre batir ese récord?
Pero ya va siendo hora de llevarse la respuesta, al menos de los que repudiamos su presencia, a la aclaración de su conducta la noche del 15 de Mayo por Canal 13, que lo único que provocó fue indignar aún más a los pocos interesados en sus argumentos.
El Lic. Roggero repartió cargos, subsidios (a amigos con casa, automóvil y negocio), jubilaciones a quien no aportó, créditos, arregló pleitos a telefonazos, en fin, fue cuando se implantó el gran festival de favores pagados con votos.
Parientes, amigos, laderos, guardaespaldas, chupamedias, damas seductoras, operadores, asesores y cuanto vivillo medra en la política, fueron beneficiados con sus dádivas, sacadas de las arcas que sumisamente oblan los contribuyentes mientras el pueblo se sigue sumiendo en el atraso y la pobreza a la enorme mayoría de los argentinos.
Cuanto rufián y desocupado vitalicio se recostó a su sombra, a cambio de engrosarle al padrón en su favor fue catapultado a cargos relevantes. Sirve de ejemplo la conocida figura de Juan Carlos Díaz, alias Quitito, un tenebroso que gozó de su confianza, que inhibido de ejercer cargos públicos, a pesar de su condena en el juicio que se le sustanció cuando ocupó el Instituto Educativo de Crédito, se quedó con un cheque destinado a una escuela de Las Higueras, pero nuestro hombre público hizo caso omiso teniéndolo como hombre de confianza, que hasta se lo llevó a Roma para lucirlo en su staff de diplomático.
Las listas de los beneficiados conseguidas en la misma Cámara de Diputados que todavía circulan y que nadie ha desmentido (salvo dos casos) sigue derramando la generosidad de las arcas públicas manejadas por quien fue uno de los asiduos concurrentes a la gran fiesta menemista.
Las estancias, propiedades, automóviles, residencias, las ha cambiado de testaferros, para eso tiene un equipo de arreglapleitos trabajando sin descanso para poner a salvo lo que se sabe ha pasado a su poder y que saldrá a relucir bien pronto.
Las leyes que los hacen inmunes a estos funcionarios son su mayor preocupación y no las penurias del pueblo que ignora que las leyes las hacen a la medida de su impunidad.
El Congreso Nacional tiene que estar permanentemente vallado, tal es la repulsa de la gente, siendo las paredes adyacentes del imponente edificio, una denuncia permanente de los que sangran a la Nación, entregándola.
La gran mayoría de los legisladores al estilo del nuestro es abucheada y repudiada no bien salen de sus augustas butacas. Ese 1% de popularidad que se asigna el diputado, es sólo una rosada ilusión, otro cálculo optimista de los que legislan en una burbuja. Están en las antípodas de lo que el pueblo reclama y necesita. El diputado en cuestión es un exponente paradigmático de la corrupción más desvergonzada. Y si antes el país les reclamó “QUE SE VAYAN TODOS” ahora podemos decirle: ya ha abusado demasiado de nuestra paciencia y tolerancia, ya va siendo tiempo de desprenderse de lo mal habido, los niños que se mueren de hambre se lo exigen, dese cuenta que la miseria de un país rico se instaló por todos los que son como el Diputado-Diplomático. La historia de sus excesos ya se ha empezado a escribir porque queremos finalizar la era “de los que dictan trampas a las leyes”.
¡Con este Jesús no ganaremos el cielo!

SUSANA DILLON.
Mayo 2005

martes, 18 de noviembre de 2008

OLMOS Y ROCA

Río Cuarto, 12 de noviembre de 2008
Carta al Director de
Diario Puntal de Río Cuarto.
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Señor Director:
La presente está dirigida en respuesta al Dr. Armando Oscar Carbonetti, en su nota del día 2 del actual.
Según datos del historiador Don Carlos Mayol Laférre, Ambrosio Olmos nació en Dolores, Punilla, Traslasierras, Córdoba en 1839, en la capilla del lugar existe el acta de nacimiento, dato que también figura en una placa existente donde nació, puesta por su viuda.

En cuanto a aquella amistad Roca-Olmos, de los datos recogidos en más de ocho años sobre esa época, hay que anotar: Olmos nunca se sintió atraído por la política, de joven supo de persecuciones, por eso viene a Achiras y luego a Río Cuarto.
Tanto le insiste el general Roca que a regañadientes Olmos acepta la Gobernación de Córdoba, donde el gran favorito es Marcos Juárez, hermano del sucesor de Roca en la Presidencia Dr. Miguel Juárez Celman. Desde el comienzo de la gestión de Olmos, los juaristas traman defenestrarlo.

Olmos no tiene como sus rivales, ni la versatilidad, ni la cintura política, ni la astucia, ni los conocimientos en leyes, ni llamémoslo de una vez: cancha. Es un hombre de campo, correcto y emprendedor, por lo tanto lleva las de perder con estos tiburones en playas de bañistas.
A los dos años de ejercer el cargo, durante los cuales es prolífico en obras, tiene que responder ante la Legislatura por las acusaciones de sus declarados enemigos. Se le adjudican actos de corrupción y mal manejo de fondos. El juicio político lo separa del cargo. Estalla el mayúsculo escándalo. Olmos huye antes de que lo encarcelen. Pasa a Villa María, desde donde en tren llega a Buenos Aires para preparar su viaje a París.
Es el momento en que pasa por su hora más amarga, su amigo Roca pone el mar de por medio. Se va a descansar en un periplo a Europa ( con amigos como éste casi no se necesitan enemigos). Al final, Marcos Juárez se queda muy orondo en el sillón que deja Don Ambrosio y Juárez Celman se queda con la República.

Don Ambrosio pone en sus campos y empresas a gente de su confianza y viaja a París. Allí encuentra a la mujer que hace más de diez años lo ha cautivado, Adelia María Harilaos, una dama aristocrática pero sin bienes, con quien se casa luego de una grave enfermedad.

A Juárez Celman lo saca a empujones de la presidencia la Revolución del Parque (1890). Durante su gobierno ocurre el primer corralito, corrida de bancos, plata al exterior, quiebras, crisis económica, quebrantos financieros, desocupación, hambre y corrupción desenfrenada. El pueblo paga, como lo hará siempre, los platos rotos del banquete.
Adelia María permanece dos años en París. Al regreso a Buenos Aires la nueva señora sufre malestares psíquicos. Pasa una temporada de descanso en una hermosa quinta, para luego trasladarse a la mansión de la Av. Alvear donde en forma imprevista muere Don Ambrosio ( 1906). La pareja sólo ha compartido 4 años de vida en común.

Cuando los juaristas derrocan a Olmos, Roca de inmediato, para alejarse del problema, ya señalamos, viaja a Europa, le suelta la mano al amigo. La que siempre estuvo alerta contra los manejos de “El Zorro” fue quien supo mejor el desenlace: ella fue la que trató a los Roca con los calificativos que se merecieron (Adelia María Harilaos).

Es cuestión de esperar la aparición del libro “La Marquesa del Papa” en el 2009, ya está el original en Editorial Vergara (Bs. As.). Allí, mi estimado lector tendrá oportunidad de discutir y aportar sobre tan interesante tema, a veces controvertido, lo que obliga a investigar seriamente y en forma imparcial para acercarnos a la verdad. Para mí resulta muy cierta la afirmación de Juan Gelman: “Es curioso que la historia oficial sea tan aburrida, siendo que en gran medida es inventada”.

Desde ya pongo a disposición del Dr. Carbonetti la documentación obtenida en varios años con los correspondientes testimonios, entre los que queda claro que “El Zorro” nombraba a dedo y mediante el más vergonzoso fraude a sucesores, parientes y cómplices, no sólo a los Juárez Celman, instalando en el país y bajo diversas máscaras a esta lacra muy poco democrática.

Susana Dillon
DNI 5.847.926


jueves, 6 de noviembre de 2008

EL ULTIMO CIELO

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Por Susana Dillon

Siempre una sociedad sale a agredir a otra, primero inventa una mística que va a justificar a rajatablas la invasión y el sometimiento de la otra. Es más, se va a crear un mandato divino, una total omnipotencia en su accionar. Los crímenes que traerán aparejados la agresión y la invasión con sometimiento son ordenadas por Dios o por imperativo de la raza inspirada por Dios ¿que Dios?, es lo de menos, el primero que tenga a mano. Los romanos tuvieron los suyos, que fueron unos cuantos, los mahometanos a Alá, los judíos a Jehová y los cristianos a Jesús. En nombre de ellos se mataron de a millones.

La llegada a América de los hombres blancos se realizó desplegando pendones y estandartes de sus Majestades los Reyes Católicos. Se toma posesión de las tierras que de allí en más serían patrimonio de los reyes, en nombre de Dios, nuestro señor. Todo lo que se opusiese a este nuevo orden, sería destruido. Así rezaban los “requerimientos” que leían los españoles ante los invadidos (que por supuesto no sabían de que se trataba), no hablaban ni entendían el español. Así lo ejecutaban a sangre y fuego. Sin rastros de piedad cristiana.

“Los españoles se dedicaron con fruición, casi con alegría, a la extinsión masiva de los indios americanos, ya mediante la destrucción física, y borrando temáticamente los sostenes de sus diferencias culturales”.

Dice Graciela Peyrou en “Descubrimiento, muerte y violencia”: desde que el mundo es mundo y en lugares poblados por la agresiva raza blanca, se dictan leyes para contener esta proclividad racial, este impulso de matar que pareciera primordial y que incluye una placentera descarga sobre todo si previamente se concientiza al agresor estar cometiendo un acto de justicia, si es divina, mejor y después viene algo más fuerte, la ganancia económica. Tal el resultado que disminuye la posibilidad de la autocrítica. El atacado debe ser considerado como el aborrecido enemigo al que hay que eliminar, por ser de raza inferior, o de otra religión o por no tenerla.

Dadas estas condiciones se puede asesinar sin que les recrimine la conciencia, Dios lo quiere así. Se dijeron los conquistadores, los colonizadores, los imperialistas, los comunistas y los capitalistas. Se instaló en América, en Africa, en Asia poniendo por delante el servir a Dios, y a sus Majestades, a quienes no sirvieron sinceramente sino que se sirvieron de ellos.

Hubo quienes avizoraron el desastre y levantaron sus voces: Fray Bartolomé de las Casas, Fray Antonio de Córdoba, Domingo Soto, el padre Victoria, denunciaron abusos y se opusieron a las matanzas y a la esclavitud. Fueron voces valientes que predicaron en el desierto.

En el potente país del norte, los blancos y rubios acabaron con los sioux Pieles Rojas Cheyenes, Alconguinos y muchos más. Cuando ya no quedaron indios, esclavizaron africanos, entonces surgió el Ku-Klus-Klan para hacer limpieza étnica. Por estos lados no nos fue mejor, Roca imitó la teoría y las prácticas del Gral. Grant exterminando los Pampas, los Mapuches, Tobas, Matacos, Guaraníes, bajo el remington de Paunero.

En la campaña del desierto se exterminaron 60.000 aborígenes. Los negros desaparecieron, fueron carne de cañón en cuanta guerra instestina decretaron los civilizados blancos.

Ya en pleno siglo XX aparece y desaparece el fantasma rojo que se encarga de todas la lacras del planeta. Sepultado y desmembrado ese período hubo que buscar el demonio vietnamita y ya se vinieron insinuando otros enemigos raciales: los que tenían los arenales con lagos de petróleo y aquí el dueño del planeta buscó otra guerra santa, esta vez era la lucha del bien contra el mal, que por supuesto tenía olor a petróleo.

¿Con qué cielo se podrá gratificar a los sometidos luego de esta perra vida de servilismo y marginación?. ¿Qué templos habrá que levantar, a qué dioses habrá que adorar y sacrificar esclavos en esta aspiración al último cielo, ahora que ya ni se habla del tercer mundo porque somos una sola y planetaria bola conducida por un tipo que anda como cualquier chacarero que perdió la cosecha de soja, pidiendo crédito para la próxima siembra?. ¿Por qué cielo habrá que hacer promesas de abundantes dividendos ahora que la gran caja está en algunas blancas y cuidadas manos?

Susana Dillon