domingo, 27 de septiembre de 2009

¿QUÉ PASA CON LA GENTE?






Por Susana Dillon




La gente ya no silba ni canta por las calles.

Camina cabizbaja o corre o grita, se enoja, insulta, cierra el puño y lo aplica al primero que se le cruza. Si va conduciendo un coche, se prende con el primero que intenta rozarlo, ambos se bajan, se insultan, se golpean, se acusan, se trenzan, los llevan detenidos.

La gente habla sola o con sus fantasmas: las deudas, los vencimientos, los malos negocios. Se les clava la boca en un rictus agrio, en una mueca sarcástica. Se le angustia la expresión, a veces descubro que lloran hasta sollozar.

La gente se trepa, se agolpa, gira en remolinos, desciende de trenes, de autos, de camiones de ómnibus como si fuera el último pasajero que llega a tierra firme, el último náufrago en una tabla atestada. Busca desesperada la mano que se tienda, que lo salve.

La gente ya no ríe sanamente, sólo cuando el otro se cae, se hiere, cuando pierde.

La gente ha olvidado de reírse, de amarse, de ayudarse, de encontrarse.

La gente ya no busca la frescura de los jardines con jazmines y nardos para arrullarse y desearse. La gente aprieta los dientes o prefiere insultos.

Cuando era adolescente, los muchachos silbaban las canciones de moda, cuando se cruzaban con la chica de sus sueños, era un silbido potente que reclamaba miradas, gestos, una sonrisa. Entonces nos asomábamos a la ventana nada más que para ver pasar al dueño del silbido.

A veces aún se escucha al afilador con su caramillo repleto de gotas de nostalgia, derramando sus notas saltarinas, como si sembrara perlas bajo el cordón de la vereda.

Tal vez alguna vecina, de ésas que afilan sus tijeras para recortar las honras juveniles así el ambulante obrero derroche chispas en su rueda de piedra, que más parece el círculo de la vida el poner el filo a punto de la cuchilla charlatana que reina en la cocina, esa porfiada machacadora de pulpas olorosas de ajos y cebollas.

... Y el afilador se pierde entre el rumor de la ciudad que muele con su ritmo los nervios de la gente. Se van yendo, entre el estrépito del tránsito la sarta saltarinas de sus notas.

Hoy escuche otra vez silbar. Era un buen hombre que recuperó su silbo a pesar de la crisis, del gremialista de los medicamentos truchos y la gente que se muere de cáncer porque los que mandan en la cosa son insaciables, pero eso no quiere decir que vayan presos.

Voy a seguir al silbador a ver si me contagia el optimismo.

Silbar hace bien, tonifica los pulmones, refresca las canciones con memoria y sosteniendo un texto que al redondear los labios, reprisa a aquella melodía que nos hizo felices y no nos dimos cuenta.

Es como sentir aquel aroma de los campos de la infancia, de las noches con jardines de fiesta, de la primera carta de amor, de esa vez que nos saltó el corazón cuando llegamos a la cita esperada.

Hay que volver a silbar, la vida lo merece.

Las pibas de hoy, no saben lo que se pierden aturdidas por los bafles de las discos, mareadas por la birra. No pueden calibrar los decibeles de llamado del silbo, cuando del amor se trata.

"Mira qué cosa triste ser río, /quien pudiera ser laguna /oír el silbo del junco, /cuando lo besa la luna".

Cosas de Atahualpa

lunes, 21 de septiembre de 2009

Carta de Matías a Susana

Monte Maíz, 28 de agosto de 2009
Estimada Señora Dillon:
Ante todo me presento, mi nombre es Matías y le escribo esta carta para felicitarla por su obra La Marquesa del Papa. La cual acabo de leer, francamente considero a Usted una persona de admirar a leer este libro descubrí en cada capítulo una fascinación suya por la historia, un cuidado en la investigación, y una dedicación para destacar ya que si bien yo tengo tan sólo 14 años nunca había sentido al leer un libro el interés del autor por el lector.
Le agradezco dar a conocer detalles de nuestra querida Historia Argentina que pocos saben, como el curioso capítulo de Té Para Dos que pocos conocían. Aunque yo, para ser franco no conocía ni siquiera quienes fueron Adelia María y Ambrosio Olmos.
Yo estuve presente aquel día en que usted vino a mi localidad y presentó su libro, tenía expectativas encunado a su libro y sepa fueron por mucho superadas.
Me encantaría que algún día vuelva a Monte Maíz pero que esta vez dé una charla a los jóvenes de mi edad que consideran a la Historia "algo que no le interesa a nadie y que es aburrida", también muchas veces es insultada lo cual al minúsculo grupo de los que nos gusta la Historia nos duele y pará algunos los motiva a dejar los modelos de héroes como Belgrano, o San Martín para perseguir los modelos de Charli García o de una modelo de pasarela que con el tiempo le aseguro mi estimada Señora llevará a esta nación a la situación de anarquía, y pensar que gente durante la Historia dieron su vida para que esta nación sea una nación grande y de grandes.
Antes de despedirme le comunico que Valentín Santa Coloma le envía un cálido saludo, le prometo que seguiré en contacto. Hasta pronto mi muy estimada Señora y una vez más le agradezco de Corazón su amor por la Historia.
Matías L. B.






Carta de Susana a Matías







Río cuarto, 11 de septiembre de 2009
¡Hola Matías!
Recibí tu carta con muchas ponderaciones que me esponjaron el ego. No es para tanto, debe ser que congeniamos porque cuando era chica no me quedaba con lo que decían los manuales de la Historia Oficial y me complacía poner en apuros a las profe recalcitrantes con las fechas y héroes de bronce y mármol, para colmo asexuados. Jamás nos los hicieron ver con sus pasiones ni sus macanas. Los he descubierto humanos y hasta en calzoncillos.
Me reconforta saber que hay algunas “ raras Avis” que les gusta la historia que nunca nos contaron. La prueba está en que cuando me lo mandan de a cientos a las charlas que doy, no se me aburren. Terminamos la función a los abrazos, como dice Galeano. Eso explica el que me sienta joven. Ustedes son mi fuente de Juvencia.
Pienso como vos de los modelos actuales que pasan por Charlie García y las bólidas que muestran traseros y pechugas, prominencias que en poco tiempo se vienen abajo, pero ahí lo tenés a Tinelli, el mejor pagado proxeneta, premiado por los que lideran los espectáculos bochornosos de la T.V. chancha... y mirá que no soy una vieja santurrona y victoriana que se asusta del sexo. Me revienta que a los niños se les dé cátedra de erotismo, cuando están en la edad de jugar, estudiar y ser ingenuos. Les quitan lo mejor de la niñez: el candor de la inocencia.
Tenemos que aferrarnos a los valores que practicaron los que fueron grandes, sin darse cuenta de lo que valían. Dale a Valentín mi afecto y mi recuerdo.
A mí también me gustaría volver a Monte Maíz. Interesalo a Juan José Pardal y a su grupo para que me vuelvan a buscar en otra oportunidad.
Tengo unos documentales de la Historia incontada que los volverían locos por lo que tratan. Así va la película y luego los comentarios. Por ejemplo "Candido López y la Guerra del Paraguay". Fascinante.
Ahora te estoy mandando un abrazo sobre mi corazón. Dale, escribí.
La estoy esperando.
  
                                                      Susana Dillon
Si te animás a internet buscá: www.ciudad4.blogspot.com donde nos sacamos la bronca por lo que nos hacen pasar.
 O mi email:susana_dillon@yahoo.com.ar




martes, 15 de septiembre de 2009

El día del Maestro en el siglo XXI




Por Susana Dillon





No bien aparecido el nuevo siglo y ya recogiendo datos del siglo anterior nos dimos cuenta que nuestra educación naufragaba en agitados mares de la política recién horneada.


Ya no venían los chicos como antes: obedientes, silenciosos, respetuosos a quienes sus padres los gobernaban con sólo mirarlos y las madres encontraron felizmente argumentos para que no los zurraran con el cinto cuando el párvulo era encontrado en el campito con los amigos púberes en la primera experiencia con el faso.


Las chicas eran un dechado de virtudes domésticas: modositas, colaboradoras, tragalibros y ¡MARAVILLA !, llegaban al matrimonio a su debido tiempo con el himen intacto para honor de la familia. Ahí estaba lo más importante de la dote aunque le hubiera incendiado la cuna a su hermanito recién nacido. En tanto el muchacho se buscaba empleo y estudiaba derecho para ser, chapa de por medio, un buen defensor de las economías familiares y si fuera posible, un discreto legislador. Los de su clase debían ir a la escuela y hacer buena letra.


En esos felices entonces, la maestra era intocable y el director prócer.


Hoy los chicos (ellas y ellos) ni laburantes ni traga libros: la queja general es que de arriba de asnos, patean las canillas de la seño porque le mandó a la madre una nota donde le reclamaba mayor aplicación y mejor conducta.
Para tal demostración se vino también la madre, tratándola a empujones manifestando como si fuera un piquete con calificativos irreproducibles. Para que la historia ésta sea creíble no hay más que colarse en una reunión de personal donde los sufridos mal pagados docentes piden normas para enfrentar situaciones imprevisibles, de ésas que no tienen advertencias para tales problemas ni en los más nutridos tratados de conductas humanas.


Todos los que se aventuran en estos avatares, todavía sólo han llegado a la conclusión nefasta: la educación está en quiebra.
Los chicos de la última camada del primario, tienen problemas no sólo en la escuela: vienen de la casa, en que padres y madres no están ni a la hora del almuerzo, viéndolos sólo unos minutos al día. Comen en la escuela y pegados al televisor el resto del día. Luego vienen en éxodo hacia la calle, esa otra maestra de la delincuencia que les ofrece el paco, el fernet-cola, los celulares con porno, las fumatas clandestinas, el aprender a ser piolas y al no dejarse seducir por los libros que representan una parte del futuro no deseado, no sea cosa que se les pegue algo moral y honesto. La influencia de los padres entonces es nula.


A todo esto, los progenitores no encuentran a los chicos raros. Están tan ocupados que no ven otra cosa que no sean obligaciones, trabajo y consumismo. Por eso aflojan la billetera, porque en el fondo se sienten culpables de las horas que les restan para formarlos, tratarlos y amarlos.


Ahora son los chicos los que miran a sus padres con gesto adusto, y los padres, temerosos, abren la billetera para alcoholizarlos o para drogarlos, y no hay diálogo ni enmienda.
Quienes miramos azorados este espectáculo, sabemos, por los años vividos que esta verdadera reacción en cadena, viene de los años en que al más puro estilo menemista se instaló aquello de "la educación no da réditos" y que la ley Federal no ha servido más que para degradarla, hay que recordar que desde entonces se burlaron los nombramientos por capacidad y méritos, instalándose los nombramientos "a dedo", se archivó el Estatuto de la Docencia Primaria, se metió la política en las escuelas, los gremialistas se anotaron para legislar y apoyaron a la patronal... y no voy a hacer un alegato por la forma en que se les paga a los docentes. ¿No resulta sospechoso esto de que se le obligue al docente tener una Caja de Ahorros que puede manejarse desde el Estado como ocurrió cuando el corralito?. Con el tiempo y experiencia una se pone mal pensada.


... Pero a pesar de todo, todavía le cantamos a Sarmiento.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

POR QUÉ LOS REPRESORES NO PUEDEN CUIDAR NUESTRA SEGURIDAD NI REVISTAR EN CARGOS PÚBLICOS




Por Susana Dillon

Los dictadores que tuvimos bajo el nefasto período que se llamó de Reorganización Nacional, no sólo se autoamnistiaron para evitar la acción de la justicia, no se arrepintieron de lo hecho, juraron a viva voz, volverlo a hacer.
La democracia exigía justicia, quiso imponer moral y ética para que el pueblo postrado por el terror se levantara y ejerciera su dignidad, volviera a pensar en los valores que traía en sus vagajes desde que fuimos República. A los que claudicaron y se revolcaron en el baño de sangre se los estigmatizó como a los asesinos que todavía caminan por las calles argentinas. Cuando el pueblo no encontró justicia, no tuvo otro camino que inventar el "escrache".
Después, cuando el pueblo se aletargó y perdió su camino, se le vino una época sombría. Vimos aparecer a los represores en los cargos públicos y fueron votados por lo que soñaron con "la mano dura". Llegaron los Bussi, los Rico, y en nuestro municipio se colaron los que se ofrecieron para poner en cintura a los ladrones, los delincuentes y los traficantes. Nuestras autoridades estuvieron amnésicas y hemos presenciado desde entonces la proliferación de la trata de mujeres, la desaparición de adolescentes para ser carne de cañón de la droga, el alcohol en los niños, la televisión pornográfica, las películas tomadas a criaturas violadas y perdidas. Todo esto estuvo consentido y hasta silenciado. Las autoridades ciegas, sordas y mudas, los que antes suprimieron la libertad y crearon el terror, acá mismo tienen sus nombres: están en el área de Seguridad son los que antes revistaron en lo que se llamó pomposamente el SIDE: Armando Luis Polak y Mauro Avila. Que digan qué han hecho desde que revistan en la SEGURIDAD seguramente perdida.
Durante este período, Río Cuarto se ha hecho famosa por ser "el paraíso del viajante". El edén de los prostíbulos atendidos por jovencitas, las razias de jóvenes drogados, castigados y encerrados en calabozos infectos.
Todo el mundo sabe dónde y cómo se adquieren las drogas y quiénes las distribuyen. Hay padres que ya no gobiernan a sus hijos. Las escuelas son un muestrario lamentable de niños desatendidos y maestros descalificados.
Se olvidaron que la educación pudo ser alguna vez, la mejor que tuvo Latinoamérica, ¿pero por qué se dejó de invertir en ella?. No, ahora todavía creen que con el fútbol gratis mejoraremos el vocabulario de tablón?.
Creo, como muchos ciudadanos de Río Cuarto, que debe haber personas capaces de ocupar esos lugares, no sólo de responsabilidad y eficiencia, sino que tenga los valores éticos y morales que los califiquen en el partido gobernante y de no tenerlos, se los puede capacitar.
No es el caso de darles a los que se distinguieron "en el trabajo sucio" esa responsabilidad. Lo que ocurre es que la proliferación de la delincuencia se debe que hay políticos, delincuentes y mafiosos que se trenzan y medran sin ser molestados. ¿La venta de alcohol a los jóvenes acaso tuvo control en estos años?
Legislación hay en todo el país y provincia por provincia, pero no hay controles, ni de salud, ni de  moral, ni de velocidad, los únicos en revisar cuentas son los empleados de la AFIP. Nuestra provincia es clara en cuanto a dar normas, pero aquí tenemos a gente que cree en la mano de obra represora, porque fueron adiestrados para eso y no para dar seguridad.
La existencia de estos personajes se comprueba en la represión y actos de violencia que se han filmado en las últimas manifestaciones donde es evidente el trato violento a los manifestantes, además de las amenazas de muerte que parten del interior del edificio municipal.
Cabe recordar que si no existieran estas leyes que defienden la libertad de expresión, no estaría la gente reclamando por el abuso de los impuestazos, por eso también reclaman ante las oficinas competentes y no son pocos los que se sienten estafados.
Otra vez, como tantas otras se castiga a las víctimas del abuso, pero no la raíz del problema. Resulta más fácil reprimir con métodos terroristas que abocarse a sanear la administración. ¿Cuántos empleados innecesarios tienen los organismos oficiales y cuántos son el saldo de los dejados por la dictadura?
Ya va quedando claro que quienes aceptaron esta herencia, pusieron a los zorros a cuidar el gallinero.