jueves, 17 de diciembre de 2009

Llamada De Amor Indio




Por Susana Dillon

En el incario, el monarca disponía los años en que no se debía procrear, ya sea por catástrofes naturales, pestes o sequías, los anticonceptivos eran más eficaces que los actuales. Consistían en un dedal de cerámica que se colocaba en el cuello del útero y se sacaba cuando había pasado la calamidad.


Los aztecas, feroces guerreros y curtidos campesinos no tenían ningún respeto por la virginidad, pero si la mujer no lo era, llegado el día del matrimonio, los suegros y cuñados participaban de la desfloración ya que creían que el novio podía ser embrujado en ese trance. Entonces, el novel novio, esperaba con paciencia que le tocara su turno una vez que sus parientes habían ahuyentado al demonio.
Esta actitud no debe escandalizarnos, para los mismos tiempos los europeos tenían el "derecho de pernada", por el cual, la novia era sometida sexualmente por el señor de la comarca, noble o castellano que tenía ese privilegio entre sus vasallos y protegidos. La autoridad cristiana aprobaba dichas prácticas e intervenía en ellas.



La prostitución pública no se dio en América precolombina. Sí existía la ritual con los hombres águila y los hombres jaguar, pero siempre después del combate. Nunca antes.
Los mayas tenían matrimonio matrilocal, es decir, el hijo varón iba a la casa de su futuro suegro a trabajar para él por cinco años. Era un casamiento de prueba o de servicio.
Las mujeres eran muy importantes es aquella sociedad, eso se comprueba en los murales de Bonampac por el lugar estratégico que ocupaban.
Las mayas eran fatales de celosas y los hombres lujuriosos y empedernidos jugadores. Con tales datos, la vida no sería ni serena ni aburrida. El obispo Diego de Landa que los descubrió y estudió, opinó que ellas eran "maravillosamente castas". Los españoles que pretendían seducirlas eran despreciados dándoles la espalda, apartándose de ellos como la peste.



El adulterio entre los mayas era bastante usual, sobre todo cuando fanatizaban por el juego de la pelota y las apuestas que se hacían a tal o cual equipo, pienso que al problema lo venimos arrastrando hasta la actualidad. Siempre se puede aprovechar un campeonato para que las damas insatisfechas pongan unos robustos cuernos al marido hincha recalcitrante. Ahora si la señora era encontrada infragante, se la estigmatizaba ante toda la comunidad... y fuiste.
Además si la mujer era estéril, la familia del marido intervenía para disolver el matrimonio. Luego él se volvía a casar. Ella era entonces una paria social, los viudos debían esperar un año antes de volverse a casar y para colmo debían guardar abstinencia. Lo dicho: el amor y la muerte eran una gran complicación.
Los guaraníes deben haber sido las mujeres más liberadas. El novio la podía visitar en su choza, la primera noche sólo conversaban, pero si él lucia, al otro día, la espalda llena de arañazos era porque ya habían tenido sus retozos. Los amigos entonces tenían motivos para el gran jolgorio.



Los arhuacos colombianos son los más aguerridos amantes. De novios barren la puerta de la choza de la suegra para demostrar el interés por la muchacha. Los maridos para "estar en forma" previamente se preparan masticando coca (empoporándose), luego, por la noche buscan a su mujer en la choza de las damas y la llevan a la selva. Llevan una manta en el hombro que extenderán en el suelo. Allí le harán el amor, bajo el murmullo de los árboles y a la luz de la luna. La escena es más prolongada que la de los blancos debido a la empoparada.

Hay una vieja cumbia que lo expresa "con la manta en el hombro, quiero amanecer". Oír para creer.

Pero los que batieron todos los record en asuntos de darle el gusto al cuerpo, fueron los mochicas. Las mujeres, hábiles artistas del barro han dejado en su "cerámica parlante" todo un verdadero Kamasutra vernáculo. También han dejado para la admiración, figuras del parto, de enfermedades comunes y sobre todo un retrato de costumbres. Practicaban la sodomía y la zoofilia. En Lima existe el Museo Larco Herrera con millares de estas figuras. Los artesanos actuales han reproducido aquellas verdaderas obras de arte pornográfico que se venden como souvenir.

La llegada de los españoles conmovió hasta los cimientos a estas culturas trayendo un verdadero libertinaje sexual, enfermedades y persecuciones.
Los hombres venidos de más allá del mar se dieron con otro forma de vivir, de amar y procrear. Pero esa es otra historia.

Bibliografía: "Incas, Mayas y Aztecas". - Víctor Von Hagen
"Los reinos desérticos del Perú"
"Arhuaco" - Trabajo de campo - La autora
"Mochicas" - Investigación propia

martes, 8 de diciembre de 2009

La fortuna con la pobreza del brazo











Juez tratando a Cantero de ESTÚPIDO en su respuesta sobre el casino



Cantero justificando su obsecuencia con De la Sota al permitir el casino



la nota que sigue  fue publicada en:
febrero de 2004 y
septiembre de 2008



Por Susana Dillon

¡AHORA SI QUE PODEMOS DECIR QUE ESTAMOS EN LATINOAMÉRICA! Ahora si que no saldremos del infernal neoliberalismo y cada vez más inmersos en el realismo mágico, que no quiere decir prosperidad precisamente.

Si Ud. no salió de este Macondo ventoso e imperialista y quiere por un rato experimentar lo que es en verdad el Tercer Mundo, dése una vuelta por la Plaza Roca. Ahora tenemos el mercado de las ilusiones ante la misma puerta de la Catedral. Ahí donde nos machacan los diez mandamientos, nos cristianizan, nos hablan tremebundamente del pecado, nos casan y nos dan el vale para el otro mundo, pero donde justifican que el hombre es un animal lúdico y se acuerdan tarde de repudiar el vicio.

Venga y vea esta nueva corte de los milagros, con luces de colores y una estridente escenografía con todo el mal gusto de Las Vegas, y la mala leche de los tahúres, con gente que parece salida del Caño 14.

Venga y vea, sufrido oblador de impuestos adonde va a parar el sudado dinero del IVA, la DGR y cuanto papelito acredita que Ud. es un sujeto que aporta obedientemente a la gloria de nuestros conductores para que hagan lo que se les da la gana y no lo que el pueblo clama y exige.

El Casino ya es otra realidad nefasta, junto con el alcoholismo juvenil, la droga y la prostitución que nadie combate y con la que varios lucran.

Con lo que costarán estas instalaciones proyectadas a esos fines más los misteriosos azudes, se podrían instalar algunas fábricas que dieran trabajo y no fomentaran vicios, pero claro, una empresa de trabajo honesto no coimea, ni presiona para que se vote al caballo del comisario.

Los Planes Trabajar, los de Jefas y Jefes de Hogar, las míseras jubilaciones, la plata destinada a la educación, vendrá junto a los jóvenes aburridos a para al Casino, que no dejará aquí sus ganancias, por que ya conocemos de sobra como se hacen estos negocios aprobados por apretones de nuestro gobernador y sus favorecidos, que no pudo instalar en Córdoba, pero que nos los encajan a nosotros gracias a la obsecuencia de nuestros concejales que se llenan la boca de democracia, pero que obedecen ciegamente las ordenes que indica la disciplina partidaria que nada tiene que ver con los intereses del pueblo, ni con la moral ni la ética que alguna vez hemos enseñado a los jóvenes.

Esos jóvenes que se juntan en la plaza central y sus adyacencias a estar entre ellos, por que no quieren o no pueden acceder a otros entretenimientos, hoy se los está tentando con otra lacra. Hay quienes los acusan de fumarse porros y beberse cervezas, pero no advierten este otro peligro, que no sólo hará más ricos a los hoy beneficiados, sino que por obra y gracia de nuestros conductores se les brinda lo que les faltaba: la oportunidad y la adrenalina que desata el juego. Allí lo tienen, frente a su alcance, con sus rutilantes luces, aunque sea un local donde el apiñamiento, el zumbar de las máquinas y la compulsión del juego forman un cóctel explosivo para tentarlos con otra adicción.

¡Y nuestro intendente que una vez tuvo el digno cargo de Rector de la UNRC, hoy, sin pudor alguno les pone a su disposición el vicio del juego, en lugar de garantizarles trabajo! ¡Qué nos venga con su sermón sabatino a contarnos sus logros! ¿Alguna vez se le habrá cruzado por la cabeza que su proceder está en abierta contradicción con los valores que hacen a la vida digna, junto a la moral y la ética? Está visto que no. Todavía queda gente que queremos a los jóvenes sanos, honestos, con el venturoso futuro del trabajo y la capacitación, abjurando de ser ñoquis, punteros, asesores, colgados del presupuesto o convertidos en la comparsa que rodea a los conductores de la corrupción. Siempre habrá quien se ufane de este lamentable carnaval de la decadencia, pero que se sepa que somos muchos los que exigimos la instalación de fábricas, frigoríficos, talleres, empresas donde se recuperen los valore y la dignidad ciudadana. Basta de desocupados, planes levantamuertos y usina de vagos, basta de proliferación de tahúres y alimañas, que medran al conjuro de luces de colores y ¡Hagan juego señores!

Por que este parece ser el único camino que nuestros conductores han encontrado para reactivar el país, un país en bancarrota, en default, gracias a ellos y en el que persisten con sus métodos.



Notas relacionadas: 





La fortuna con la pobreza del brazo (febrero 2004) y (setiembre 2008)







LA INDEFENDIBLE PERMANENCIA DE LAS SLOTS (setiembre 2008)

lunes, 30 de noviembre de 2009

La diosa del agua y las brujas de la seca






Por Susana Dillon



El porqué la seca nos castiga como una maldición bíblica, es un enigma que dilucidaremos haciéndonos cargo de lo mucho que defendemos a la naturaleza insistiendo en hacer desaparecer  selvas, montes y arbolados con el pensamiento fijo en arrasarlos para hacernos ricos rápidamente con el milagro maldito de la soja o regalando las minas de oro a cielo abierto, así desaparecerán las aguas subterráneas que se utilizan inconscientemente por toda la Cordillera de Los Andes, se enriquecerán las compañías extranjeras, los Gioja y Compañía más los otros que se cobijan en las sociedades anónimas.
Las culturas agrarias con sus diosas, en la antigüedad o los Santos y Santas no bien apareció el cristianismo, también registran su existencia en nuestros antiguos pueblos.
La diosa o dios del agua fue invocada por los indígenas Mayas y Aztecas en Centro América, los cenotes, reservorios de agua dulce en la península de Yucatán, eran considerados sagrados. Allí arrojaban en sacrificio a niños y doncellas para que no faltara el agua en las milpas (sembradíos).
El agua siempre se buscó como elemento principal para fundar pueblos en donde abastecer a la población, pescar y navegar. Han quedado famosos por alimentar grandes civilizaciones: el Nilo, el Éufrates, el Ganges ofrecen sus orillas de ríos históricos.
Desde los egipcios, mesopotamios, romanos, ingleses, porteños, riocuartenses, ahí no más surgieron sobre sus costas.
Don Juan Filloy le dijo al nuestro: " el río es una flauta que se posa sobre los labios de la ciudad", como si fuera un piropo.
Nuestros comechingones edificaron sus " sácate" (pueblos) en donde nunca faltara el agua, por secas que hubiere. Cerca de Achiras (en camino a San Luis) hay vestigios de un asentamiento en un lugar llamado el Pantanillo donde nunca falta el agua y hasta los ingleses lo encontraron útil para abastecer las locomotoras primitivas. También en la linda del sur se encuentran morteros fijos, en las piedras que rodean al "arroyito", muy conocido lugar para acampar que también disfrutaron nuestros antepasados. El lago de Embalse, de vez en cuando arroja a sus orillas utensilios que pertenecen a la cultura comechingona: puntas de flechas, trozos de cerámica, estatuillas que nos hablan de su modo de vivir.
Todo río serrano ha sido atractiva fuente de recursos para desarrollar pueblos, aquí y en todo el mundo.
Las grandes civilizaciones llegaron a construir acueductos para transportar el agua desde sus fuentes a lugares áridos. El Imperio Romano dejó algunos que aún son útiles.
La reina del agua, el ama de la fuente, el genio del río, son leyendas creadas por antiguas culturas, que entendieron nuestros ancestros de este modo los fenómenos naturales, a veces dando vida a seres inanimados y palabras a animales y plantas.
En la antigüedad clásica, Neptuno fue el Dios de las profundidades marinas, los africanos trajeron a Iemanyá, la diosa que seducía a los pescadores y marinos para llevárselos al fondo del mar. Por eso las hijas y madres de los marinos obsequiaban regalos para sus días. Los pueblos costeños de Brasil le prodigan rituales arrojando al mar espejos y maquillaje porque la diosa es coqueta.
Durante milenios el agua fue entendida como fuente de vida, por eso, con agua bendita se nos bautiza.
Al despilfarrarla, al usarla sin control, creyendo que nunca se va a agotar estamos cometiendo a sabiendas, un verdadero atentado contra nosotros mismos.
De aquí en adelante y a consecuencia de la seca padecida es bueno que nos convenzamos que todo bien que se dilapide de, que no se cuide, tendremos que llorarlo más adelante.
Que está seca padecida nos sirva de escarmiento: enseñémosle a los más chiquitos a cuidarla de desde el jardín de infantes. Hay que acostumbrarlos a invocar al agua en las tiernas canciones de la edad más bella:
¡Agua San Marcos,
rey de los charcos!
Para mi triguito,
que está muy bonito, para el girasol,
que ya tiene flor,
para mí maíz
Y para la perdiz.
En caso de inundación acordarse de San Marcos o de San Isidro:
San Isidro labrador quita el agua y pon el sol.
La gente que vive de la tierra sembrando y cosechando, tiene sus rituales como cortar las tormentas bravas haciendo cruces con un facón por el lado que amenazan y arrojar sal gruesa para el lado en que se viene el granizo.
En la Edad Media fueron a parar a las hogueras las mujeres a las que llamaron brujas porque se las culpaba de hacer desaparecer las tormentas en tiempos de seca..
Ahora les llaman brujas los esposos a sus esposas … Y dicen que es por cariño … ¿será?




lunes, 23 de noviembre de 2009

¿Con políticas de estado o apagando incendios?




Por Susana Dillon


Son llamadas políticas de estado aquellas cuyas legislaciones no son producto de males circunstanciales sino que se ponen en marcha aquéllas que preven  problemas que se van insinuando en el presente y que en tiempo y forma se lleven a cabo en el futuro con otros gobiernos que se sucedan democráticamente.
Esas leyes serán dictadas dentro de sus reglamentos luego de analizar los problemas para tratar, discutir sus bondades, efectos y luego dotarlas a conciencia tomando el tiempo necesario para que sirvan a los intereses de la mayoría de sus habitantes y preservando la soberanía nacional, en el presente y el futuro. Por ejemplo: si las provisiones de agua para una determinada población son escasas en la actualidad, hay que legislar la construcción de nuevas reservas hídricas por medio de diques, canales o tuberías. En la actualidad, con secas cada vez más prolongadas ¿se han visto tales obras?.
Sin embargo se están explotando riquezas que han sido entregadas a precio vil a compañías extranjeras, (caso de San Juan con las minas de oro a cielo abierto). A este proyecto ya llevado a cabo sin duda lo llamarán " el oro de los tontos". Será el que se va del país sin que al pueblo le quede una pepita. El clan Gioja es el único beneficiado a parte de los capitales de la Barrik Gold. La cuenca petrolera, fue la primera en privatizarse durante el gobierno del sultán, pero todos hicieron silencio ante " las relaciones carnales con nuestro primo rico del norte".
Las tierras patagónicas, paraísos para magnates extranjeros, cedidas en condiciones desventajosas, regaladas con sus aguas y su gente nativa como el caso Benetton y sus compras fabulosas.
En esta región venturosa, cuya población se incrementa día a día, hemos aceptado que nuestros mandatarios distrajeran millones en obras faraónicas tal el caso de los azudes y su correspondiente casino, nadie previó la construcción de otro dique ¿o traerán el agua del Paraná con mangueras?.
Se deslumbraron con los juegos y deportes náuticos. ¿Qué les decimos a los cráneos que gestaron tamaño disparate con el cuento que eran para contrarrestar las crecidas de nuestro caprichoso río? Aquí cerquita, en Achiras se construyeron dos represas que se están muriendo de risa, ni siquiera se han inaugurado, ni se han pagado a sus ex propietarios las hectáreas que se deben al expropiarlas, ¿pero qué beneficios reportan hasta aquí?.
El espectáculo que brinda el casino en frente del soñado Espejo de agua serviría para deportes náuticos según el Ministro Ingeniero internalizó y propagó entre la población de menores recursos como los jefes y jefas de hogar, y entre jubilados el juego, con sus descalabros económicos que ya se han estudiado por especialistas. Habría que publicar las ganancias de sus propietarios y lo que queda en beneficio público. ¿quién es el responsable de tan portentoso negocio?.
Se ha levantado torres que miran al cielo, pero no se pueden conectar a las cloacas porque no se previeron sus capacidades.
Los desagües del sur quedaron en el olvido, pero nos regocijamos con las aguas danzantes de la plaza, las tres cuadras de la peatonal y una plaza agiornada a la que queremos tanto que no le permitimos a un peruano que se tomara una cerveza por portación de cara, además de llevarlo a patadas a la Central de Policía y otros abusos que nos avergüenzan.
Nos pasa como a los nuevos ricos que se despepitan por mostrar lo que brilla, pero dejamos que se chapalee en el barro a la gente sin desagües. Recuerdo a las distintas tanas que para estos casos tenían el refrán: "Per arriba lissu-lissu e per abaco merdu, pishu".
Las políticas de estado son las que no pueden interrumpirse porque les toque continuarlas los que pertenecen a otros partidos. Así se han dejado de lado o arrojadas al canasto como ha ocurrido muchas veces.
Nuestros gobernantes se la pasan apagando incendios, reventando lo mal hecho, fantaseando con iniciativas inútiles como la de instalar los juegos de azar, nueva enfermedad que antes se llamaba vicio.
Nos hemos salvado por un pelo del Tren Bala. A ver si nuestros legisladores tan mansos a la hora de cambiar súbitamente el voto se acuerdan de los que estamos observando y que su actuación se merece escrache.
De sobra hemos comprobado la seducción de la chequera que convierte a los legisladores en una vulgar " Donna e móvile, cuál piuma al Vento" donde su voto, de ninguna manera nos representa sino que se equipara al de nuestros pobrecitos jefes y jefas afiliados a la eterna dádiva.



martes, 10 de noviembre de 2009

Río Cuarto, Portal De La Trapalanda




Por Susana Dillon

Revolviendo las notas dejadas por don Livio Cónsole, respetado periodista de otros tiempos, he encontrado una página en que nuestro sabio y ameno antecesor nos cuenta de esa Trapalanda que él estudió conforme iban sumándose historias con un pié de leyenda que se remontaban al año 1528

Don Livio argumentaba que esta villa fue el portal de la Trapalanda, fabuloso país de riquezas extraordinarias, por donde se iba (sabe Dios por cuales rutas) a la Ciudad de los Césares a la que los conquistadores trataron vanamente de encontrar, para hacerse ricos de una buena vez. De ese modo podían volver a España, no sólo pisando fuerte, sino exhibiendo riqueza y aquello que más los ufanaba: honra, fama y nombradía.
El tema histórico no dejó pluma quieta y las grandes rotativas trabajaron febriles para aventar la historia. La Nación, La Prensa, La Voz del Interior, La Capital de Rosario y otros periódicos de fuste se dieron cita para publicar el asunto que como leyenda nos puso en primera plana, pero que en siglos permaneció en el misterio.
Don Juan Filloy tampoco mezquinó tinta en cuanto a menear el tema y fue en "Urumpta" donde dejó que su vigorosa imaginación persiguiera el origen de esta Trapalanda que lo atrapó en su hechizo para legarnos páginas memorables en defensa de nuestro aborígenes: "-Leyendas, leyendas... Descalabradas, rendidas por el fracaso, volvieron todas las expediciones que fueron en pos de presuntos El Dorado de la Trapalanda, pasaron por el Soco-Soco de ida y vuelta...".

Según Aníbal Montes, arqueólogo e historiador, allá por los años 1529 a 1573 sostiene que existieron circunstancias que hicieron circular los habitantes del valle del Conlara y los de la región de Chocancharaba que ya sabemos quería decir (cacique Chocán), en que nuestros primeros habitantes mandaron en forma muy diplomática a los fastidiosos españoles "más al sur, siempre más al sur", para sacárselos de encima. Tanto Chocán como Yungulo, el cacique del valle del Conlarafueron los primeros en advertir las intenciones de los indeseados visitantes. Así que optaron por dar respuestas muy astutas ante la insistencia en preguntar dónde estaba el oro, respondieron -¿Oro? - Sí, pero más al sur. Se largaron hasta la Patagonia y pasaron a Chile con el mismo cuento. Por estos datos las ciudades se buscaron durante siglos en pos de la riqueza rápida y fácil.
Tantos fueron los buscadores de la mítica Trapalanda o la Ciudad de los Césares o el país de Lin-Lin(otro cacique) con resultados negativos, que si bien no dieron ni con una mísera pepita de oro, se conocieron caminos, se confeccionaron mapas, se levantaron pueblos.
Según don Livio, esta verdadera pasión por descubrir la maravillosa ciudad duró hasta el siglo XVIII, sin embargo, la entrada o portal seguía siendo la Villa de Río Cuarto, una población mísera, sacudida por malones, lugar de paso, fortín visitado por gente de toda laya, descanso y recreo de carreteros, posta y fogón, camándula de pillos y rufianes. Levantada tantas veces como fue destruída, centro neurálgico y geográfico que se iba formando en la encrucijada de caminos abiertos a todos los vientos, donde alguna vez don Carlos Mastrángelo llamó tras muchos estudios "La capital del cuento argentino".
¿Sería predestinación o será que desde el vamos nos gustó contar las cosas más grandes de los que son o nos complacemos con fanfarronadas que se quedan para siempre?
Se critica a los habitantes de esta villa de ser veleidosos, agrandados, amigos de lucirse en la vidriera, darse corte, contar grandezas, jactarse de tener amigos influyentes, creerse que se está en la cresta de la ola... El hecho de gloriarse de ser del Imperio, ya denota que les gusta la bambolla[1].
A menudo, en charlas amigables, alguien me cuenta que desciende de algún cacique ranquel y si es dama, que su abuela fue princesa pampa. Nadie, todavía me ha contado que sus antepasados fueron indios rasos, sin jinetas, no señor, acá todos son caciques y nadie se achica, faltaba más. Y si hay miseria que nos se note (consigna inventada por nuestra gente).

Para eso nos estudió don Carlos Mastrángelo, que supo como nadie encontrar los mejores cuentos. Venimos de muy lejos con esa maña: desde Yungulo y Chocancharaba dos tipos indios que nos dieron ejemplo para que tengamos lejos al enemigo: los tuvieron como 300 años dando vueltas tras un cuento.
Somos gente descendiente de seres con imaginación portentosa. Venimos de inventar ciudades fantásticas de techos de oro y calles de adoquines de plata, donde la mujer de la guadaña no tenía trabajo porque se vivía en perpetua juventud y salud. Ahora, nadie dijo que se viviera en permanente jolgorio. A esto lo inventaron los nuevos trapalandones[2].

[1] - Bambolla: más apariencia que realidad.
[2] - Trapalandones: Según el poeta Osvaldo Guevara son los habitantes de la Trapalanda y parece que a esta palabra la encontramos en Don Quijote de la Mancha dicha por Miguel De Cervantes. (Otro que sabía cuentos a granel).

domingo, 1 de noviembre de 2009

Lo Que Costó La Fundación De Córdoba




Por Susana Dillon


Al analizar las fechas en que fueron empadronados los comechingones no bien descubiertos por Jerónimo Luís de Cabrera que venía del Norte a fundar ciudades, nos damos cuenta que a partir del año 1600 se acaban los datos de los censos, no porque se hubiese suspendido esa labor de estadística sino porque los indios habían desaparecido, los habían exterminado y aquellos que huyeron hacia lo más oculto de las sierras, permanecieron conservando sus vidas pero perdieron su cultura, su trabajo comunitario en los ayllus, su idiomas y sus cultos, es decir se aculturizaron, desmembrándose de sus sacate.
La riqueza que encontraron que eran precisamente esos primitivos pobladores, pronto se dilapidó, sin tener en cuenta que se quedaron sin mano de obra para construir las iglesias, conventos, cabildos, casas solariegas, estancias y obrajes.
Por ese motivo tuvieron que entrar en el vil negocio de la esclavitud que se había prohibido en Europa pero que se instaló en América con el beneplácito de la Iglesia que también la adoptó para sus construcciones y vida social. El esclavo negro suplantó al indio, de allí que se iniciara este nuevo flagelo para estos desdichados venidos del África.
La ciudad de Córdoba, sus soberbias Catedrales, sus suntuosos templos, sus casas solariegas, su cabildo están edificados sobre los despojos y la sangre de los nueve pueblos de las inmediaciones, entre ellos Quilino, San Jacinto, Soto, PichanasNono, La Toma, Cosquín y San Martín de Nonsacate. Con el paso del tiempo y siendo Sobre Monte Gobernador Intendente de Córdoba, volvió a mandar otro censo y en poco más de 200 años sólo anotaron 531 aborígenes.
Según nuestro historiador Miguel Ángel Gutiérrez, que conoce a los serranos, de la región de Achiras, porque fue durante 37 años maestro rural, colgado de las sierras, dice que los actuales pobladores nativos conservan las mismas características físicas y costumbres de los comechingones, descriptos por los colonizadores españoles, agregando que son personas retraídas, de pocas palabras, con una notable resistencia física al clima duro de las altas sierras, a las que se han adaptado durante centurias.
Hay un trabajo muy interesante de la Dra. Beatriz Bixio, titulado "Los pueblos indígenas de Córdoba en el siglo XVII. Desnaturalizaciones étnicas y derecho a la tierra", editado en la revista "Memoria del Primer Congreso de Culturas Originarias", 11, 12 y 13 de Oct. de 2005, Cba. Pág. 17 que expresa: "y paralelamente a este proceso de caída rápida y abrupta demográfica, encontramos que esta ciudad de Córdoba, que en sus orígenes no fue más que un fuerte donde habitaban aproximadamente cien españoles, en ese mismo período sufrió un proceso de mejoramiento enriqueciéndose de modo tal que incorporase rápidamente sus vecinos feudatarios al tráfico comercial interregional, al vida política y a la vida económica".
"Pueden, hasta el punto que Córdoba, a fines del siglo XVII ser una de las ciudades más florecientes del interior".
"Este es el período menos conocido que hay, porque hay menos investigaciones en relación a este tema. El pronto enriquecimiento trajo el asombro y el repudio de los funcionarios superiores venidos desde el Alto Perú (especialmente de la Audiencia de Charcas) que comprobaron los excesos cometidos con los indígenas por el sistema de las encomiendas a la que se unía el despojo de las tierras adjudicadas a los naturales para su subsistencia".
Con este sistema, los que se hacían propietarios de tierras por medio de la expropiación ilegal pasaban a tener derechos económicos y políticos, pasando a participar de cargos en el cabildo, por lo tanto ascendidos en su condición social. La posesión de las tierras no sólo dio rindes económicos, sino participación en el poder y ascenso en la escala social.
A todo esto, la corona española hizo la vista gorda, pues la despoblación no coincidía con las leyes de protección al indígena al que se le debía alimentar, proteger la salud, instruirlo en la doctrina cristiana y darle descanso.
El encomendado debía trabajar de sol a sol todos los días del año, sin domingos ni feriados, eran por lo tanto esclavos, sin ningún derecho. Apartados de su familia y del ayllu.
Jerónimo Luís de Cabrera en esto daba el ejemplo, tenía más de 200 indios esclavos encomendados en su estancia.
Los oidores de Charcas, anotaron en sus informes que se sintieron horrorizados por el resultado del trato: la desaparición de esta etnia.
Los jesuitas, tratando el mismo tema lo resumieron de esta manera desde la misma Córdoba: "Los indios en esta ciudad trabajaron más que los israelitas en Egipto".
Lorenzo Suárez de Figueroa en 1571 encontró en la región aledaña a Córdoba 30.000 indios cuando los censaba para encomendarlos en la construcción de la futura ciudad, ya lo hemos consignado, en 200 años no quedaban más que 531 y es útil recordar estas cifras para no seguir levantando monumentos a los invasores que venían con el objetivo de fundar ciudades para aniquilar luego a sus constructores.
Tanto los templos como los palacios y las casas de los españoles se ornamentaron con lo que luego se llamó "el arte mestizo" en que trabajaron también nuestros comechingones: tallas de imágenes esculpidas en maderas finas, muebles, altares, sillería, frentes esculpidos en piedra, columnas con riquísimos decorados, púlpitos recamados y recubiertos de láminas de oro, fueron también tallados por nuestros primitivos habitantes que aprendieron de los profesionales venidos de España a embellecer los lugares en que iban a residir. También trabajaron en el arte de la pintura. Hay millares de obras religiosas esparcidas por toda América realizada por pintores nativos que se agruparon en las grandes capitales americanas. Así surgieron obras maravillosas de las Escuelas Cuzqueñas, limeñas, potosinas y también las nuestras, durante la época colonial. Sin embargo esas telas valiosas no llevan la firma de su autor por ser indio. Se les estaba prohibido.
El acelerado crecimiento de nuestra capital y la abundancia de suntuosos templos y edificios oficiales se debe a la sangre y el sudor de los 30.000 indios de su entorno.

lunes, 26 de octubre de 2009

Aplausos al paisaje









Por Susana Dillon


Costa Rica, pequeño país de Centroamérica, es el paraíso soñado por los turistas que buscan extasiarse en la contemplación de la naturaleza.
Sus antiguos pobladores supieron trabajar el oro con primor, en la plaza Central hay un museo que exhibe un notable arqueológico que lo muestra orgulloso. Pero los Ticos (como les llaman sus vecinos) tienen otra cosa que enorgullece más: sus bosques y selvas, sus volcanes y sus ríos, su flora y su fauna natural. Constituyen su más fuerte entrada de divisas.
El turismo es allá quien reporta bienestar y prestigio a esa república que no tiene ejército, que es modelo de democracia y donde la corte interamericana de derechos humanos reside para vigilar que se respeten las libertades ciudadanas del continente.
Desde allá, facilitan a quien recurra a ellas la legislación y el asesoramiento en casos que tales derechos se vulneren.
Quien se llega a Costa Rica, siempre desea volver y no sólo por los paisajes protegidos de su ecología, sino por las cualidades que sobresalen en ese pueblo; su hospitalidad y su honda raíz democrática.
Quien llega a su capital,  San José, puede, en el curso del día, viajar a conocer la playa del Caribe y las del Pacífico, allí donde los cineastas quieren mostrar a su público como era el nuevo mundo tal como lo descubrieron Colón y su gente.
A propósito de esta afirmación, hay una playa del Pacífico que tiene alertas a los surfistas y a los dichosos visitantes que concurren a Jacó, un lugar donde cuando atardece el sol se arrebuja en las nubes con todos los tonos del amarillo y el púrpura para irse a dormir en el lecho del mar, tiene un último resplandor, en ese preciso instante.
Es el momento en que todo los espectadores detienen su actividad: los surfistas dejan sus tablas, los bañistas, se sientan en la playa, las parejas se abrazan esperando ver el sol ocultándose en las olas rojizas, los pájaros se asientan en los árboles y contemplan el ocaso, los deportistas frenan sus carreras y todos, todos quedan mudos contemplando la majestad del crepúsculo.
Cuando por fin, el astro se sumerge en una orgía de colores, parece que el mar entrará en hervor, entonces los silenciosos espectadores rompen en un cerrado aplauso, acompañado de expresiones de júbilo ante tanta belleza.
Hasta un bebé de meses, sentado en su toalla hace tortitas contagiado por el instante mágico.
Mientras los felices veraneantes son sacudidos por estas emociones, cruzando la calle que limita la playa se desarrollan otra escena frente al destacamento policial encargado de la zona.
Un grupo de agentes del orden se acomoda para arrear la bandera al mismo tiempo que cae el sol. Hay un toque de clarín y luego la ceremonia de arriar la bandera.
En ese mismo instante un borracho de todos los días quiere forzosamente meterse en el destacamento. Un agente sale de la formación idea acerca un sillón de playa para qué permanezca sentado ya que no se puede tener en pie. El borracho da razones inentendibles, insiste en irse al calabozo. El agente repite varias veces el mismo procedimiento para sentarnos y tenerlo callado con muy poco éxito.
Un señor tico (1) que contempla mi perplejidad, me comenta: "sí no llueve, toda la tarde pasa lo mismo. El ebrio se viene a dormir la mona y la policía quiere que se salude a la bandera: aquí somos así. El borracho es disciplinado, hay que reconocer, él solito se mete preso.
(1) Tico = costarricense


jueves, 15 de octubre de 2009

Ahora, Nora y los sabuesos




Por Susana Dillon 

Elijan: " lo sospeché desde un principio" o " elemental, Watson".


La escena terminó así: el fiscal y el acusado, tomados de la mano, precediendo a los representantes del imperio (léase agente del FBI) recorrieron a paso de pesquisa los lugares donde pudo ocurrir el crimen.


Luego de algunos intercambios de palabras neutras y sin mayor definición los anfitriones invitaron a los visitantes a almorzar, como en los buenos tiempos en que almorzar en el Golf era un ritual de gente bien.


Como se puede apreciar, la justicia de Río Cuarto hasta aquí sólo  puede demostrar que Gabriel García Márquez, en cuestión de realismo mágico era y sigue siendo, un principiante.


El arribo de personal del FBI a nuestro imperio ya no concita la atención de otras épocas en que se barajaba las hipótesis más escatológicas y las sospechas más porno venidas de las elucubraciones primero de las legiones destacadas por nuestro inefable José Manuel y luego por la prensa foránea que no escatimó toneladas de infamia sobre la víctima.


El público consumidor ya está asqueado del tema y de los muchos que participaron en la tragedia, entre ellos los celebérrimos abogados que fueron apareciendo en vuelos rasantes y precios astronómicos para declamar ante las cámaras peregrinas y rebuscadas opiniones que más dieron la impresión de farsas carnavalescas.


A todo esto, el fiscal Di Santo con esa expresión que va de desde las más honda incertidumbre a la más patética ignorancia, no hace más que demostrar que no quiere llevar el gato al agua, así que de la justicia enterrada hasta lo grotesco.


Lo lamentable, es que esta gente que vino desde el Norte va a perder prestigio cuando se de cuenta que ellos también han sido burlados al llegar tarde al evento y con las pruebas borradas prolijamente, eso sí será lo único prolijo que quede para el comentario en este aluvión de disparates que exhibe el transitar de la justicia ordinaria en nuestro medio y como todos coinciden en sospechar que el crimen de la Sra. Dalmasso no tuvo como móvil alguna pasión siniestra sino una causa de dinero o propiedades escondidas en alguna garra del poder que pudo haber quedado registrada en alguna escribanía " que el tiempo ha borrado", como Caminito. Sin embargo, hay figuras omnipresentes que han dejado indelebles marcas que sin ser Sherlock Holmes pueden señalarse: el que apuntó al perejil para inculparlo y quien sacó del medio a la señora que se quedó con los lentes de la víctima muy bien pudo acomodar la escena del crimen. ¿no indujeron a sospechas?



En este reprisado sainete en que se ha convertido el caso insoluble, no nos queda más que filosofar de entre casa, o lanzamos el inocente " lo que sospeché desde un principio" o nos remontamos a las brumosas calles de Londres para escuchar el fantasmal susurro de Sherlock Holmes en su clásico y flemático " elemental, Watson.

lunes, 12 de octubre de 2009

Cuando los indios descubrieron España





Por Susana Dillon



"Es el primer triunfo de un Caribe en Europa, este momento tiende el puente que va a unir a los dos hemisferios mejor que todas las conquistas"
Germán Arciniegas.- El coloquio con Juanita Ramírez



Desde que se nos contó lo del descubrimiento de América, se nos mostró, pegada al pizarrón, la lámina del Billiken, con lujo de color, la llegada triunfal del gran almirante Colón, al que recibían satisfechos los Reyes Católicos en el palacio de Barcelona. Ellos sentados en sus tronos, contemplan al almirante, de rodillas, en actitud de mostrar lo traído: indios, papagayos, objetos de oro, monos, frutas, flores exóticas, rodeados de pendones, grímpolas y gallardetes, entre soldados de armadura. El lugar de llegada, gran salón de recepciones, frente a "la plaza del rey" en pleno barrio gótico que era el mismísimo sitio en que se desarrolló el evento, según la lámina de nuestra infancia, ahora convertido en museo de exposiciones de arte hispano.

A poco de pagar mi ticket, un cicerone nos impuso del asunto mientras se descolgaba con un florido discurso sobre los tapices de una exposición de provincias y allá al fondo, sobre tarima, sentados en sus tronos de utilería, dos figuras grotescas de una pareja que recordaba los gigantes y cabezudos a los que son tan afectos los hijos de España. Daban la sensación de dos farristas a los que les llegó la madrugada todavía con la resaca y fuera de casa tenían un cierto parecido con Isabel y Fernando, pero nadie aventuró aclarar la identidad, no fuera cosa que metiéramos la pata.

¿No era éste el recinto donde llegó Colón luego de su primer viaje? Pregunté admitiendo que el salón era igual al de la vieja lámina escolar.

"Pues verá usted, que todo eso es puro cuento. Aquí ni llegó Colón, ni estaban los reyes, ni trajeron indios, ni papagayos, ni aguacates, ni plantas exóticas, por la sencilla razón que al rey Fernando, para aquella fecha estaba casi moribundo de un lanzazo que le fuera propinado en un atentado ocurrido en Aragón. Por este motivo la reina Isabel se tuvo que hacer cargo de los asuntos del reino y de dar su merecido a los rebeldes que casi le mataron a su real esposo. Ya sabéis que su Majestad Católica era severa y eficaz en cuanto a poner orden a quien se levantara en armas. Conque en este recinto no ha podido ser tal acto"

Así las cosas, mi decepción fue grande, pero más grande fue mi asombro, al enterarme, de boca de los propios hispanos, avezados en su historia, cuando siguió el cicerone con su plática:
"Llegado Colón a estas costas de España, ancló en un ignorado puerto de la desembocadura del Tajo que fue la primera tierra propia que pisaron. Todos los que descendieron de "La Pinta" estaban radiantes llegaban por fin a charlar con su gente, a contarse maravillas y a beber de su vino. A todos se les volvió el alma al cuerpo luego de  la aventura. Los nueve indios que llevaban para que se conociera el primer producto humano del descubrimiento, ponían el oído a tanta palabra nueva a la que algo iban entendiendo y la gente que salía de sus casas para ver el espectáculo insólito, miraba a aquellos desnudos ateridos de frío y con el susto retratado en sus caras cobrizas. Veían, al caminar, sus casas de ladrillos, los árboles pelados, con ramas como brazos de brujas.

La gente, por la calle, iba toda cubierta con trapos y paños no dejando ver si no la cara y las mujeres apenas las pantorrillas y las manos vieron lavanderas lavando trapos con una cosa que hacía espuma, que les arrojaron entre risotadas. ¿Estarían desnudas debajo de tanto envoltorio? Pasaron carros tirados por animales enormes con terribles cuernos que luego supieron se llamaban bueyes. Vieron las ruedas de los carros que transportaban trastos pesados. De pronto se echaron a repicar las campanas y les dijeron porque era la fiesta de regreso. Los españoles, al pasar por la puerta de la Iglesia se santiguaban y caían de rodillas. Más adelante, Colón, que era el que los conducía, los hizo entrar en una taberna. Había muebles, barriles, vajillas, vasos, botellas que los indios no se atrevían a tocar a pesar de su curiosidad y las mozas que por allí trajinaban se mofaban de aquellos indios en pelotas y se notaba que se querían arrimar para conocer mejor lo que venía de Las Indias.

Juanita Ramírez, que era la más alborotada, se acercó lo más que pudo a los indios, dándole a beber al más próximo un trago de vino, pero el recién llegado torció su amplia boca escupiéndolo. Evidente que aquello tan fuerte no le gustó. Como lo vio temblar le alcanzó un cucharón con buen caldo de puchero y el indio sonrió complacido. Juana se arrimó aún más al foráneo diciéndole: a mí la gente me llama Juanita. Y el indio repitió bien clarito: Juanita. La muchacha dijo: repite eso otra vez. Y el indio: Ju a ni ta, con cara sonriente y chorreando sopa. Gran ovasión entre los parroquianos. Se había establecido el puente entre las dos culturas.

Fue el primer indio aplaudido en Europa. Aquello fue la mejor cosa que ocurrió en el viaje.

La Juanita le fue mostrando las cosas al colombino que resultó más avispado que lo supuesto. La moza le tendió la mano y el indio se la apretó como si una corriente de fuego los hubiese unido. Se le hizo que esa mano era como un colibrí que latiera en su puño. Y el indio fue indagando qué era esto y aquello: los botones del vestido, las alpargatas, los goznes de hierro de la puerta, el duro metal de las espadas y los barriles de vino y las aceitunas... hasta vio en un patio un gallo que cantó a todo grito y esto le pareció la máxima maravilla.

Y todo esto nos deja que pensar: ¿si a América hubiera venido la Juanita en lugar de las huestes sangrientas que llegaron por el oro?

A los tiempos se supo que  aquellos nueve indios traídos para que se conociera el producto humano de Las Indias, habían muerto de frío, mala comida y peores tratos... y desde entonces América se cubrió con las sombras de la codicia, lejos, muy lejos de aquella mano amiga que tendió la Juanita.

Bibliografía: El Coloquio de la Juanita - Germán Arciniegas

domingo, 27 de septiembre de 2009

¿QUÉ PASA CON LA GENTE?






Por Susana Dillon




La gente ya no silba ni canta por las calles.

Camina cabizbaja o corre o grita, se enoja, insulta, cierra el puño y lo aplica al primero que se le cruza. Si va conduciendo un coche, se prende con el primero que intenta rozarlo, ambos se bajan, se insultan, se golpean, se acusan, se trenzan, los llevan detenidos.

La gente habla sola o con sus fantasmas: las deudas, los vencimientos, los malos negocios. Se les clava la boca en un rictus agrio, en una mueca sarcástica. Se le angustia la expresión, a veces descubro que lloran hasta sollozar.

La gente se trepa, se agolpa, gira en remolinos, desciende de trenes, de autos, de camiones de ómnibus como si fuera el último pasajero que llega a tierra firme, el último náufrago en una tabla atestada. Busca desesperada la mano que se tienda, que lo salve.

La gente ya no ríe sanamente, sólo cuando el otro se cae, se hiere, cuando pierde.

La gente ha olvidado de reírse, de amarse, de ayudarse, de encontrarse.

La gente ya no busca la frescura de los jardines con jazmines y nardos para arrullarse y desearse. La gente aprieta los dientes o prefiere insultos.

Cuando era adolescente, los muchachos silbaban las canciones de moda, cuando se cruzaban con la chica de sus sueños, era un silbido potente que reclamaba miradas, gestos, una sonrisa. Entonces nos asomábamos a la ventana nada más que para ver pasar al dueño del silbido.

A veces aún se escucha al afilador con su caramillo repleto de gotas de nostalgia, derramando sus notas saltarinas, como si sembrara perlas bajo el cordón de la vereda.

Tal vez alguna vecina, de ésas que afilan sus tijeras para recortar las honras juveniles así el ambulante obrero derroche chispas en su rueda de piedra, que más parece el círculo de la vida el poner el filo a punto de la cuchilla charlatana que reina en la cocina, esa porfiada machacadora de pulpas olorosas de ajos y cebollas.

... Y el afilador se pierde entre el rumor de la ciudad que muele con su ritmo los nervios de la gente. Se van yendo, entre el estrépito del tránsito la sarta saltarinas de sus notas.

Hoy escuche otra vez silbar. Era un buen hombre que recuperó su silbo a pesar de la crisis, del gremialista de los medicamentos truchos y la gente que se muere de cáncer porque los que mandan en la cosa son insaciables, pero eso no quiere decir que vayan presos.

Voy a seguir al silbador a ver si me contagia el optimismo.

Silbar hace bien, tonifica los pulmones, refresca las canciones con memoria y sosteniendo un texto que al redondear los labios, reprisa a aquella melodía que nos hizo felices y no nos dimos cuenta.

Es como sentir aquel aroma de los campos de la infancia, de las noches con jardines de fiesta, de la primera carta de amor, de esa vez que nos saltó el corazón cuando llegamos a la cita esperada.

Hay que volver a silbar, la vida lo merece.

Las pibas de hoy, no saben lo que se pierden aturdidas por los bafles de las discos, mareadas por la birra. No pueden calibrar los decibeles de llamado del silbo, cuando del amor se trata.

"Mira qué cosa triste ser río, /quien pudiera ser laguna /oír el silbo del junco, /cuando lo besa la luna".

Cosas de Atahualpa

lunes, 21 de septiembre de 2009

Carta de Matías a Susana

Monte Maíz, 28 de agosto de 2009
Estimada Señora Dillon:
Ante todo me presento, mi nombre es Matías y le escribo esta carta para felicitarla por su obra La Marquesa del Papa. La cual acabo de leer, francamente considero a Usted una persona de admirar a leer este libro descubrí en cada capítulo una fascinación suya por la historia, un cuidado en la investigación, y una dedicación para destacar ya que si bien yo tengo tan sólo 14 años nunca había sentido al leer un libro el interés del autor por el lector.
Le agradezco dar a conocer detalles de nuestra querida Historia Argentina que pocos saben, como el curioso capítulo de Té Para Dos que pocos conocían. Aunque yo, para ser franco no conocía ni siquiera quienes fueron Adelia María y Ambrosio Olmos.
Yo estuve presente aquel día en que usted vino a mi localidad y presentó su libro, tenía expectativas encunado a su libro y sepa fueron por mucho superadas.
Me encantaría que algún día vuelva a Monte Maíz pero que esta vez dé una charla a los jóvenes de mi edad que consideran a la Historia "algo que no le interesa a nadie y que es aburrida", también muchas veces es insultada lo cual al minúsculo grupo de los que nos gusta la Historia nos duele y pará algunos los motiva a dejar los modelos de héroes como Belgrano, o San Martín para perseguir los modelos de Charli García o de una modelo de pasarela que con el tiempo le aseguro mi estimada Señora llevará a esta nación a la situación de anarquía, y pensar que gente durante la Historia dieron su vida para que esta nación sea una nación grande y de grandes.
Antes de despedirme le comunico que Valentín Santa Coloma le envía un cálido saludo, le prometo que seguiré en contacto. Hasta pronto mi muy estimada Señora y una vez más le agradezco de Corazón su amor por la Historia.
Matías L. B.






Carta de Susana a Matías







Río cuarto, 11 de septiembre de 2009
¡Hola Matías!
Recibí tu carta con muchas ponderaciones que me esponjaron el ego. No es para tanto, debe ser que congeniamos porque cuando era chica no me quedaba con lo que decían los manuales de la Historia Oficial y me complacía poner en apuros a las profe recalcitrantes con las fechas y héroes de bronce y mármol, para colmo asexuados. Jamás nos los hicieron ver con sus pasiones ni sus macanas. Los he descubierto humanos y hasta en calzoncillos.
Me reconforta saber que hay algunas “ raras Avis” que les gusta la historia que nunca nos contaron. La prueba está en que cuando me lo mandan de a cientos a las charlas que doy, no se me aburren. Terminamos la función a los abrazos, como dice Galeano. Eso explica el que me sienta joven. Ustedes son mi fuente de Juvencia.
Pienso como vos de los modelos actuales que pasan por Charlie García y las bólidas que muestran traseros y pechugas, prominencias que en poco tiempo se vienen abajo, pero ahí lo tenés a Tinelli, el mejor pagado proxeneta, premiado por los que lideran los espectáculos bochornosos de la T.V. chancha... y mirá que no soy una vieja santurrona y victoriana que se asusta del sexo. Me revienta que a los niños se les dé cátedra de erotismo, cuando están en la edad de jugar, estudiar y ser ingenuos. Les quitan lo mejor de la niñez: el candor de la inocencia.
Tenemos que aferrarnos a los valores que practicaron los que fueron grandes, sin darse cuenta de lo que valían. Dale a Valentín mi afecto y mi recuerdo.
A mí también me gustaría volver a Monte Maíz. Interesalo a Juan José Pardal y a su grupo para que me vuelvan a buscar en otra oportunidad.
Tengo unos documentales de la Historia incontada que los volverían locos por lo que tratan. Así va la película y luego los comentarios. Por ejemplo "Candido López y la Guerra del Paraguay". Fascinante.
Ahora te estoy mandando un abrazo sobre mi corazón. Dale, escribí.
La estoy esperando.
  
                                                      Susana Dillon
Si te animás a internet buscá: www.ciudad4.blogspot.com donde nos sacamos la bronca por lo que nos hacen pasar.
 O mi email:susana_dillon@yahoo.com.ar