Por Susana Dillon
Si algo nos faltaba a los riocuartenses para pasar a la historia como gente tolerante, desprejuiciada y a veces abriboca, es el nuevo escándalo ocasionado por el llamado “riñón del ex diputado Roggero”, al patear violentamente el tablero (léase descubrir lo tanto tiempo escondido, pero archisabido incremento patrimonial a costas del tesoro público).
El inefable hombre público volvió a saltar al terreno de la vindicta pública, cuando su hombre de confianza, no pudo por las buenas cobrarse los honorarios devengados de sus múltiples negocios ilícitos.
Hasta los representantes del vulgo más ignorante no pueden tragarse el sapo de esta nueva gracia del fogoso tribuno de otros tiempos, en que era el festín cotidiano la pizza y el champagne, ladero poderoso del Califa, en tiempo de llenar arcas privadas y de $1.- igual u$s1.-.
Debemos remarcar que el donjuanesco patrón de varias estancias, soberbios planteles de vacunos, sabrosos corderos y demás pilchas camperas, autor de negocios millonarios, suntuosas residencias y mantención de gatos a domicilio, al negarse a satisfacer el pago de comisiones por tan jugosas adquisiciones, y rompiendo las reglas de la mafia, le hizo pito catalán a su propio riñón y hombre de confianza.
Y eso no solo quedó feo y desprolijo. Hasta entre delincuentes existen reglas, pero este aventajado hombre del campo, que venía de las 100 Has. de la máma, mostró la hilacha. Sí, quedó feísimo, mejor dicho: chancho.
Ningún tribunal de malvivientes lo aprobaría. Quiso zafar de la regla: no morder la mano del que te sirve, porque crea rencores. La fidelidad también tiene sus códigos y no se los puede pasar por el trasero. No sirven los roñosos que les pagan a los peones bajo el rubro de ordenanzas del Congreso. Dejan huellas. A veces los chupamedias y los fiolos se ponen rencorosos.
Este destape que no se previno, tiene su origen en la soberbia de creerse impune… entonces la piola se corta por las más delgado.
Lo que debemos meditar: nigún ciudadano honesto pudo llevarlo a los tribunales al ínclito hombre público. No, tenía que ser el que se ensució las manos para juntarle buena parte de los 80 millones de u$s que aceleradamente su respetable esposa anduvo rejuntando para sacarlos bonitamente del país.
Ahora habría que ver adonde van a lucrar los miembros de su corte, recalcitrantes chupamedias, fiolos y cuanto advenedizo pinta negocios turbios, favorecidos con aquellos chorros de dinero que se repartían en los enjuagues políticos, mientras el sultán bailaba la danza del vientre y Humberto Jesús hacía caja.
Ya deben estar volando rumbo a la bella Italia a vivir como duques en vuelos VIP, con la plata que obló el pueblo, quedándonos sin educación, sin salud y sin seguridad.
¿Estamos en crisis? No le echemos la culpa a la mishiadura que viene como siempre del norte. La cosa viene de aquí cerquita. Con semejantes políticos no hay presupuesto que aguante.
¿Podría el largo brazo de la Justicia darles su merecido a estos verdaderos rufianes de la cossa nostra y perpetuando a los jefes y jefas para que se siga votando a los más sinvergüenzas que siguen viviendo de esta nueva forma de fraude?
Algún día tendrán que venir a dar cuentas y largar el dorado exilio. Los vamos a esperar y por más que se escondan, los vamos a encontrar.
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