domingo, 13 de junio de 2010

13 de junio el Día del Escritor

Las palabras




Por Susana Dillon

Las palabras, eso que hace al hombre distanciarse de la bes
tia, son el envase de las ideas.

A ellas les confiamos nuestra necesidad de acercarnos a los otros, cumpliendo con el instinto de ser seres sociables aún con códigos diferentes.
Las palabras, que primero fueron rústicos sonidos, luego fueron aprisionadas en signos en la piedra, pero empezaron a viajar no bien hubo hojas voladoras.
Ya lo dijo el viejo Esopo “pueden ser lo más sublime y llegar a lo mas abyecto". Pueden entonces obrar como veneno y antídoto. Cuestión de vida o de muerte.
Dice Galeano: "tengo la sangre llena de palabras", porque las usa para mostrar las venas que se abrieron cuando se cercenaron las libertades.
Hay palabras toscas, rudas, rebeldes a la pluma, de texturas ríspidas, casi impronunciables y las hay aterciopeladas, deliciosas, cándidas y sutiles que da encanto decirlas y oírlas de los poetas cuando las vuelcan como un bálsamo en los pueblos sufrientes.
Con las palabras se juega y también se tortura. Son seres vivos que nacen, crecen, se aparean, se multiplican y desaparecen en el más oscuro olvido. Las hay a la moda, que duran como una minifalda, las que enferman, tienen sus patologías, se parasitan, se corrompen y degeneran, también se vacían de contenido por el uso irrespetuoso. A muchas las inventan en los laboratorios, otras nacen con defectos, son cojas o tuertas o mancas. También están las que nunca queremos pronunciar y sin embargo se nos meten por las ventanas y somos capaces de sacarlas a patadas por las puertas, son las que no queremos oír, pero se nos presentan en el espanto de las pesadillas. Son las secretas que mezquinamos decir al confesor o al psiquiatra porque son los monstruos de nuestras culpas agazapadas en el sótano del inconsciente.
Pero las hay resplandecientes y mágicas, que usamos muy pocas veces porque son parte de nuestros jardines interiores, allí donde albergamos al amor, a los ideales y a las utopías .
Cómo serán de atrapantes y seductoras que hay un proverbio indú que nos recuerda:

"con redes se cazan los tigres
Y con palabras de adulación a los hombres".

Con un puñado de palabras, el escritor se las debe arreglar para cambiar el curso de una política, voltear a un dirigente corrupto, darle fuerzas a los caídos y a los humillados, remediar injusticias, en fin, cambiar en algo al mundo y crear nuevas ilusiones.-¡Viejo Esopo, cuánta razón sigues teniendo!-

2 comentarios:

  1. Gracias, Susana estas palabras “las tuyas” hoy lograron en mi la diferencia .
    ¡Que tengas un feliz día!
    Silvia Miras

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  2. ¡Feliz día escitora, maestra de la vida! Te queremos

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