lunes, 30 de mayo de 2011

Conflictos generacionales globalizados



Por Susana Dillon

Me fui a la Felíz en plena primavera lluviosa y en una de esas andanzas que me deparó la atención de un familiar de mucha edad tuve que montarme en un bus, los Martín Güemes - línea 24. Como hace días me rompí un menisco, avizoro el asiento para ancianos e impedidos físicos. Hay un rozagante pibe de uniforme de colegio privado muy apoltronado en él. Le ruego con mi mejor sonrisa -¿me cedés el asiento, m´hijito?.- el pre-adolescente ( unos 12 años de buen comer) me mira indignado- ¿y por qué le tengo que dar el asiento?.- me espeta desde su altura.
-Fíjate, chico, el cartel que tenés aquí arriba, señalo como si fuera en el pizarrón:-"Asiento para ancianos, impedidos físicos y embarazadas".- Como ves, pichón, me corren las generales de la ley
-¿y a mí qué...? responde el párvulo encogiéndose de hombros, ya otros pasajeros se han dado cuenta de lo que pasa entre nosotros y fijan sus miradas como para balconearse un clásico.
-Mirá pendejo, si te seguís quedando en un lugar que no te pertenece te aseguro que te vas a acordar del cartelito toda tu vida, susurro como una yarará.
-Se conoce que Ud. no vuelve de la escuela cansado como yo, balbucea el colegial, pero empieza a despegar su trasero del asiento.
-Y a vos se te conoce que vas a escuela privada y que tenés papá y mamá que sacan y ponen maestros al antojo de sus hijos.– remacho haciendo memoria de cosas anteriores.
De por el fondo viene la voz de un muchachón con equipo de albañil:- dale vieja, a ésos hay que matarlos de pichones… Cuando vienen grandes seguro llegan a ministros...
-Un septuagenario apoyando ambas manos en el bastón, me mira como iluminado... Y yo que me creía señora que no se lo iba a dar (al asiento) allá se va muy gauchito...
El albañil lo despide: -andá pibito, decile a tu viejo que te lleve al cole en la limusina, anda.
Me repantigo en el asiento detrás del chofer. El tipo que se la veía venir y como para cerrar:- y, doña?. Son años, no? - en el pasaje del 24 se ha desatado un lorerío de opiniones. Son pocos los que permanecen indiferentes.
¡qué caldo de cultivo para instalar allí mismo una encuesta sobre lo que se ha llegado a hacer con la educación en este bendito país.!

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