jueves, 24 de marzo de 2011

24 DE MARZO - DIA DE LA MEMORIA.



Por Susana Dillon


En Brasil, tengo también muchos amigos y amigas. Son constantes en la amistad, cada tanto una carta, un libro, un recorte de periódico que recuerda el pasado cercano, sobre todo, algo que marcó mi vida: la desaparición de mi hija y de mi yerno que estaban esperando su primer hijo, mi Rita estaba embarazada de seis meses.
Los brasileños siempre vuelven a su primer razonamiento: "nosotros también tuvimos desaparecidos, no alcanzaron a mil, pero no tuvimos Madres de Plaza de Mayo".
Ya hace tiempo me mandaron este artículo, que a los empujones pude traducir, para que pudiera trasmitir, intacta su emoción. Ahora lo comparto con mis lectores.
Vale la pena tener amigos que escriben sobre el tema. Ya ven, no estamos solos.


"CUANDO APARECEN LOS QUE DESAPARECIERON"
"No es fácil eliminar un cuerpo, una vida es fácil, cada vez mas fácil, pero queda el cuerpo, como la basura. Uno de los problemas de nuestra civilización: qué hacer con la propia basura, con las carcachas de los coches, las latas de cerveza, los restos de los que mueren. El cuerpo flota, el cuerpo va a dar a la playa. El cuerpo brota de la tierra, como en la Argentina. ¿Qué hacer con él?- el cuerpo es como los residuos atómicos. Queda vivo. El cuerpo es como el plástico. No se desintegra. La carne se pudre, pero quedan los huesos. El horno crematorio no lo resuelve. Quedan los dientes, quedan las cenizas, queda la memoria. Quedan los parientes, quedan las madres, como en la argentina.
Sería fácil si el cuerpo se extinguiera con la vida. La vida es como la nada. Se acaba con la vida como si fuera un botón o como una aguja. Mas queda el cuerpo como un estorbo. Los desaparecidos no desaparecen, siempre hay alguien que emerge de las brumas del pasado, siempre hay alguien que se asoma. Las fosas comunes no son de confiar. La tierra no acepta cadáveres sin documentos. Queda el A.D.N. en los huesos, en el pelo, en las uñas. Los cuerpos son devueltos más tarde que temprano porque la tierra es protocolar, no quiere a nadie antes de tiempo. La tierra no quiere ser cómplice, tapar los cuerpos con escombros no soluciona nada, siempre sobra un pié, una mano, o aparece una madre, como en la Argentina. Siempre habrá un fisgón, que no se perdió el entierro. Siempre quedan disconformes, siempre queda algún vivo presenciando.
Los cuerpos brotan del suelo, como en la Argentina. El cuerpo no es reciclable. El cuerpo no es reducible. Para disolver los cuerpos en ácido, no alcanzaría el ácido para los asesinatos del siglo. Zanjas más hondas, más escombros, más hornos. Siempre habrá un dedo acusador. El cuerpo es como nuestro pasado, se supone que se irá diluyendo si nadie se acuerda, intentarán forzar el protocolo: fue suicidio, estaban huyendo, se estarán bañando en el Caribe, estarán campantes en España. El cuerpo desmentirá todo. El cuerpo incomoda, el cuerpo, en silencio, descubre todo. La conciencia no es biodegradable. La memoria no se pudre. Quedan los dientes, los medios de acabar con la vida, se sofistican. Todavía no resolvieron cómo acabar con la basura. Los cuerpos brotan de la tierra como en la Argentina. Más tarde o más temprano, los asesinados brotan de la tierra.
Ya se han producido explosiones de los que no resistieron asesinar, al no aguantar lo que les grita la conciencia. Los desaparecidos, aparecen y lo señalan con su dedo descarnado.”


Luis Fernando Veríssimo "A mae do Freud" 1985,- Belo Horizonte

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