Por Susan Dillon
Durante la extensa y la clamorosa carrera hacia las urnas hemos escuchado cataratas de discursos: los fogosos y elocuentes , los floridos y violentos, los imposibles de creer y los inaguantables, los que acusaban directamente y los que se iban por las ramas, en realidad y convengamos: nos dieron con todo y sin reparar en gastos.
Los temas fueron reprisados: la desocupación, la miseria de los sectores populares más abandonados, la subordinación de la justicia al poder político, los jueces corruptos, los que se enriquecen a ojos vistas en los sindicatos, capitanes de la C. G. T. que son los verdaderos sostenes del poder, en fin, para discursos rimbombantes, prometedores y claudicantes tuvimos un muestrario astronómico, desde todas las trincheras y tribunas: las barriales y las palaciegas, y de norte a sur.
Aquí, si hay pobreza, que no se note, plata para desparramar a dos manos, a rolete y a lo loco, tal como lo hacen los que administran las retensiones del agro, sin rendir cuentas al pueblo.
Luego del comicio seguirá la andanada: los unos a festejar y del otro lado actos de magia: habrá que sacar de la manga de prestidigitador el argumento del no darte por vencido, del no estoy enterado y sigamos con el invicto; una subestimación total a la ciudadanía, en su capacidad de dar valor a las palabras.
Pero de lo que no se habló y eso que no creo ser de las más distraídas, fue de lo que vamos a hacer con la inflación: ¿seguirá multiplicándose con mayor aceleración cada día ante la impasibilidad de nuestros hombres y mujeres públicas, (las de la política, no las mariposas de la noche), o se dedicarán a sincerar las estadísticas para que se sepa dónde hemos caído?.
La Policía: cómo hará la fuerza pública para controlar y reprimir el avance de las drogas, con personal cada día más débil, ante la violencia desatada a niveles de la Mara, flagelo que se dice aún no ha entrado a delinquir, siendo que se ha desparramado por toda América?.
La Droga: el flagelo se ha instalado y ha sentado sus reales porque siempre y desde los tiempos de Chiche Aráoz y su banda, no se combatió, más bien hubo funcionarios que se asociaron, ¿acaso no se sabe quién vende?
La Trata: hemos retrocedido a los años 30 del siglo pasado, cuando las mujeres eran vendidas en el mercado de la prostitución. Todo los días hay noticias de jóvenes secuestradas ¿algún tribuno y futuro legislador dijo cómo luchará contra la mafia?.
La Ecología: ¿quien denunció lo que está pasando en San Juan con su gobernador bañado en oro, accionista y primer beneficiario en negocios del vil metal por el que se están destruyendo los glaciales y se envenenan los territorios donde se extrae a cielo abierto, liquidando toda manifestación de vida debido al arsénico y al cianuro que se utilizan en la explotación?.
Gastos Reservados: ¿qué futuro legislador se preocupó por indagar dónde va a parar lo que el pueblo obla y cómo se reparte, ya que las provincias pobres siguen en las mismas y las que producen, si no se arrodillan no tienen ni el derecho al pataleo?.
Que dijeron aquí en Córdoba los inefables compañeros de la U. E. P. C. del Aproc, léase ex Ipam, que por más nombres que le cambien sigue siendo un desastre en cuanto a la atención que se prodiga a los afiliados?.
Los ex sindicalistas Grahovac y Nebreda, que quieren trepar a legisladores, sabrán lo que nunca fue causa de sus preocupaciones?. Se acordaron de los jubilados o ellos tendrán de aquí en más otra caja más abundante y dadivosa?.
Cargos públicos o ñoquis: ya se le está hecho carne a nuestros políticos el nepotismo, o sea el nombrar no bien llegan a su retazo de poder a toda su parentela, primer indicio de no tener un ápice de ética. Tendríamos que hacer una lista para que cada recién ascendido no sólo presente su declaración de bienes, sino cuántos ñoquis pretende nombrar.
Y otro interrogante: ¿quien aporta el dinero para las campañas proselitistas, descontandolos de sus impuestos?. Se supo de varios, uno fue Yabrán.
Los ciudadanos quieren listas de esta clase de privilegiados, que son los que violan las leyes a su antojo, que resultan impunes y que medran y actúan a la sombra. Esos son los que también mandan y nadie los vota... y hay que ver cómo se ofenden si alguien los escracha.
Estimada señora Dillon, voy a colocar un enlace a su artículo en mi blog, citando su fuente, por supuesto. Excelente!.
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