Por Susana Dillon
Los bancos en este país, tienen una historia particular.
Nacieron, como en toda nación que se respete, para que los ricos guardaran sus riquezas ya fueran en billetes, en cajas de caudales o en una infinita gama de papeles que sirven para amarrocar bienes materiales. También los fundaron para los que piden créditos y los que siendo pobres deben garantizar devolverlos en tiempo y forma, caiga quien caiga. A pesar de ésto "pobres habrá siempre" como dijo un sultán que no aclaró de dónde sacó la plata pero que todos lo sospechamos.
El público que consume y arriesga, entra y sale de los bancos con preocupación. Nadie sabe en que momento, alguien, de improviso le dará con un fierro en la nuca o te pondrá una pistola en la boca para sacarte el sueldo o la jubilación en el cajero automático o en la ventanilla. Ya es historia: en 1889 , luego de la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman que llevó a la quiebra al país, declarando el primer "corralito" donde los incautos argentinos ( y otros extranjeros) tenían sus ahorros, cuentas corrientes y demás papeles de valor , creyendo que estaban a buen recaudo... La historia oficial fue renuente a contarlo. Durante la presidencia del Dr. Alfonsín, la inflación desbocada devoró fortunas, plazos fijos, ahorros y demás plata perdida. Fue un dramático tiempo en que se quedaron "con los morlacos del otario".
Con el sultán el famoso, un peso igual a un dólar, nos causó los mismos quebrantos terminando en bonos que se licuaron "allá lejos y hace tiempo" todos perdimos menos el sultán y su serrallo.
Hace poco menos de un mes, en varios bancos de "la reina del Plata", a los pobrecitos jubilados les están pagando las mínimas jubilaciones con billetes falsos que los incautos juran se los despacharon los cajeros automáticos y también por ventanillas con cámaras filmadoras. Todo un sistema para proteger a los bancos y por lo visto no al público.
Como jubilada, pienso como los viejos que pontifican: "cuando el rostro de otros veas rasurar, pon tus barbas a remojar", por eso advierto a mis colegas: jubilados y jubiladas que no vayan solos al banco, búsquense un guarda espaldas con buenísima vista. No sólo circulan los punguistas, ahora "alguien" está en estas instituciones de crédito y finanzas trabajando a destajo, sospechosamente desde "adentro".
En lo personal, tengo mis sospechas, no entra en mi cabeza coronada por "la nieve del tiempo", que no son los ancianos los que se dejan seducir por taxistas inescrupulosos que los confunden y le dan gato por liebre mientras los charlan por el cambio, total los jubilados ya estamos gagá.
Hay algo que no me cierra: ¿los cajeros en persona que sacan los pacos de la tesorería, los cuentan y van pagando las magras jubilaciones no notan que los billetes son truchos?. Yo no me trago lo de la eficiencia de las cámaras filmadoras. ¿Una nueva treta de los bancos?- ¿un nuevo operativo para estafar a los mas débiles?
Amigo veterano, no vaya solo a cobrar. Vaya con el guardaespaldas y a cara de perro.
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