Por Susana Dillon
Paisajes que se nos antojan creados por niños inocentes: capillitas barrocas, antiquísimas, montañas vegetadas y con flora y fauna del trópico, casitas pobres, blanquísimas, colgadas de las cumbres tapizadas con lo que quedó de bosques arrasados. Aldeas miserables con inditos de ropas bordadas. Desde el avión la capital parece un juguete, con techos de zinc herrumbrado, algún barrio de ricos defendido con murallas y casonas de magnates encerrados y un pueblo que grita libertades que las disfrutan otros, con historia de dictaduras golpeadoras que igualan a las de sus vecinos: Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Gente que se acuna entre volcanes y que la arrullan los dos océanos, donde imperan los reyes de las bananas y de a ratos gobiernan. En las plantaciones, que devoran sus peones, esos que llevan a la espalda la mochila de químicos que matan las arañas de los cachos, pero que mueren por los venenos que llevan a sus espaldas, inhalándolos. Algo que si no te hace pensar, o sos un oligarca o sos lelo.
Por eso allá, en las honduras del paisaje, los gobernantes son los señores de revólver al cinto o son los militares que se intercalan en los golpes, "para que aprendan, estos mierdas a estarse quietos y callados". Y de paso cambian de bando pero no de pensamiento.
Las naciones de Centroamérica, en grado menor Costa Rica, son un muestrario de lo que se hace con los golpes militares, nomás en Guatemala, se han contado por encima de 260.000 desaparecidos, la gran mayoría pueblos originarios, a los que se les han quitado sus tierras, campesinos, como los familiares de Rigoberta Menchú, premiada con el Nobel, porque siguió peleando por sus hermanos de sangre.
Honduras fue descubierta por Colón en su cuarto viaje en 1502 y fueron sus marineros los que le dieron ese nombre al llegar a la costa, se dieron en que el mar era muy profundo donde tuvieron dificultades para fondear.
El país fue conquistado por Hernán Cortés en 1523, quedando como parte del territorio de Nueva España (México) cuando se convirtió en virreinato. En 1838 recién se independizó de la Confederación Centroamericana. Su existencia ha sido una de las más agitadas de la América Central, hasta estuvo en guerra con Guatemala por cuestión de límites.
Pero lo que verdaderamente impidió su desarrollo fueron los gobiernos dictatoriales interrumpidos, a veces, por gobiernos civiles, pero con filosofía oligárquica. La embajada norteamericana tuvo mucho que ver en este punto, como lo ocurrido en toda Latinoamérica.
Su riqueza está representada en los cultivos de frutas tropicales, la caña de azúcar, el cacao o el café, cereales, arroz y yacimientos de oro.
La población está integrada en su mayoría por indígenas, herederos de los mayas, mosquitos y payas. Los representantes de las razas africanas se dedican a las plantaciones de bananas desde hace varias generaciones.
Uno de los atractivos turísticos es la antigua ciudad de Copán, llamada, "la París de los mayas", centro arqueológico de gran valor, visitado por todos los interesados en las civilizaciones pre–colombinas.
Los tesoros arqueológicos han sido verdaderamente saqueados por las universidades norteamericanas. Objetos de extraordinario valor científico y artístico se exhiben en la actualidad en el Lincoln Center de Estados Unidos. Conociendo a esta tierra de bellos paisajes y sufrida gente, no nos resulta extraño lo que ocurre en estos momentos con el Presidente Zelaya que resultó prácticamente echado por la fuerza militar y parte de la población animada con el presidente de facto que esgrimieron la excusa de quererse perpetuar en el cargo. En ambos hemos escuchados floridos discursos esgrimiendo los Derechos Humanos y las bondades de la democracia.
Ante tal panorama, la Organización de los Estados Americanos, jamás ha intervenido en caso de golpes militares en el continente, ahora parece tomar las riendas. Tal vez sea por la influencia del doctor Insulza, Secretario General de la OEA a quien conocemos por ser un prestigioso diplomático chileno, tal vez pueda conducir con éxito esta patriada.
El problema durará tiempo y de difícil solución donde los encendidos discursos ya han sido dichos hasta el hartazgo.
En cuanto a los participantes en estos cabildeos, sería oportuno que arreglaran los problemas en casa antes de meterse en los ajenos.
Aquí tenemos una seca que nos está devorando, una gripe que nos preocupa seriamente, un Congreso que hace ocho meses que no funciona y nuestra Cristina que no se baja del Tango.
No hay comentarios:
Publicar un comentario