Por Susana Dillon
La localidad de Sampacho, cuya historia se debe a su lugar geológico estuvo presente la noche del 29-06-10 en el Cine Plaza en que vimos el documental creado por el Thurky Funes, despertándonos con un toque de atención.
Este muchacho, que promete como cineasta, ha sido el autor de una obra que tanto por su actualidad, como por su contenido aleccionador nos ha complacido, también en su faz artística al rescatar las tremendas imágenes del terremoto que asoló a aquel pueblo próspero, de gente trabajadora y solidaria , que pasará a la memoria regional como la resurrección del Ave Fénix, luego de la infausta fecha del 10 de junio de 1934.
En la primera parte, su autor, en un admirable rescate periodístico nos retrotrajo a aquella furia de la naturaleza, desatando a ese monstruo terrorífico que provoca los movimientos sísmicos.
En la primera parte, su autor, en un admirable rescate periodístico nos retrotrajo a aquella furia de la naturaleza, desatando a ese monstruo terrorífico que provoca los movimientos sísmicos.
La reconstrucción de las escenas narradas con personajes reales, relatando cómo lo vivieron, es todo un hallazgo profesional, el estudio de la escena del sismo es inobjetable, como la elección de los elementos que definen la época.
Además tiene un valor agregado, el estudio científico y las palabras autorizadas de profesionales dicho con didáctica especial para que hasta el más lego lo entienda. De modo que la advertencia de lo que pueda repetirse entre en la conciencia de los que habitamos en la región, también nos pone al tanto de nuestra desprotección por ignorancia y por el escaso interés de nuestros gobernantes en planificar una respuesta ante el inminente peligro que se alberga en la falla regional.
Fue una verdadera lástima que autoridades, gente de la política con aspiraciones a gobernar no hayan. estado presentes, acompañando a profesionales en la rama de la arquitectura y la ingeniería para recibir el mensaje antes que sea tarde ante la leche derramada, hay modernos edificios en el Imperio que no resistirían, de acuerdo a su construcción el más leve sismo, no hay más que levantar la vista para temblar de sólo ver la precariedad de lo hecho con el máxumun de la economía y baja calidad, estamos en una zona en que los pueblos originarios llamaron al epicentro Sampa-Pacha, tierra que tiembla en quichua, pues ellos , antes que nosotros también se aterrorizaron con los destructivos sacudones producidos vaya a saber por qué enojos de sus dioses ancestrales.
Una clara advertencia sobre la falta de legislación para salvaguardar a las poblaciones de lo que pueda, más tarde o más temprano sorprendernos con nuevos sacudones, que sin embargo parecen no importar a los que siguen construyendo sin dar importancia al momento de acordarse de cómo se emprende la construcción antisísmica, además de no atiborrar al centro de las ciudades de torres que no observan un mínimo de respeto por las normas que rigen en cualquier país con iguales problemas.
Nadie tiene en cuenta, que debajo de nosotros, allá en la entraña misma de la pacha-mama está latente, la falla que cada tanto se sacude como un oscuro monstruo.
Los vecinos autoconvocados que han sido víctimas en sus hogares, de una edificación perpetrada a tontas y a locas, sin medir reglamentaciones qué instruyan y exijan normas de seguridad, de espacios verdes , de espacios de luz, el trazado de cloacas, sin dejar espacios libres, en una palabra sin tener respeto elemental por los derechos del otro, debieran haber visto este documental que resulta un verdadero alegato por la supervivencia, un llamado de atención a los que siempre esperan "a que lo haga el que venga atrás", siempre menospreciando los mensajes de lo que ya pasó haciendo economías mal entendidas que terminan con costos de vidas, hasta en las escuelas debiera proyectarse, por su alto valor didáctico.
Felicitaciones a quienes lo hicieron posible y ¡Bravo por el cineasta!
Felicitaciones a quienes lo hicieron posible y ¡Bravo por el cineasta!