domingo, 30 de mayo de 2010

Sampa-pacha- un documental que formara conciencia








Por Susana Dillon




La localidad de Sampacho, cuya historia se debe a su lugar geológico estuvo presente la noche del 29-06-10 en el Cine Plaza en que vimos el documental creado por el Thurky Funes, despertándonos con un toque de atención.

Este muchacho, que promete como cineasta, ha sido el autor de una obra que tanto por su actualidad, como por su contenido aleccionador nos ha complacido, también en su faz artística al rescatar las tremendas imágenes del terremoto que asoló a aquel pueblo próspero, de gente trabajadora y solidaria , que pasará a la memoria regional como la resurrección del Ave Fénix, luego de la infausta fecha del 10 de junio de 1934.
En la primera parte, su autor, en un admirable rescate periodístico nos retrotrajo a aquella furia de la naturaleza, desatando a ese monstruo terrorífico que provoca los movimientos sísmicos.
La reconstrucción de las escenas narradas con personajes reales, relatando cómo lo vivieron, es todo un hallazgo profesional, el estudio de la escena del sismo es inobjetable, como la elección de los elementos que definen la época.
Además tiene un valor agregado, el estudio científico y las palabras autorizadas de profesionales dicho con didáctica especial para que hasta el más lego lo entienda. De modo que la advertencia de lo que pueda repetirse entre en la conciencia de los que habitamos en la región, también nos pone al tanto de nuestra desprotección por ignorancia y por el escaso interés de nuestros gobernantes en planificar una respuesta ante el inminente peligro que se alberga en la falla regional.
Fue una verdadera lástima que autoridades, gente de la política con aspiraciones a gobernar no hayan. estado presentes, acompañando a profesionales en la rama de la arquitectura y la ingeniería para recibir el mensa­je antes que sea tarde ante la leche derramada, hay modernos edificios en el Imperio que no resistirían, de acuerdo a su construcción el más leve sismo, no hay más que levantar la vista para temblar de sólo ver la precariedad de lo hecho con el máxumun de la economía y baja calidad, estamos en una zona en que los pueblos originarios llamaron al epicentro Sampa-Pacha, tierra que tiembla en quichua, pues ellos , antes que nosotros también se aterrorizaron con los destructivos sacudones producidos vaya a saber por qué enojos de sus dioses ancestrales.
Una clara advertencia sobre la falta de legislación para salvaguardar a las poblaciones de lo que pueda, más tarde o más temprano sorprendernos con nuevos sacudones, que sin embargo parecen no importar a los que siguen construyendo sin dar importancia al momento de acordarse de cómo se emprende la construcción antisísmica, además de no atiborrar al centro de las ciudades de torres que no observan un mínimo de respeto por las normas que rigen en cualquier país con iguales problemas.
Nadie tiene en cuenta, que debajo de nosotros, allá en la entraña misma de la pacha-mama está latente, la falla que cada tanto se sacude como un oscuro monstruo.
Los vecinos autoconvocados que han sido víctimas en sus hogares, de una edificación perpetrada a tontas y a locas, sin medir reglamentaciones qué instruyan y exijan normas de seguridad, de espacios verdes , de espacios de luz, el trazado de cloacas, sin dejar espacios libres, en una palabra sin tener respeto elemental por los derechos del otro, debieran haber visto este documental que resulta un verdadero alegato por la superviven­cia, un llamado de atención a los que siempre esperan "a que lo haga el que venga atrás", siempre menospreciando los mensajes de lo que ya pasó haciendo economías mal entendidas que terminan con costos de vidas, hasta en las escuelas debiera proyectarse, por su alto valor didáctico.
Felicitaciones a quienes lo hicieron posible y ¡Bravo por el cineasta!

domingo, 23 de mayo de 2010

Presos castigados, después desparramados



Por Susana Dillon

Los presos que presenciaron los últimos momentos del joven Robledo en la cárcel local cuando el interno fue llevado a la "cama de sujeción", vulgarmente llamada "nicho", siniestro aparato que se aplica a los presos para disciplinarlos y del cual salió muerto, ya va teniendo otro cariz.
Demuestra descarnadamente para  qué sirven los penales en nuestro país, donde se los hacina, pero no se los corrige, sino que de allí salen peor que como entraron, haciendo caso omiso de lo que manda nuestra Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Alejandro Daniel Barroso, José Luis Carranza y Roberto Archube fueron  trasladados a cárceles alejadas de Río Cuarto donde cumplen condena extra por haber dado testimonio de lo pasado ya que hubo un amago de investigación no bien ocurrido el hecho.
Con esta medida, no sólo se los separa de sus vínculos familiares sino que se los castiga por concurrir a un mandato de justicia: dar testimonio.
También se castiga a la familia del recluso que debe viajar a lugares  alejados, sin medios para comprar boletos y tampoco para mantenerse durante dicho viaje. Por carácter transitivo, también se castiga a los niños del recluso, que absorben psíquicamente todo lo que acontecen y no entienden, según preocupación de maestros que se vinculan a estos tropiezos del aprendizaje.
Ya voy conociendo casos de que uno de los nombrados, padre de una niña en edad escolar sufre los efectos del alejamiento de su progenitor a lo que se suma que su hermano de 15 años sufre la persecución de la policía de su localidad  cada vez que lo encuentran en la calle lo castigan sin miramientos ni causa, nada más que por heredar lo que hizo el padre. La  madre, que visita al preso viajando a dedo desde su pueblo y de acá a Bower en condiciones infra-humanas ya que le ha tocado dormir cerca de la cárcel, tapada con una frazada mientras una de sus hijas está con su abuela y los otros dos solos, y sabe Dios qué comen.
Convengamos que esta forma de tratar a los internos y a sus familias es otra de las normas aberrantes en que se piensa reformarlos y hacerlos útiles a la sociedad.
¿Qué pasa con los Derechos Humanos de la población donde la comida en Bower es escasa y varias veces incomible con el agravante que no se les pueden llevar alimentos porque lo prohíbe el reglamento. La recuperación de estos excluídos del sistema está a años luz de lograrse con semejantes métodos que recuerdan la Edad Media. Insisto, y perdón por mi esperanza de mejoras, pero debía reflotarse la instalación de nuevos patronatos donde se los contenga y atienda a los internos y a los que ya cumplieron su condena. Hasta aquí y por lo visto, el estado amontona a los que delinquen pero no los mejora.
Y en esto, las autoridades es bueno que no sigan mirando para otro lado, pero hay algo que los detiene en actuar solidariamente: EL PRESO NO VOTA!.

jueves, 13 de mayo de 2010

Están castigados los que dijeron qué pasó en la cárcel


Por Susana Dillon

Si la jefatura de la Unidad Carcelaria de Río Cuarto considera que no debe pasar al conocimiento público lo que está sucediendo en su interior, luego de la muerte misteriosa del interno Silvio Robledo y se está castigando con traslados a otras unidades, a los sospechosos de pasar noticias al exterior, es señal que se están produciendo actuaciones reñidas con la libertad de expresión, cuando precisamente se están violando leyes.
Lo que pasa tras los severos muros de la fortaleza, no se quiere dar a luz pero se filtra, no sólo por los que concurren a los que deben ser entera­dos porque son familiares de la víctima, sino porque cuando más se quiere tapar lo que pasa: introducción de drogas y fármacos para tener a la gente con somniferos, así no molestan. Se ha obstaculizado a la prensa y re­sulta evidente que las autoridades de la gobernación están ciegas, sordas y mudas ante el caso. Salvo los cambios acelerados de personal jerarquizado, idas y venidas con el tema de la destrucción de los nichos de castigo y enseguida vueltos a armar con los mismos elementos: cadenas, collares de hierro, argollas para sujetar de pies y manos a los castigados sobre colchones de portland a los que se les arroja agua para que no se duerman. Estas medidas tomadas a la ligera, con el sólo efecto de pretender que ya no se hable más, son una prueba contundente de culpabilidad en el manejo de los destinados a seguridad.
Cabe seguirse preguntando ¿no llegarán al Sr. Gobernador y a su secreta­rio de Derechos Humanos estas espeluznantes noticias que son un calco de lo padecido en la dictadura o prefieran seguir machacando con vacíos discursos lo bien que se está gobernando y lo bien que nos va a ir si los votamos, cuando se avecinen las elecciones?‑.
Hay que volverles a advertir que tales procedimientos y silencios sugestivos, son un verdadero "piantavotos".
No será posible, con esta nueva ley de medios, hacerles llegar a nues­tras autoridades las noticias de lo que está pasando en las penitenciarías de nuestra provincia , en especial la nuestra, donde lejos de pro­curar que los internos salgan en mejores condiciones, sino que a raíz de mal trato van a salir con mayores rencores, ignorancia y endurecidos por la falta de justicia y trato humanitario.
La mayoría de los que todavía estamos afuera, estamos concientes que las cárceles están ocupadas por ignorantes, pobres y morochos. La clase al­ta, la que "las sabe hacer bien", ésa tiene para comprar abogados, jueces, y pagar abultadas sumas para pasarlo cómodamente en casa.
Hay dos justicias, para ricos y para pobres y más tarde o más temprano este estado de cosas termina mal. A ver si la entienden los que no quieren escuchar los lamentos de madres inconsolables e hijos sin padres.
Este caso, el del joven Robledo es otro de los que echan por tierra nuestra confianza en la justicia y en los que tienen por ocupación la política, utilizada como medio de vida no para servir al pueblo, sino para servirse de él.
Y aquí otro asunto a tener en cuenta: algunos presos están haciendo un trabajo de pintura para las aberturas de la Universidad Nacional. Los que pintan no usan los barbijos que esa tarea requiere y como la pintura emana gases tóxicos , al momento de aplicarla los demás están en una verdadera niebla malsana.
Estas informaciones vienen del "afuera". No se desquiten con los internos

viernes, 7 de mayo de 2010

Tal como se esperaba, en la penitenciaría local, no pasa nada.


Por Susana Dillon

No es que una sea pesimista y que ya no se crea en la justicia ni que las cosas se enmienden. Es que conocemos las tretas de nuestros funcionarios, más aún a los que mandan en la órbita policial.
La problemática muerte del joven Silvio Robledo en la cárcel local, no tiene visos de resolverse. El presunto suicidio, da paso a que se ahonde la sospecha de un asesinato, tal vez no calculado por quienes estuvieron en la celda de contención con el interno, que más parece una rémora de la dictadura que misteriosamente se había ordenado destruir por el jefe designado de inmediato para sacarse el lazo de encima... Tal celda de castigo que mantenía al preso atado de pies, manos y con collar de hierro.
Tal celda que ya se había destruido, al llegar el nuevo jefe, en breves días se volvió a construir con idénticos materiales: cadenas, esposas, soportes para pies y manos, collar y demás piezas que bien podrían figurar en las torturas de la Edad Media. Pero aún se ha hecho más; arriba de paredones que no dejan ver el exterior ni entrar la luz: alambres, como en los campos de concentración. Como valor agregado, han sido trasladados los sospechosos de dar informes al exterior.
¿De estas novedades no se han enterado los organismos de Derechos Humanos oficiales, el gobernador y el Dr. Sánchez?
De los que debieran estar informados sólo se escuchan floridos discursos  sobre los Derechos Humanos, pero la actuación que estoy relatando parece que se ignora. Todo se reduce a preparar los próximos comicios con palabras sobre nuestro venturoso porvenir.
Veremos cómo les va arrastrando este problema, que es evidente se quiere silenciar mientras se sigue insistiendo con métodos retrógrados para con los internos, en una cárcel que va a contramano de lo que dice la Constitución Nacional.



martes, 4 de mayo de 2010

Estudiar de nuevo la historia




Por Susana Dillon

Los que desesperan ante la voz de nuevos historiadores que abogan por una nueva mirada, se erizan ante esta perspectiva. Equivale a dos cosas: o la pereza por volverla a estudiar o no les conviene que cambie.
Cuando niños, nos mandaron a estudiar con determinado autor que debía estar de acuerdo con lo que pensaba el ministro de educación que nos tocaba en suerte. Las nociones venían directamente dirigidas. Era peligroso arrimar nuevas teorías, nuevos descubrimientos. Nada de innovar en cuanto a lo que demostraban documentos y descubrimientos.
Durante centurias se enseñó el descubrimiento de América glorificando a descubridores, conquistadores y colonizadores. Fue silenciada la matanza de los pueblos originarios, que sin embargo los cronistas revelaban en los documentos que se enviaban a España para que los emperadores tuvieran en cuenta las hazañas de sus enviados.
La historia oficial, en este punto, quedó congelada.  Quedó firme que:"el indio bueno, es el indio muerto, se prohibieron sus lenguas, sus creencias, sus culturas, sus ciencias. Había que hacer tabla rasa con esas civilizaciones que habían alcanzado un alto grado de desarrollo.
Cuando se cumplieron los 500 años del descubrimiento, vinieron de España no solamente libros, sino colecciones que deploraban los crímenes de lesa humanidad perpetrados en América, tanto la del norte como la hispano lusitana. Cuando tuve en mis manos aquella información me reconcilié con los españoles de amplio criterio que supieron poner los puntos sobre las íes.  Y cosa curiosa, nuestros recalcitrantes pro-España conquistadora y brutal ni se tomaron el trabajo de consultarla, ni escucharon los reclamos de lo que quedó de los pueblos sometidos y arrasados. Para ellos era y sigue siendo una herejía, dar la otra versión. Pero no para aquí el problema: tampoco aceptan que hay otra versión de la guerra con el Paraguay, de la "conquista del desierto", del reparto de las tierras luego del genocidio, de las masacres en la Patagonia y en la forestal. A esos temas nunca se llega en los programas oficiales ni en los privados. Silencio absoluto en todo aquello que es mejor saberlo a repetirlo.
Y somos tan dicotómicos, que en otras materias valoramos la investigación, los descubrimientos. En este rubro son los artistas los que se empeñan en descubrir novedades en su metier, en experimentar, en inventar nuevos rumbos para remozar toda actividad que los apasiona. Van a la vanguardia como los científicos que aprovechan sus fracasos para llegar a sus descubrimientos, tantas veces como sea necesario volver a empezar. Son dignos de elogio y de seguir sus ejemplos los que perseveran, los que siempre tras el horizonte avizoran otra novedad, otro camino, otra utopía.
Las que van como las rémoras, siempre siguiendo lo que manda el poderoso serán el palo en la rueda del progreso.
Han surgido nuevos historiadores, con otro lenguaje, con otras investigaciones, con otros criterios que nos muestra la cara oculta de períodos confusos, que merecen ser tratados de nuevo para tener una idea clara de los acontecimientos.
La historia oficial sigue siendo mentirosa, con héroes asexuados, sin  carnadura humana, puro mármol y bronce, pero con los pies de barro. Seguir repitiendo como loritos la vieja cantilena sin cuestionarlo, es como tomarse un medicamento sin haberlo experimentado en humanos, y ¡ojo! Que eso ya se está probando en lo que nos mandan de lejos en más de un laboratorio.
A la historia no solamente hay que revisarla, hay que aportar sin apasionamientos estériles, que se vengan nuevas voces y nuevas fuentes. La historia oficial de la que Mitre es palabra santa, sin poner ni quitar una línea, es obsecuente. Recordemos que don Bartolomé, no sólo fue presidente, sino general de la nación conduciendo la guerra con el Paraguay fue también su narrador y fundador del diario la nación. Desde el vamos nuestros presidentes han abarcado algo más que el poder ejecutivo.
Hemos levantado monumentos, puesto nombres a poblaciones, calles e instituciones a los que se han merecido el olvido, tales los casos de verdaderos mercenarios extranjeros contratados para eliminar a los pueblos originarios como Rauch, Fotheringham, Paunero, Vintter, Levalle que fueron premiados por asesinar a nuestros indios con extensiones de tierras (hasta que se les cansara el caballo). Si no tenemos  en cuenta estos datos, estaremos metiendo bajo la alfombra, lo que barremos.
Todos los militares de rango recibieron decenas de miles de hectáreas de las mejores tierras para pastoreo y labranza, Roca y sus hermanos todos quedaron millonarios. Pero el general quiso llamarse "el conquistador del desierto" y a semejanza de Julio César, esos territorios fueron "sus galias". Así, con ese slogan, tuvo el camino allanado para la presidencia, y con la presidencia se abulonó el fraude.
Los  que recibieron 100 hectáreas sin agua y un cuarto de manzana en algún pueblo para hacerse un rancho fueron los milicos, gauchisoldados a quienes los cazaron, los engrillaron y los mandaron a combatir sin alimentos, sin ropa, sin asistencia médica, con míseros sueldos que llegaban con seis meses y hasta años de retraso.
Los huesos de estos ignorados héroes quedaron blanqueando en la pampa, mezclados con los de sus enemigos, los indios. Tampoco para ellos hubo ni recuerdo ni justicia.
Se supo que a la esposa y a la hija del presidente Avellaneda, que dio su aprobación a la matanza, el Congreso Nacional le votó una ley otorgándoles 18.000 hectáreas.
¿Alguien se enteró si alguna viuda de soldado de la campaña recibió lo que le hubiera correspondido?
Tampoco les fue mejor a los gringos que vinieron a colonizar las tierras prometidas. A muchos los mandaron de vuelta por protestar por el salario de hambre y por la vida de perros que les dieron sin misericordia ni leyes, que los protegieran. Tampoco hay recuerdos de las matanzas de los obreros de la Patagonia ni de la Forestal.
Nuestra historia oficial está enferma de amnesia.
Cuando uno visita los países vecinos y quiere al menos saber algo de su historia que por supuesto está muy ligada a la nuestra, nos damos cuenta que en los mismos tiempos y con héroes que compartimos, ellos la cuentan de manera muy distinta. Al ahondar la investigación ya entramos en sospechas de que hay gato encerrado, nos vamos encontrando con amargas verdades que queremos saber... Y nos tragamos los mismos sinsabores que con  la guerra de Malvinas, justo cuando la estábamos ganando según los noticiosos oficiales, de golpe, nos tuvimos que rendir.
Como ese desenlace, sepamos que hubo otros... Y hay que asimilarlos para no caer como chorlitos en el exitismo crónico.